La industria y los servicios se desploman en Castilla-La Mancha a la espera de la reconstrucción
La pandemia de coronavirus sigue pasando factura a sectores económicos estratégicos, una vez que comienzan a publicarse datos del mes de marzo, el primero del estado de alarma y del confinamiento en España. En Castilla-La Mancha, las últimas cifras hechas públicas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan una tónica similar o peor que la media española. En esta comunidad autónoma, el sector servicios es fundamental y determina en muchas ocasiones las tasas de paro, mientras que el industrial estaba suponiendo un despegue de la región en términos económicos justo antes de la llegada de la COVID-19.
A la luz de estos datos, la cifra de negocios de la industria se desplomó en Castilla-La Mancha un 13,2% el pasado mes de marzo respecto al mismo mes de 2019, como consecuencia de la crisis sanitaria y del cierre de muchas empresas o la menor intensidad de su producción por el estado de alarma. Es un porcentaje muy similar a la media estatal: una caída del 13,9%, su mayor retroceso desde octubre de 2009.
Según las estadísticas del INE, únicamente destaca el crecimiento experimentado por la fabricación de productos farmacéuticos, rama que elevó sus ventas un 17,4%, y en la industria de la alimentación, que facturó un 14,2% más. Entre los recortes, sobresalen las reducciones interanuales de las ventas en la confección de prendas de vestir (con una caída del 32,2%); en la fabricación de vehículos a motor (baja un 35,4%); y en las coquerías y refino de petróleo (desplome del 48,1%).
La caída es mayor en el sector servicios
En cuanto al sector servicios, registró en Castilla-La Mancha un descenso de su facturación del 21,6% en marzo y el empleo en esta área retrocedió en el tercer mes del año un 0,6% en tasa interanual y un 1,8% en términos mensuales. En los datos de empleo hay que tener en cuenta que las personas acogidas a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) durante el estado de alarma siguen formando parte del personal de la empresa.
A nivel nacional, el sector servicios registró un descenso de su facturación del 18,7% en marzo, su mayor caída desde mayo desde 2009, debido a la crisis sanitaria. Con este descenso, los servicios ponen fin a 78 meses de meses de ascensos interanuales.
Por sectores, los mayores retrocesos fueron para la hostelería, que hundió su facturación un 57,7% en marzo, y la venta y reparación de vehículos a motor, donde las ventas cayeron un 47,3%. En total, la facturación de los servicios se desplomó un 19,8% interanual en marzo, la mayor caída de la serie histórica, iniciada en el año 2000. Los datos del INE reflejan que el empleo en el sector servicios retrocedió en el tercer mes del año un 1,6% en tasa interanual, poniendo fin a 71 meses consecutivos de avances interanuales. Tampoco en este caso se recogen las personas que forman parte de un ERTE.
Estos datos coinciden con los del paro registrado del mes de marzo y también con los de la Encuesta de Población Activa (EPA) de Castilla-La Mancha publicada a finales de abril con resultados del primer trimestre. En ambos casos la subida del desempleo se dejó notar sobre todo a partir de decretarse el estado de alarma y la emergencia sanitaria, cuando comenzaron a cerrarse las actividades económicas.
El paro registrado en la región se elevó a 188.012 personas desempleadas en marzo, lo que supuso un incremento del 6,98% respecto al mes anterior (12.271 personas desempleadas más) y un 9,39% (16.139 personas desempleadas más) de variación interanual, frente al 9,31% y 9,01% experimentado a nivel nacional. De las 12.271 personas que entraron a formar parte del paro registrado, el 47% corresponde al sector servicios.
Medidas de reconstrucción
Los datos de ventas industriales y del sector servicios son algunos de los que se han tenido en cuenta para elaboración de las decenas de medidas que componen el denominado Pacto de Reconstrucción Social y Económica de Castilla-La Mancha.
En ese plan de medidas extraordinarias se incluye, entre otras acciones, ayudas al fomento empresarial para reducir el impacto de la crisis; el ‘Cheque Exportador COVID-19’ (ayudas a fondo perdido para el desarrollo de acciones empresariales de internacionalización, innovación y transformación digital), un lote de medidas dirigidas al sector turístico y artesano; y otras tantas ayudas y planificaciones, que se complementan con las de los ayuntamientos para el rescate de sectores como la hostelería.
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