Un partido de extrema derecha catalán se ha hecho con la alcaldía de Ripoll. La xenófoba Aliança Catalana, liderada por Sílvia Orriols, ha hecho valer su victoria en las elecciones y ha sido investida con los votos de su partido y gracias a que las demás formaciones no han logrado un acuerdo para desbancarla. ERC, PSC y la CUP alcanzaron un pacto alternativo encabezado por los republicanos, pero necesitaban sumar a Junts, que fue segunda fuerza el 28 de mayo y se negó a validar esta fórmula.
Ante una importante expectativa mediática y política, Orriols ha jurado el cargo “por imperativo legal”. “Por las constituciones catalanas que regían el país el 11 de septiembre de 1714 lucharé para restituir los derechos y libertades de los catalanes”, ha afirmado.
Con un discurso xenófobo e independentista, Aliança Catalana se alzó por sorpresa con la victoria en Ripoll. Orriols obtuvo seis de los 17 concejales del pleno, a tres representantes de la mayoría absoluta de nueve ediles.
Minutos después de la proclamación de la nueva alcaldesa, la ejecutiva de Junts ha afirmado que “no comparte” la decisión de los concejales de Junts per Ripoll de no impedir el paso de Orriols al gobierno. En un comunicado tras reunirse con carácter extraordinario este sábado, han asegurado que la decisión de los representantes de Junts per Ripoll “trasciende” al propio municipio.
Junts ha relatado que el viernes por la mañana había acordado una propuesta con ERC y PSC encabezada por la candidata Manoli Vega, pero que el acuerdo se rompió por la tarde por razones que aseguran desconocer. La ejecutiva de Junts ha señalado el “sectarismo de aquellos que han impedido un pacto de gobierno central” y a aquellos que han ejercido vetos para sacar un rédito partidista, según la formación.
Tras los comicios, ERC, PSC y la CUP, que suman siete concejales, uno más que Aliança Catalana, iniciaron conversaciones y cerraron un acuerdo para evitar un gobierno de Orriols. Pero desde Junts, segunda fuerza, criticaron el pacto de izquierdas por haberse alcanzado sin consultarles a ellos. Este sábado, en su discurso previo a la investidura, la candidata de Junts Manoli Vega insistió en mantener su candidatura a la alcaldía e invitó a los demás partidos a hablar a partir del lunes para impulsar una moción de censura.
El día después de los comicios, Vega dijo que su partido no se sentía legitimado para liderar un gobierno alternativo por el “voto de castigo” recibido. Pero luego la alcaldable abogó por tener la vara de mando gracias un “gran pacto por Ripoll” con ERC y PSC, pero no con la CUP.
Después de que Junts desautorizara a su presidenta, Laura Borràs, quien abogó por dejar gobernar a Orriols, Vega insistió en que no hay que permitir la alcaldía para un partido “xenófobo”, “racista” y “ultranacionalista catalán”, si bien rechazó que la fórmula fuera un pacto de izquierdas, y reclamó la alcaldía.
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