Xavier Batalla, una gran idea del mundo y del periodismo

“Todos los órdenes mundiales han sido creados mediante la guerra. A cada conflagración le seguiría una ambiciosa iniciativa diplomática con el propósito de evitar que la historia se repita”. Estas tres líneas son las primeras que escribe Xavier Batalla (Barcelona, 1948-2012) en su libro póstumo “El mundo es una idea”, subtitulado “Crónicas sobre la guerra y la paz”.

Batalla era periodista, aunque también estudió ingeniería y Filosofía y Letras. Sus textos sobre política internacional eran auténticas cápsulas de historia que ayudaban a entender hacia dónde caminaba el mundo. Jaime Arias, veterano periodista de ‘La Vanguardia’ con amplias relaciones en medios de la diplomacia, presentaba a Batalla como “Mister Number One”, una definición que hacía sonrojar a su amigo, pero que compartían todos sus colegas. Batalla era lo suficientemente humilde como para no hacer alarde de sus conocimientos y lo suficientemente discreto como para permanecer callado cuando alguien se apropiaba de alguna de sus ideas.

De hecho, a Batalla se le conocía fundamentalmente por sus crónicas de política internacional, pero dominaba muchos otras cuestiones: era un erudito en fútbol, entusiasta del Barça y poseedor de una valiosa colección de objetos y carteles del club. Era también un apasionado conocedor de Barcelona y le gustaba dar largos paseos por su ciudad. Y en lo musical para él sólo había un “número uno”: Frank Sinatra. Lo sabía todo sobre “la voz” y sus discos.

“El mundo es una idea” es una muestra de cómo la inmediatez del periodismo no resta vigencia a textos escritos muchos años atrás. Ni vigencia ni rigor, porque Xavier Batalla era muy minucioso y a veces daba la sensación de que dedicaba tanto o más tiempo a pulir sus textos y comprobar detalles que a escribir unos artículos cargados de nombres y fechas, pero que no por eso dejaban de ser muy amenos.

Batalla se valía de los recursos del periodismo para aproximar sus análisis al lector. La mafia le podía servir para explicar cuál es la doctrina Obama cuando se trata de usar la fuerza: “’¿Por qué Michael Corleone, después de haber aceptado un nuevo orden, liquidó a sus enemigos?’, preguntó uno de sus críticos. La experiencia, le contestaron: ‘La fuerza ha sido siempre, y siempre lo será, parte de la ecuación diplomática’”. Y era un diálogo de los Simpson el que abría un artículo del 2009 en el que se cuestionaba quién ganó la guerra fría: “Los guionistas de los Simpson –decía Batalla- resolvieron hace tiempo el enigma de la guerra fría. En un episodio emitido años después de la caída del Muro, los guionistas plantearon un diálogo en el que el delegado ruso ante la ONU se refería a su país como ‘la Unión Soviética’, a lo que el delegado estadounidense replicaba extrañado: ‘¿La Unión Soviética? Creía que la Unión Soviética había desaparecido’. ‘No. Eso es lo que nosotros queríamos que creyerais’, contestó el ruso.”

Al escritor británico Graham Greene le otorgaba el valor de explicar el mundo a través de sus novelas y decía que “la mayoría de escritores distingue lo bueno de lo malo. Greene fue más lejos: supo separar la crueldad de la estupidez malévola. Para Greene, no hay manera de ser buenos, tan solo se puede ser menos malo”. De algún modo, lo que Greene hacía a través de la ficción, dar las claves del siglo XX, Batalla lo hacía a través de la crónica periodística.

El libro de Xavier Batalla (RBA) fue presentado en el auditorio de la facultad de Comunicació de la Universitat Pompeu Fabra, en Barcelona, de la que el propio Batalla fue profesor (“el mejor profesor que he tenido nunca”, en palabras del actual vicedecano de la facultad, Sergi Cortiñas). Su compañero de ‘La Vanguardia’ Rafael Jorba y Laura Batalla, periodista y politóloga, hija de Xavier, mantuvieron un diálogo con Javier Solana, el que fuera Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (coloquialmente conocido como míster PESC). Diplomáticos y periodistas, colegas y amigos de Xavier Batalla, ocupaban las butacas del auditorio y mostraban una cierta decepción por la ausencia de estudiantes.

Peor para ellos. Pronto entenderán que el periodismo sería mucho mejor si en todas las redacciones hubiera, al menos, un periodista como Xavier Batalla.