ENTREVISTA

Xavier Rius Sant: “Vox se hace fuerte porque el PP los normaliza y legitima”

La irrupción y consolidación de la ultraderecha es una realidad en España, pero más desconocido es el origen de Vox. El periodista Xavier Rius Sant (Barcelona, 1959) lleva décadas investigando la extrema derecha, lo que le ha comportado querellas y amenazas que no han frenado sus trabajos. En 'Els ultres son aquí' (Pòrtic), Rius Sant elabora la genealogía de la extrema derecha española y catalana y proporciona las claves sobre los personajes que conforman el elenco ultra.

Los ultras ya están aquí, y con cada vez más fuerza. ¿Cómo hemos llegado a esta situación?

El Estado español presentaba a finales del siglo XX una diferencia respecto a países de su entorno. Las fuerzas políticas que irrumpieron en muchos países, los verdes y los ultras, aquí no aparecían. En Catalunya teníamos a IC-Verds, pero no había un partido verde en el resto del Estado. En el campo de la ultraderecha había franquistas, pero enfrascados en luchas cainitas, sin un gran partido. Durante años el racismo no daba suficientes votos, y la ultraderecha irrumpe debido a la cuestión de la unidad de España –el famoso 'España una y no cincuenta y una'– y por una escisión del PP después de que el Gobierno de Mariano Rajoy no revirtiera la ley del aborto y el matrimonio homosexual.

Una vez han irrumpido a los parlamentos y ayuntamientos, ¿pueden irse o tenemos ultraderecha para años?

Vox se hace fuerte porque el PP los normaliza y legitima, y cuanto más los legitima el PP, más fuerte se hace Vox. El votante de Vox sabe que no tira su voto y que vota a un partido útil, y en consecuencia Vox seguirá creciendo. Vox ha venido para quedarse, porque además de complementarse con el PP, gracias a su posición dura contra el procés ha atraído a gente que no es incluso radicalmente contraria al matrimonio homosexual o al aborto.

¿Por qué el PP no es capaz de hacer un cordón sanitario a la ultraderecha como los conservadores alemanes?

Mientras en Alemania y Francia está claro que el cordón sanitario debe hacerse a la ultraderecha, en España no lo está, porque algunos dicen que debe hacerse a Bildu o a los independentistas catalanes. Vox recoge a muchos electores que consideran que el PP les ha abandonado porque Rajoy fue demasiado tibio, y empieza a poner temas en la agenda como los cazadores y las armas, además de la cuestión de Catalunya, que va más allá del procés y de opciones políticas. Es un discurso contra la diversidad y la plurinacionalidad, que se lo copiaron a Albert Rivera.

Hay una anécdota gráfica: Dolores Martín, una de las primeras militantes de Vox en Barcelona, va a un acto con las casas gallegas y ve que hablan gallego y se sube por las paredes. Creen que el catalán o el gallego hay que hablarlo en casa y ya está. No entienden la plurinacionadlidad lingüística al margen de la opción política, y eso buena parte del PP se lo ha copiado porque en el fondo les une la misma aversión a la plurinacionalidad del Estado, además de coincidir en varios asuntos económicos. Alberto Núñez Feijoo está de acuerdo con el estado autonómico, pero hay otro sector del PP que está de acuerdo con el discurso de Vox. Pablo Casado le dijo 'hasta aquí hemos llegado' a Santiago Abascal durante la moción de censura del 2020, pero después le ha copiado el discurso.

Repasa en el libro los movimientos de Ortega Smith y Vox en los juzgados contra el procés, así como su repercusión en los medios. ¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación en el auge de Vox?

Cuando Manos Limpias desaparece, Javier Ortega Smith va de juzgado en juzgado y consigue su cuota de telediario. Cuando el programa FAQS de TV3 invita a Ortega Smith por primera vez, él está contento porque piensa que el enemigo lo reconoce. Aquí dirán que son los medios 'de Madrid', pero TV3 los invitó varias veces, si bien es cierto que la crónica judicial del procés no podía simplemente obviar a Vox porque era una parte de la causa. Mi crítica va más dirigida a que el PP copie el discurso de Vox con el procés.

¿Por qué a Vox no le pasa factura el apoyo financiero que le brindó un grupo iraní en sus inicios?

Como suele ser habitual, este tipo de escándalos pasan factura a las izquierdas pero a las derechas no. Vox dice que las izquierdas también roban y roban más, y a otra cosa.

De la evolución de Vox en Catalunya destaca que es capaz de unir a personajes provenientes de varias ramas a veces enfrentadas de la extrema derecha. ¿Cómo lo consiguen?

Porque la gente se apunta a los vencedores, y al ver que Vox va en ascenso todas estas personas se suman. El partido ha aceptado a casi todo el mundo salvo algunos militantes con pasado neonazi, con la excepción de Jordi de la Fuente. Ha entrado gente de muchos sectores, y de momento como no han gobernado no se han roto. ¡Pero ojalá que no gobiernen nunca!

Ello no ha evitado que en Barcelona ya hayan tenido peleas internas.

Vox se cargó a la gente que había trabajado durante años cuando el partido no era nada y que vivieron una travesía del desierto. De cabeza de la lista para las elecciones al Parlament de 2021 ponen a Ignacio Garriga, del Opus Dei, que entra en Vox tras dejar el PP por el matrimonio homosexual y el aborto. Su número dos es otro ex del PP, Antonio Gallego, que hasta entonces no había militado en Vox, y la tres es la ex de Plataforma per Catalunya (PxC) Mónica Lora, que hizo que en las municipales de dos años antes se cargaran al coordinador de Vox en el Maresme. Su portavoz en el Parlament es Joan Garriga, primo de Ignacio y que es uña y carne desde hace años con el ahora eurodiputado Jorge Buixadé, y tras el fracaso de la operación de Montserrat Nebrera para liderar el PP y montar un partido entra en PxC.

