Los embalses de la cabecera del Tajo estarían ahora al 32% sin el último triple trasvase
Sin el último triple trasvase aprobado por el Gobierno anterior de Mariano Rajoy, los embalses de Entrepeñas y Buendía acumularían actualmente cerca de 800 hectómetros cúbicos de agua y estarían a un 32% de su capacidad, según un cálculo que ha realizado la Asociación de Municipios Ribereños de la cabecera del río Tajo. Agrega además que si los regantes del SCRATS no hubieran “saqueado” hasta 200 hectómetros cúbicos de recursos propios del río Segura con la “connivencia” del Ejecutivo del PP, esta cuenca estaría cercana al 50%.
Se trata de “todo un ejercicio de melancolía” que ha realizado este colectivo a raíz de la “tregua” concedida por las lluvias en primavera que hasta esta misma semana han dejado abundantes precipitaciones.
Apunta que esos 800 hectómetros cúbicos estarían muy cerca de la “modesta cifra” de los 900 que reclaman desde la Asociación de Ribereños para empezar a recuperar sus “desoladas economías”. “Muy lejos del cien por cien de llenado, pues habría aún un 70% vacío, y ni con esas pensaba ceder el desmembrado Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente”.
No obstante, explica que “las tornas parecen cambiar y las perspectivas son halagüeñas”. Refiere de este modo la entrevista de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en eldiario.es, cuando afirmó: “Considerar que podemos poner en regadío grandes extensiones de secano sin acceso a agua o pensar que puede haber un no coste a un recurso tan fundamental es absurdo (…) Hay que insistir en que son aportaciones puntuales que no pueden ser el eje central de una política de agua como hemos oído en ocasiones en el pasado”.
Para la asociación, el problema parece claro y no es sólo el Tajo o la comarca ribereña lo que está en juego. “Todas las miradas en España y Europa apuntan hacia la agricultura industrial del SCRATS, mientras el Gobierno de Murcia mira para otro lado y el Mar Menor agoniza. Es hora de actuar en la raíz del problema y dejar de alimentar a una industria privada cuya codicia solo es comparable a su escaso respeto por el medio ambiente”, concluye.