¿Conseguirá Castilla-La Mancha ponerse a la vanguardia del bienestar animal?
Desde que el Gobierno de Castilla-La Mancha dio a conocer el primer borrador de la futura Ley de Bienestar Animal, ha habido una premisa muy repetida desde el Ejecutivo: ponerse a la vanguardia en esta materia. El consejero de Medio Ambiente, Francisco Martínez Arroyo, dice haberse involucrado personalmente en sacar adelante este proyecto como una asignatura pendiente de la región, en la que actualmente rige una normativa de más de 25 años, donde las sanciones están en pesetas y además son las más bajas de todo el país. En una comunidad autónoma donde la caza es tan importante y donde no hay un movimiento social mayoritario que demande esta nueva ley, su puesta a punto no es fácil. Finalmente, se ha optado por una nueva ley que incluye solo a los animales domésticos y que recupera el espíritu de un borrador “frustrado” en 2011 por la llegada a la Junta de María Dolores de Cospedal.
El primer objetivo para solventar el problema por el que la región ha recibido ‘amonestaciones’ de fundaciones animalistas es aumentar considerablemente todas las sanciones e incluso cambiar la categorización existente entre leves, graves y muy graves. En el texto se encuentra la posibilidad de que las agresiones o el abandono, consideradas ahora en segundo término, pasen a ser sancionadas al máximo. De hecho, en infracciones muy graves, donde se incluye matar y envenenar animales, el máximo vigente de 6.000 euros se multiplicaría por diez, hasta los 60.000 euros.
Se trata de una cifra de partida que busca complementar los delitos de maltrato animal que ya están contemplados en el Código Penal, y en los que se incluirían numerosos casos que se han visto en Castilla-La Mancha de auténtico ensañamiento y tortura con perros y gatos. Ahora bien, es una normativa referida a los animales domésticos. Es decir, no entrarían los festejos taurinos (actualmente se excluyen de las infracciones por utilizar animales en espectáculos crueles), la actividad cinegética, de gran importancia económica en la región y que la Junta considera compatible con esta norma, y la producción ganadera, regulada a nivel europeo.
Entre las propuestas más novedosas se encuentra prohibir la utilización de animales salvajes en los circos. Sería dar rango autonómico a medidas ya impulsadas por muchos municipios de todo el país. Al incluir en la nueva Ley, se obligaría a todos los ayuntamientos a acatarlo. El borrador también incluye la regulación de la cría y venta de animales, que no lo había estado hasta ahora. Es decir, todos deberán estar registrados por lo que se prohibirían prácticas muy extendidas como la venta de animales por Internet. La filosofía en este punto está en la línea de lo que plantean las organizaciones animalistas: hay animales en adopción a los que se debe dar prioridad sobre la venta. Se trataría de una medida complicada ya que afectaría a los negocios de venta, pero desde el Gobierno regional lo consideran compatible.
La apuesta por la adopción de animales se complementa con la prohibición del sacrificio en las perreras, salvo en casos de enfermedad. En esta cuestión, el objetivo es consensuarlo de manera que afecte lo menos posible a los ayuntamientos, titulares en la mayoría de los casos de los centros de acogida. Enlazado también con el ámbito local se incorpora la creación de colonias felinas para controlar la población de gatos, sustituyendo el sacrificio por la esterilización, y promoviendo además la salud pública. Estas dos medidas son las únicas que supondrían coste adicional.
Otras novedades importantes son que en caso de embargo de una empresa, los animales no puedan ser objeto del mismo, no siendo considerados bien material sino ser vivo; además de realizar una mención expresa a la zoofilia y prácticas sexuales animales, cuya prohibición está recogida en el Código Penal pero no en la ley de 1990.
Finalmente, la intención de la Junta con la actualización de esta ley es también prohibir el tiro al pichón, realizado en Castilla-La Mancha como actividad deportiva. Hay algunas asociaciones y ferias de pueblos que siguen realizando una tira al año, pero se trata de una práctica que ni siquiera apoya la Federación de Caza y que se puede sustituir por unas hélices que se asemejan al pichón, que copian su vuelo y que son igual de predecibles para el tirador. En el borrador se incorporan asimismo actualizaciones sobre la prohibición de peleas de animales, mutilaciones y exposición de animales en escaparates.
