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Castilla-La Mancha dice basta a la despoblación y el “abandono” en la revuelta de la España vaciada

Decenas de miles de personas abarrotaron la Plaza de Neptuno FOTO: Raquel Gamo

Raquel Gamo

En una manifestación histórica que cumplió las previsiones de los convocantes, la España vaciada ha dicho en Madrid basta a la despoblación. Decenas de miles de personas marcharon bajo una intensa lluvia desde la plaza de Colón hasta la de Cánovas del Castillo (Neptuno) para exigir “un pacto de Estado” contra la despoblación y la articulación de medidas para mitigar el desequilibro demográfico que acecha a más de la mitad de España. La manifestación fue secundada por 100.000 personas, según los convocantes. La Delegación del Gobierno rebajó la asistencia a la mitad.

La ‘revuelta de la España vaciada’ sirvió para visualizar ante todo el país el descontento de amplias capas del territorio español. Castilla-La Mancha se sumó a la manifestación, secundada por las plataformas La Otra Guadalajara, Paisanos de Sancho del Campo de Montiel, Cuenca Ahora y SOS Talavera. Todas ellas contaron con un representante en la cabecera de la marcha. También asistieron Francisco Martínez Arroyo, consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha; además de varios representantes políticos de las cinco provincias de nuestra región como el delegado de la Junta en Molina de Aragón, Alfredo Barra o el presidente del PP castellano-manchego, Francisco Núñez. La asociación Serranía Celtibérica y la Red Castellano-Manchega de Desarrollo Rural (Recamder), que aglutina a los grupos de acción local, también secundaron la protesta.

Los convocantes exigen un gran acuerdo de todas las fuerzas políticas para afrontar el reto demográfico, una auditoría sobre los fondos de cohesión y desarrollo, un calendario de inversiones reales para ejecutar la Estrategia Nacional para el Reto Demográfico –que el Gobierno aprobó el viernes- y una fiscalidad diferenciada para el medio rural, que pasa por establecer un régimen tributario como el que ya tienen Canarias, Ceuta y Melilla.

Ángel Luis López, portavoz de La Otra Guadalajara de la comarca de Molina de Aragón, una de las primeras plataformas rurales que se adhirieron a la ‘revuelta’ auspiciada por 'Soria Ya' y 'Teruel Existe', tal como publicamos en este medio, asegura que “veinte provincias de la España de interior nos hemos unido en Madrid para gritar basta ya” y reclamar a los políticos que “se muevan y rescaten la Ley de Desarrollo Rural para que los servicios e infraestructuras del siglo XXI lleguen a los pueblos”. Asimismo, califica a la Estrategia para el Reto Demográfico, presentada recientemente por el Gobierno como “papel mojado” y, añade que “lo que necesitamos son medidas fiscales discriminatorias e igualdad para atraer empresas a nuestros territorios”.

En la misma línea se manifiesta, Javier Domenech, representante de Paisanos de Sancho, que agrupa a 23 poblaciones de las provincias de Ciudad Real y Albacete: “No queremos propuestas nuevas, solo dignidad para la España Vaciada y que se dote de presupuesto a la Ley de Desarrollo Rural de una vez, porque existimos y también somos ciudadanos de primera”.

En representación de Talavera de la Reina, cuarta ciudad de la región y capital de una de las comarcas de Castilla-La Mancha que más aquejan el déficit de servicios básicos, Gloria Camacho, portavoz de SOS Talavera y comarca, se muestra “impresionada” por la masiva afluencia de público a esta manifestación ciudadana. Al mismo tiempo, reivindica “un pacto de Estado y soluciones urgentes contra la despoblación rural como la construcción de centros educativos y una línea de tren de alta calidad con el fin de ”reducir el paro y evitar que nuestros jóvenes se vayan de las comarcas rurales para no volver jamás“.

Por su parte, Cruz Fernández, portavoz de Cuenca Ahora, la provincia española que más población ha perdido durante los años de la crisis económica (21.000 habitantes), asevera que “la despoblación es un tema de Estado que requiere de un plan de choque y del compromiso de todos los ciudadanos y políticos”. Además, afirma que “nos jugamos nuestro futuro y destaca la relevancia de ”la comarcalización como vía para llevar los servicios básicos a estas zonas y repoblar el territorio rural“.

