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Menú para la participación en una democracia real: redes, datos, plataformas, ciudadanía

Por Elsa Soro y Mercè Moreno

La jornada “Network democracy for a better city” organizada en el CCCB de Barcelona por el proyecto D-CENT (Tecnologías de Participación Ciudadana Descentralizadas, que acaba de publicar un recomendable informe la gestión de los comunes en la economía del conocimiento), orientada a la generación de herramientas libres y descentralizadas para la democracia en red, ha puesto en el centro del debate la estrecha relación entre prácticas democráticas y tecnologías digitales. Aunque es innegable el rol de las tecnologías en las transformaciones políticas que se han llevado a cabo a partir del año 2011, no hay que caer en la ilusión de una solución meramente técnica al problema de la democracia. Esto es, que los fallos inherentes al sistema de la democracia representativa se puedan resolver simplemente con el uso de las redes y de dispositivos tecnológicos.

Desde una mirada crítica al capitalismo cognitivo y al modelo neoliberal de la ciudad inteligente, repleta de utopismo tecnológico, varios activistas, hackers, investigadores, emprendedores digitales y políticos participantes en la jornada han expuesto reflexiones y propuestas específicas. Concretamente, han abordado el tema de la innovación en las formas de participación en la vida política y ciudadana en el marco de la denominada ciudad inteligente (o “ciudad del listillo” según la definición de Xabier Barandiaran, impulsor de Flok Society Ecuador).

A lo largo del día se “cocinaron” una serie de recetas cuyo ingrediente central ha sido la participación, adobada con varios ingredientes tecnológicos como plataformas, softwares libres y aplicaciones creadas por y para la ciudadanía, desde las nuevas formaciones políticas como Bcn en Comú, Podemos, Ahora Madrid, empresas sociales, organismos, etc.

Reunir todos estos recursos al servicio de la ciudadanía española y europea ha supuesto una ocasión de intercambio de experiencias y de sondeo de su escala y adaptabilidad. Repasamos el “menú” de la jornada, siguiendo con la analogía culinaria para el hilo conductor del encuentro, destacando las principales propuestas que se abren, desde el procomún y lo abierto, a nuevas oportunidades de emancipación para los ciudadanos.

Entrantes

Si la ciudad inteligente es un producto neoliberal que se nutre de los datos emitidos por los ciudadanos y capturados por las grandes corporaciones, que los utilizan para reproducir el sistema capitalista y ampliar su brecha de mercado, Gemma Galdón (investigadora en la UOC y consultora en Eticas Research) y Francesca Bria (coordinadora de D-CENT y de proyectos en el Nesta Innovation Lab) han insistido en la importancia de la reapropiación de los datos por parte de los y las ciudadanas. Para ello, en su opinión, es necesario el uso de software y hardware libre/abierto, para la creación de ecosistemas abiertos y experimentos de emprendeduría social (como el caso de los Fab Lab o makerspaces)

Primeros platos

Como primeros platos tenemos a varias herramientas participativas para impulsar políticas colaborativas a escala nacional.

Kuorum.org , presentada por su co-fundador Matias Nso, es una empresa social nacida en 2013, cuya misión es mejorar la comunicación entre los ciudadanos y sus representantes políticos a través de la tecnología y cuyos beneficios son reinvertidos en formación para personas en peligro de exclusión digital. El modelo de financiación de Kuorum se basa en cargar los costes a los mismos políticos, por su acceso a datos sobre opiniones que ciudadanos y organizaciones manifiestan en torno a sus propuestas políticas.

Por otro lado, el Banco de Talentos es una herramienta de crowdsourcing presentada por Miguel Ardanuy, responsable de participación de Podemos, ideada para involucrar las diferentes profesionalidades y experiencias de los individuos en su proyecto político según las necesidades que se planteen.

Miguel Aguilera, miembro de Podemos Aragón y Zaragoza en Común, nos propone por su parte una serie de herramientas digitales con código abierto, para recoger propuestas que vienen desde la ciudadanía y con un sistema de filtrado basado en el porcentaje de población votante, llegan a los consejos ciudadanos

Por otro lado, el reto de combinar participación digital y offline ha llevado a Bcn en Comú, representada en la jornada por Javier Toret y Gala Pin, a estipular un código ético, una herramienta de debate online para la elaboración conjunta del texto de un nuevo contrato entre la ciudadanía y sus representantes.