Este borrador ya se ha remitido a todas las partes interesadas y afectadas para iniciar un proceso de consultas previas antes de convertirse en anteproyecto y remitirlo al Consejo de Gobierno y posteriormente a las Cortes. Se trata de una normativa para su aprobación a medio plazo y debido a su carácter “rupturista”, desde el Gobierno regional consideran que la interlocución será muy importante, conscientes de que la mentalidad en el “compromiso social” con los animales se ha transformado ampliamente en los últimos años, según el consejero Martínez Arroyo.
Estas consultas se han realizado durante el año y ahora la intención del Gobierno regional es que el anteproyecto de Ley de Bienestar Animal entre en las Cortes de Castilla-La Mancha para su trámite antes del verano. En su opinión, “no hay ninguna comunidad autónoma en España que haya hecho un esfuerzo tan ambicioso, tan moderno y tan comprometido con el bienestar de los animales que Castilla-La Mancha”.
Sin embargo, este proyecto no ha contado con el beneplácito de todos los colectivos animalistas. Por ejemplo, la Asociación en Defensa de los Animales ‘Dejando Huella’ cree que queda corta y pide profundizar en las sanciones y en las consideraciones del maltrato animal. “No basta con el resultado de muerte sino con que haya lesiones. Lo que se trata de conseguir es un efecto disuasorio porque de nada sirve hacer una ley contra el maltrato animal si se dejan brechas abiertas”, han afirmado.
El proyecto cuenta además con la puesta a punto, casi en paralelo de la reforma de la Ley de Caza en Castilla-La Mancha. Ambas leyes se cruzan en cuestiones como la utilización de perros para la caza, como es el caso de los galgos. En este punto, la Junta estipula que mientras estén cazando, estos animales quedan acogidos a la normativa cinegética y cuando no, a la de Bienestar Animal. Será en la práctica cuando se vea si ambas leyes son compatibles en cuanto al uso de animales domésticos.
Y aunque las corridas de toros parecen intocables en esta región, con una amplia tradición, la futura Ley de Bienestar Animal ha contado con un ‘empujón’ por parte de la Consejería de Hacienda y Administraciones, encargada de regular los festejos taurinos, quien ha elaborado un nuevo decreto por el que prohíben todos aquellos que supongan maltrato animal, en el caso de las conocidas becerradas o en los encierros de las fiestas populares de los pueblos. Muchas de ellas, son costumbres muy arraigadas en algunos municipios, pero la presión ejercida durante los meses de agosto y septiembre por los colectivos animalistas han hecho su mella. Los vídeos de las becerradas de Valmojado o la muerte de reses en los encierros de Brihuega abrieron la espita de las denuncias sociales.
De hecho, PACMA no termina de darle su visto bueno a esta Ley. Considera que, aprovechando el objetivo de Castilla-La Mancha de legislar y buscar la “vanguardia” en este sentido, deberían ir más allá e incluir los perros de caza y la tauromaquia en esta nueva normativa. Los animalistas consideran un “total despropósito” si se dan estas exclusiones, y argumenta que el grueso de abandonos y muertes de perros los sufren los animales que se utilizan para cazar.
Desde PACMA aplauden que se quiera situar a Castilla-La Mancha en la vanguardia de los derechos de los animales, pero afirman que eso será “completamente imposible” si los animales de caza continúan siendo los grandes olvidados y la tauromaquia y todos los festejos taurinos se excluyen.
También alaba este partido la futura prohibición de circos con animales, pero incide en que hay que eliminar el calificativo de “salvajes” pues “todos los animales sufren en las actividades circenses, padecen estereotipias, estrés y son sometidos a durísimos procesos de aprendizaje, en los que la violencia es protagonista”. A su vez, consideran positivo que al fin se regule la cría y venta de animales por parte de particulares pues precisamente estas actividades “acarrean las altísimas tasas de abandono que sufren especialmente perros y gatos, sin olvidar a otros como conejos”. Entienden igualmente como “un gran avance” la intención de instaurar el método CES o de colonias felinas en los municipios de la región, pues “es el único que se ha demostrado capaz de mejorar las condiciones de vida de los animales que un día fueron abandonados y forman parte de las poblaciones” y, por tanto, son responsabilidad de la Administración.