Carta desde un centro sociosanitario de Toledo al director general de Discapacidad: “Estamos totalmente desabastecidos”
Rosa Inés Padilla González, Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) del Centro de Atención a Discapacitados Intelectuales Gravemente Afectados (CADIG) Nuestra Señora de Benquerencia, en el barrio del Polígono en Toledo, ha remitido este viernes una carta mediante correo electrónico al director general de Discapacidad de la Junta, Javier Pérez, en la que manifiesta la preocupación que hay en este centro por la situación actual de crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Reproducimos íntegramente este contenido:
“Sabemos que estamos en una situación límite, con un virus con una alta contagiosidad, estamos actualmente muy preocupados porque no sabemos lo primero si estamos contagiados o no, al no tener hecho el test , y estamos preocupados por si somos personas contagiadas asintomáticas y llevamos el virus dentro del centro y contagiar a nuestros residentes, los cuales dependen totalmente de nosotros y son personas muy vulnerables.
Actualmente tenemos un caso en aislamiento a la espera (más de 48 horas esperando) a que se realice el test, para saber si da positivo o no, mientras tanto hay personal tanto enfermeros como, técnicos auxiliares de enfermería y personal de limpieza entrando en una habitación improvisada de aislamiento sin ningún tipo de equipo de protección individial (EPI) porque no disponemos de protecciones, realizando cada tres horas cambios posturales, cambios de pañal y alimentaciones por una sonda nasogastrica, estando continuamente en contacto con fluidos corporales, porque hasta que no dé positivo el test, no se toman las medidas de aislamiento oportunas.
En estos momentos nos daría igual que diese positivo o no, porque no hay EPIs, no tenemos mascarillas FP2, no tenemos pantallas protectoras ni gafas, no tenemos batas, no tenemos de nada.
Mientras tanto, cada día más de 60 personas están entrando cada día a trabajar, son más de 60 personas que pasan por el centro de trabajo cada 24 horas y que luego se van a sus casas con sus familias y no sabemos si estamos o no contagiados.
A parte de esto estamos empezando también a quedarnos sin guantes en el centro, estamos totalmente desabastecidos, nos hemos puesto en contacto con nuestra empresa, pero nos indican que no tienen medios para conseguir el material por el estado de alerta ya que los suministros ahora mismo son cosa del Estado.
En numerosas ocasiones hemos trasladado nuestra situación a la dirección del centro tanto verbal como por escrito pero seguimos igual, lo único que hemos recibido después de una semana pidiendo EPIs por parte de la junta es una garrafa de cinco litros de desinfectante de manos, que aunque también sea necesario nos parece ridículo, dado la cantidad de personal que pasa cada día por el centro.
Seguramente parezca que hay mucho personal pero estamos hablando de chicos con muchas características diferentes, son grandes dependientes, tenemos usuarios en sillas de ruedas que nos necesitan para todo, y tenemos a usuarios que incluso necesitan a dos personas dada sus conductas problemáticas.
Estamos hablando de chicos con problemas conductuales que están acostumbrados a sus paseos por la calle, a salir e irse con sus familias, y llevan confinados en el centro desde el jueves pasado sin salir, por lo cual están bastante nerviosos y hace el trabajo todavía más complicado, y ya no nos metemos con las agresiones físicas que sufrimos, porque es parte de nuestro trabajo, lo cual ya hoy por hoy ni nos preocupa.
Nos preocupa el estar preparados si entra el virus (si no esta dentro ya) para protegernos y proteger a todas están personas que están a nuestro cargo, el personal intenta estar positivo, bailar, reír, actuar con normalidad, hacer más llevadero este confinamiento a los residentes, pero sin tener las medidas de seguridad realmente es muy difícil.
Estamos hablando de héroes que todos los días salen de sus casas para ofrecer lo mejor de ellos mismos, mis compañeros como ya he dicho están aguantando pataletas, mordiscos, peñizcos, puñetazos, insultos... Y a pesar de esto están respondiendo con una sonrisa, eso si una sonrisa triste porque estamos muy preocupados por no poder proteger lo suficiente a los residentes.
Nosotros siempre hemos dicho que somos como una gran familia para ellos y entre los mismos profesionales, son muchas horas las que pasamos juntos, ante situaciones muy estresantes día a día en la que el compañerismo es la base fundamental de que funcionen las cosas y no nos quememos.
Hoy por hoy puedo decir que estoy muy orgullosa de todos y cada uno de mis compañeros que siguen al pie del cañón dando lo mejor de si mismos cada día aguantando situaciones realmente insostenibles, y todo por dar lo mejor de si mismos ante esta situación, tenemos una lista enorme de voluntarios para ir a trabajar en sus días libres si fuera necesario (y lo está siendo ya) incluso vamos a proponer hacer turnos de doce o catorce horas si se viera minada la plantilla por el virus, todo por ellos para proteger a nuestros residentes o 'nuestros chicos' como los decimos nosotros.
Así que para no enrollarme más, pido que para que toda esta gente pueda seguir haciendo su trabajo como lo están haciendo cada día nos protejan, y los protejan, porque ya no es por nosotros que quizás lo pasaríamos con pocos síntomas, es por ellos porque más de uno no lo pasaría puesto que tienen la salud muy delicada
Por lo que solicitamos el envío de EPIs y guantes para todo el personal de CADIG Benquerencia para poder seguir haciendo nuestra labor que es cuidar de nuestros chicos en las mejores condiciones posibles, y evitar así el contagio del virus y la muerte de nuestros residentes. Nos quedamos a la espera de una respuesta por su parte“.
Firmado: Rosa Inés Padilla González, TCAE del CADIG Benquerencia y presidenta del Comité de Empresa.
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