Los ribereños explican que “Murcia no es el enemigo” sino que el problema es la “corrupción”
La Asociación de Municipios Ribereños ha lamentado que “trate de enfrentarse” a dos comunidades autónomas, Castilla-La Mancha y Murcia, ya que consideran que “el problema es con una industria privada” que representa directamente en el Sindicato de Regantes del Trasvase, así como un Gobierno “empeñado” en favorecer dicha organización “en detrimento de los embalses, su comarca, el río Tajo o el Mar Menor”.
En este sentido, señalan que el último trasvase “se ajusta a la ley” pero siempre saltándose “a la torera” la Ley de Aguas. Esto, afirman, se ha convertido en el “principal mantra de los trasvasistas”, tanto en el Sindicato como en el Gobierno central “o sus acólitos”. Desde la Asociación se preguntan si las leyes son “justas” y si responden realmente a los intereses de la nación “o de una industria privada”.
“¿Es normal que transcurra más agua por la tubería del Trasvase que por el propio caucel río Tajo?”, se pregunta la Asociación de Municipios Ribereños. “Obviamente no”, responden a su vez. Lamentan que la situación sea legal gracias a un memorándum que fija de manera “artificial” la cantidad en los 400 hectómetros cúbicos como límite trasvasable “en función de los deseos y necesidades de los regantes del Trasvase, no de la cuenca cedente”. De este modo, explican que es una “injusticia” que todo el agua por encima de esos 400 hectómetros cúbicos sea legalmente excedentaria.
La ley indica que son prioritarios los usos de la cuenca cedente, pero otra ley indica cuál es la cantidad con la que se considera que pueden darse por satisfechos esos usos. Y ese límite, afirman, lo han marcado “los beneficiados del Trasvase, no los perjudicados”. “El zorro pastoreando las gallinas”, lamenta el presidente de la Asociación, Francisco Pérez Torrecilla.
Finalmente, añaden que desde la puesta en marcha del trasvase se han ido añadiendo hectáreas de regadío, que han cifrado en unas 10.000 hectáreas más. “La administración y la Confederación Hidrográfica del Segura no sólo hace oídos sordos, sino que legaliza la situación con cada nuevo Plan de Cuenca”, lamentan. “El problema no es que falte agua en el Levante, el problema es que sobran regadíos”, advierte Pérez Torrecilla.
“En Cuenca y Guadalajara sabemos que el problema no es culpa de los murcianos o de los regantes tradicionales, que se ven arrinconados por las grandes empresas; sabemos que la situación es culpa de la avaricia de unos pocos y del Gobierno, tanto central como de Murcia, que se lo permite”. “Cada vez son más las voces de apoyo que nos llegan desde Murcia, donde han visto caer un presidente autonómico y morir una joya como es el Mar Menor por culpa de los abusos de estos agricultores industriales”, concluyen.