¿En el Congreso hay los mismos perfiles?

En el Congreso hay más presencia de altos funcionarios, jueces y, sobre todo, militares. Vox tiene a tres militares de diputados. La presencia de altos funcionarios se explica porque en ese colectivo hay mucha gente de orden desencantada con el PP. Para hacer presupuestos y enmiendas, Santiago Abascal entiende que no puede enviar al Congreso al perfil de ultracatólico que va a misa y luego a la manifestación de Vox, que era el perfil de gente que había al principio. Abascal quiere a abogados del Estado y ha profesionalizado la extrema derecha, aunque esto ha provocado que se descompongan muchos grupos locales originales.

Cuenta en el libro que antes de las elecciones andaluzas de 2018 Vox hace 'castings' para evitar que se cuelen en las listas miembros con pasado neonazi destacado.

Vox no se iba a presentar a las elecciones andaluzas de 2018 que al final suponen su catapulta. Pero hay un acto en Barcelona en la plaza de Sants con más de 1.000 personas tras la moción de censura a Rajoy, Ciudadanos retira el apoyo a Susana Díaz y se precipitan los hechos. Vox puso a unos 'hombres de negro' para hacer las listas para que no se les colaran 'frikis' o personajes con un pasado neonazi. Por ejemplo al abogado José María Ruiz Puerta, defensor de Josep Anglada (PxC) y de Manos Limpias, no lo quieren porque había sido de la organización neonazi Cedade, aunque igualmente se les cuelan muchos neonazis y en Catalunya es donde aceptan a más.

¿Hasta qué punto Vox puede articular un frente común con los diversos grupos de ultraderecha en Europa?

En el Parlamento Europeo Vox está en un grupo distinto que el Frente Nacional francés, que está a favor del aborto. Vox está con los ultras polacos, ha decidido estar en el grupo de ultracatólicos, de aborto cero y contra los derechos de las mujeres y las minorías. Aunque Vox quiera salir de ahí y unificar ambos grupos, sencillamente no puede. ¿Cómo juntas a Vox y a los ultras polacos con la líder de Alternativa por Alemania, lesbiana declarada? Todos los partidos de extrema derecha intentan tejer un denominador común de soberanía nacional, control de fronteras contra los 'burócratas' de Bruselas, pero tienen muchas contradicciones difíciles de salvar.

¿Qué ha sido de Plataforma por Catalunya (PxC)?

PxC dice que se disuelve cuando se cierran las listas para las municipales en febrero de 2019. Intentan hacer un pacto con Vox en línea con el de Actúa Baleares, pero Vox lo rechaza y exige que entren uno a uno al partido. En realidad PxC no se disuelve, dejan de dirigentes a la pareja del histórico concejal de El Vendrell August Armengol y al padre de Mónica Lora. En paralelo sale la sentencia por la que Anglada debe devolver 180.000 euros a PxC. ¿Dónde va el dinero? ¿Quién audita las cuentas de PxC cuando se disuelve? El entorno de Anglada ironizaba sobre si se lo había quedado algunos de los que ahora entán en Vox.

¿Qué hará Josep Anglada?

Josep Anglada prepara la campaña para las municipales de 2023. Como ya no está inhabilitado, dice que volverá a entrar en Vic. En Barcelona se dice que, junto a Armando Robles de Alerta Digital, planean poner de candidato a un actor de películas porno caseras.

¿Hay una ultraderecha catalana independentista?

Sí. Uno de los motivos de la desaparición de Anglada y PxC fue porque el tema identitario dejó de bascular ente 'los de casa y los de fuera' para pasar al procés. Anglada sacaba 3.000 votos en las municipales pero en las autonómicas 1.000 porque, resumiéndolo con un estereotipo, sus votantes en las locales votaron en 2010 a Convergència para echar a Montilla de la Generalitat. Anglada baraja hacerse independentista, pero sus bases son lo que son.

A día de hoy hay Som Catalans, de Esther Gallego, que en las últimas municipales presentó lista en Vic y sacó 55 votos. Está también el Front Nacional de Sílvia Orriols, que logró ser concejala de Ripoll. Siguiendo las luchas cainitas de la ultraderecha, Gallego también se presentó en Ripoll e impidió a Orriols sacar otro concejal. Luego Orriols se peleó con el Front Nacional y creó Aliança Catalana, que ahora está haciendo campaña en Vic. Existen, pero afortunadamente no han arrancado.

¿Los otros grupos de la ultraderecha al margen de Vox –Democracia Nacional, Falange, etc.– se pueden llegar en el partido de Abascal?

Vox en teoría no los quiere en bloque porque no quiere aceptar a gente con tatuajes nazis, aunque hace excepciones. A Nacho Mulleras, que había sido delegado en Catalunya de Democracia Nacional, y a otros elementos, sí los acepta. Ahora Democracia Nacional está con muy poca militancia y su líder, Pedro Chaparro, deberá entrar en prisión por el caso Blanquerna. Vox se les ha llevado la militancia. El único grupo emergente ha sido Bastión Frontal. Las dos Falanges ahora van juntas, pero muchas de sus bases, sobre todo la gente que no tiene antecedentes, se han ido a Vox.