Jesús Ortega, vicepresidente de Recamder, llevó hasta Colón el mensaje del Manifiesto de Sigüenza, un decálogo de medidas efectivas para hacer frente a la despoblación, entre ellas, la implantación de una fiscalidad propia: “reivindicamos la aplicación de este documento, necesario para lograr que se mantenga la población rural”. Y, agrega “las empresas rurales son rentables y únicamente necesitan ayudas directas y deducciones fiscales con las que puedan crear empleo y fijar población en el medio rural”.

Para Fidel Paredes, presidente de la Asociación Serranía de Guadalajara, la manifestación ha sido “una respuesta extraordinaria de toda España dirigida a los políticos para que se conciencien de una vez de la extrema situación del mundo rural”. Considera también que la despoblación ha de afrontarse con “voluntad política, medidas inmediatas como el Manifiesto de Sigüenza y un cambio de mentalidad en las poblaciones rurales que abandone la resignación”.

Pugna electoral

La protesta tiene especial relevancia por varios motivos. El primero es por su inédita capacidad de movilización: nunca antes tantas plataformas de casi todos los rincones del país habían realizado este ejercicio de unidad. El segundo es por el amplio respaldo que ha cosechado en las calles de la capital, lo que demuestra el hartazgo de una parte sustancial de la ciudadanía española. Y el tercero es porque ha eclosionado coincidiendo con la intensa pugna que mantienen los principales partidos por el voto rural, en vísperas del ciclo electoral que abren las generales del 28 de abril.

Todas las formaciones han intensificado durante los últimos días su discurso sobre la España rural. El Gobierno aprobó el viernes las directrices generales de la Estrategia Nacional para el Reto Demográfico, un documento que contiene 80 medidas para combatir la despoblación que aún debe ser validado por la Conferencia de Presidentes autonómicos. Ciudadanos, aprovechando una visita de Albert Rivera el pasado lunes para presentar a su candidata en Guadalajara, ha puesto encima de la mesa una rebaja fiscal que incluiría la deducción de un 60% del IRPF para los vecinos de municipios de menos de 5.000 habitantes.

Los convocantes de la manifestación alertaron del riesgo de “politización” de la misma y pidieron a los distintos partidos que se abstuvieran de la tentación de patrimonializar el éxito de este acto. A la marcha de Colón, que recibió el apoyo de la práctica totalidad de fuerzas políticas y agentes sociales, acudieron la ministra de Economía, Nadia Calviño; y el de Agricultura, Luis Planas; Teresa Ribera, de Transición Ecológica y Reyes Maroto, de Industria y Comercio.

También estuvo presente la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, candidata del PSOE por la provincia de Guadalajara al Congreso. Albert Rivera, presidente de Ciudadanos también participó en una marcha, en la que también desfilaron José María Álvarez y Unai Sordo, líderes de UGT y CCOO, respectivamente. La Red Española de Desarrollo Rural, que aglutina a los grupos de acción local; y organizaciones agrarias como Asaja y COAG, y de varias diputaciones provinciales, respaldaron la manifestación.

El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo aseguró que la finalidad de este movimiento “es reivindicar los pueblos y los servicios justos, sociales, de calidad e iguales para todos”. Los pueblos, a su juicio, son nuestras raíces, la base de nuestra cultura y los que nos hacen ser como somos“ y ”también van a ser nuestro futuro“.

En declaraciones a los medios de comunicación, Martínez Arroyo ha indicado que “hoy en Madrid es un día de fiesta de toda la gente que quiere defender el medio rural” y con ello se quiere demostrar a las personas que viven en las ciudades que “es muy importante mantener vivos nuestros pueblos y contar con ellos y garantizarles los servicios y las infraestructuras suficientes”, algo que debe llevarse a cabo “seduciéndolos” desde el medio rural. Y es que, ha incidido, “no nos podemos permitir el lujo ni en nuestro país ni en Europa de prescindir de nuestros entornos rurales que son la base de nuestra cultura y que nos hacen ser como somos”.

“España desatendida”

Al término de la marcha, los periodistas Manuel Campo Vidal –originario de Huesca y vinculado a movimientos contra la despoblación a través de la cátedra que apadrina en la Universidad de Lleida- y Paloma Zuriaga, directora de RNE, leyeron un manifiesto en el que denunciaron que la “España desatendida” se encuentra “olvidada por los poderes públicos”. El texto, consensuado por las plataformas convocantes, considera que “atender a la España rural, a la España vaciada, es un asunto de Justicia. Es imprescindible para el equilibrio territorial, social y económico. Y es también defensa del medio ambiente”.