Todas estas recetas quieren dar el salto a iniciativas políticas efectivas, de las que se ha hablado en el último panel dedicado a nuevos movimientos políticos que ya representados en sus gobiernos o incluso lideran éstos, como sería el caso de otras experiencias presentes: Syriza de Grecia, en el primer caso, con Andreas Karitzis, o el Pirate Party de Islandia representado por Birgitta Jónsdóttir, en el segundo caso.

Segundos platos

Para los segundos platos se ha experimentado con la fusión de experiencias de participación digital a escala europea e internacional, gracias a la presencia de Marcelo Branco, de Brasil, que nos ha presentado el “ Marco Civil de Internet” (the Internet Civil Framework, or Brasil Internet Bill of Rights) creado colaborativamente con el objetivo de defender la libertad de expresión y otras libertades civiles puestas en peligro en la red en ocasión de la ley contra el cybercrime del 2008.

El marco conceptual de las experiencias europeas lo ha delineado Fabrizio Sestini, desde su cargo de comisario científico en la Comisión Europea y responsable de las iniciativas CAPS (Collective Awareness Platforms for Sustainability and Social Innovation), que tienen como objetivo el desarrollo de soluciones bottom up para una mejor toma de conciencia y de decisiones y la colaboración ciudadana, basado en soluciones tecnológicas innovadoras.

Entre otras propuestas, hemos podido conocer también Open Ministry, presentada por el emprendedor de software Joonas Pekkanen, desde el Forum Virium Helsinki, un instrumento de crowdsourcing legislativo para transferir propuestas que vienen desde la ciudadanía y las ONG al Parlamento.

También hemos podido escuchar acerca de “Your Priorities”, la propuesta deRobert Bjarnason, fundador de la Citizens Foundation http://www.citizens.is/, en open source, y fácilmente implementable por todos los ciudadanos que quieran aportar sus propuestas.

Entre los segundos platos, no sólo hay recetas cocinadas por las y los ciudadanos, sino que también se han tenido en cuenta propuestas de open government elaborada por los gobiernos. Sería el caso de Estonia con la plataforma Praxis, presentado por Hille Hinsberg, cuya misión es proporcionar asesoría estratégica a los responsables políticos y fomentar el debate público y la participación en los procesos de toma de decisión.

Bebidas

Todas las herramientas presentadas durante la jornada han empezado a esbozar soluciones, conjunta y multifacéticamente, a los fallos de la democracia existente, con intención de proyectar desde lo digital experimentos de co-gestión del espacio público, pero en muchos casos necesitan de un sistema de riego que respete los valores abiertos y colaborativos que se vienen reivindicando desde diferentes voces.

En el marco de este menú, desde Goteo nos sigue interesando ocuparnos de llevar las bebidas, ofreciendo una red social de financiación colectiva (aportaciones monetarias) y colaboración distribuida (servicios, infraestructuras, microtareas y otros recursos) que riegue estos recursos y herramientas comunes, como ya ha sido el caso en campañas para proyectos de transparencia y datos abiertos, o más recientemente demonitoreo ciudadano,entramados especulativos o relaciones entre políticos y lobbies económicos.

Por Elsa Soro y Mercè Moreno

La jornada “Network democracy for a better city” organizada en el CCCB de Barcelona por el proyecto D-CENT (Tecnologías de Participación Ciudadana Descentralizadas, que acaba de publicar un recomendable informe la gestión de los comunes en la economía del conocimiento), orientada a la generación de herramientas libres y descentralizadas para la democracia en red, ha puesto en el centro del debate la estrecha relación entre prácticas democráticas y tecnologías digitales. Aunque es innegable el rol de las tecnologías en las transformaciones políticas que se han llevado a cabo a partir del año 2011, no hay que caer en la ilusión de una solución meramente técnica al problema de la democracia. Esto es, que los fallos inherentes al sistema de la democracia representativa se puedan resolver simplemente con el uso de las redes y de dispositivos tecnológicos.