Campo Vidal, que recordó su etapa en la que inmigró desde su pueblo oscense hasta Barcelona, recordó que “hoy, en España, 26 capitales de provincia pierden población. Y si retroceden las capitales, cabe imaginar la caída en los pueblos. Hay que reaccionar. No podemos dejar que el medio rural agonice”. Asimismo, evocó la creación hace dos décadas de las plataformas Teruel Existe y Soria ¡Ya!, motores de la protesta que cuajó en Madrid. “Teruel existe empezó hace 20 años. Soria ya disparó sus alarmas hace 18. Y Cuenca. Y Huesca. Ourense. Palencia, Jaén, La Rioja, Zamora, Ciudad Real, Segovia, Ávila, Guadalajara, Cáceres, Badajoz...”

El mensaje fundamental que hicieron llegar los convocantes es que no reclaman “ayudas” sino un pacto de Estado “de amplia base parlamentaria” que permite regenerar la pirámide demográfica española, lastrada por un notable desequilibrio. El 90% de la población reside en el 30% del territorio, mientras en el 70% restante apenas reside el 30% de los ciudadanos de este país, según el INE. Los datos que aparecen cada año permiten constatar que la hemorragia demográfica sigue lejos de ser taponada. Ni en el conjunto de España ni en Castilla-La Mancha.

Casi todos los municipios de la Serranía de Guadalajara han visto mermado sus padrones durante el último siglo. Cuenca ha perdido el 40% de su población desde 1950. Según un estudio de Teruel Existe, un tercio de los municipios de esta provincia tienen menos de dos habitantes por kilómetro cuadrado y en 22 pueblos no hay ningún menor de 18 años. La provincia de Teruel ha perdido en un siglo la mitad de su población, al pasar de los 265.908 habitantes en 1910, su máximo histórico, a los 135.562 en 2018. En el mismo periodo, España ha pasado de tener 20,3 millones de habitantes a rozar los 47. Por otro lado, el censo de la provincia de Soria, que alcanza los 88.600 habitantes, se estima que se reduzca hasta los 80.000 en 2030.

En todo caso, la zona cero de la despoblación en España, según los datos del Instituto Serranía Celtibérica, es la comarca del Señorío de Molina, en Guadalajara. Esta zona presenta una densidad demográfica de 1,63 habitantes por kilómetro cuadrado, la más baja de España. Prácticamente, todo el territorio de Castilla-La Mancha puede considerarse agraviado por la falta de inversiones públicos. Sin embargo, la despoblación se ceba con especial dureza en las zonas rurales de Guadalajara –toda la provincia excepto el Corredor del Henares-, las provincias de Cuenca y de Toledo. De hecho, el municipio con menos habitantes de España, según el INE, es Illán de Vacas (Toledo), cuyo censo es de seis habitantes.

Los ‘desiertos demográficos’ creados en el interior del país son consecuencia de la emigración a las ciudades a partir de la década de los 50 del siglo XX. El franquismo potenció la industria y el desarrollo del sector turístico, y ello dio pie a un abandono progresivo del medio rural. Aún hoy esta tendencia no ha logrado frenarse aunque el éxodo masivo se localizó en los años del periodo desarrollista, entre los 50 y 70 del siglo pasado. Esta época hizo cuajar también una serie de tópicos alrededor de la vida en el medio rural que aún lastran la imagen del campo como un lugar no apto para vivir.

Y, en realidad, sí lo es a pesar de la brecha de desigualdad por la falta de servicios o de acceso a oportunidades labores. Precisamente, el eje central sobre el que se ha cimentado la denominada “revuelta de la España vaciada” es el amplio sentimiento de agravio que ha cuajado en más de la mitad del territorio nacional, que se siente postergado en las inversiones públicas y que reclama reequilibrar la estructura demográfica. Esto último no sólo sería beneficioso para los pueblos sino para las ciudades, al hacerlas más habitables y sostenibles.

El Gobierno de Castilla-La Mancha puso en marcha esta legislatura una estrategia para el desarrollo de zonas de despoblamiento y declive socioeconómico: la creación de las zonas ITI (Inversión Territorial Integrada), que abarcan más de 600 municipios de los 919 que conforman la comunidad autónoma. Los convocantes de la manifestación en Madrid solicitaron “pasar de las palabras a los hechos” y algunas de las plataformas, como La Otra Guadalajara o Paisanos de Sancho, exigieron la reactivación de la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, que se remonta a 2007 y que los distintos gobiernos desde entonces mantienen guardada en un cajón.

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