Queremos conocer, potenciar y explorar las ventajas y contradicciones de toda una red de nuevos proyectos que utilizan Internet para visibilizarse y desarrollarse de manera sostenible y para el bien común. Canal de economía social, por Pau Llop y Goteo.org
Una escuela de economía para suspender el miedo
La palabra 'economía' viene de la raíz griega 'oikos', que significa 'hogar'. Un vocablo derivado, 'Okonomia', se refiere a la tarea de administrar el hogar de una forma prudente, equitativa y sensible a las necesidades de quienes en él viven. Estos son los cimientos de Okonomia, la primera escuela popular de economía que se construye en este mismo momento vía crowdfunding (ya ha alcanzado el presupuesto mínimo) y que abrirá sus puertas muy pronto, en febrero, contando con mentores como el economista Arcadi Oliveres.
Se trata de un lugar físico, pero nómada, que aspira a expandirse como metodología en todos aquellos barrios y pueblos de España en donde haya una familia, un hogar -un ‘oikos’- que esté sufriendo sin saber cómo ni por qué el zarpazo de una crisis en cuya causa todavía no alcanzan a comprender cuál fue su papel.
Comprender, saber, conocer. No hay “por qué” sin “cómo”. En la explicación de “por qué Okonomía” que dan en la web de Nittúa (la empresa de innovación social que impulsa este proyecto) entre otras cosas se dice: “Porque ya está bien de aprovecharse del desconocimiento para sembrar el miedo” y que “queremos saber para ser más libres”.
Miedo, conocimiento, libertad. Tres conceptos tan íntimamente relacionados que a veces duele su rozamiento diario. Para alinearlos en ese orden, es decir, pasar del miedo a la libertad a través del conocimiento, el responsable de Nittúa, el economista y emprendedor social Raúl Contreras, tiene clara la metodología: se basa en los planteamientos de la educación popular impulsados por Paulo Freire. Entre otras cosas la pedagogía de la pregunta en lugar de la pedagogía de la respuesta. Puro espíritu crítico. Pura herramienta. Cero dogma.
Dialéctica, crítica y propagación
Y homenajeando también de su raíz griega (“los ciudadanos griegos no estarían igual ni lo vivirían de la misma manera si hubieran podido pasar por una escuela Okonomia”, asegura Contreras), la dialéctica es el método transversal: “La generación del conocimiento es colectivo, no existe la clase magistral. El grupo comparte sus experiencias y necesidades como base de trabajo y creación” dice Contreras, que aclara que el sistema de Okonomia “no pretende resolver los problemas de nadie, sino aportar herramientas que faciliten a cada persona crear su propia solución”. Se provoca el pensamiento crítico. Empodera a la persona ante el sistema económico. Y la puntilla, en la que no puedo dejar de recordar la Ética Hacker de Himanen: “El alumno se compromete a trasladar ese conocimiento adquirido en la escuela a las personas de su entorno más directo. Se convierte en un multiplicador del efecto positivo de la escuela”.
Para hacer esto posible, en Okonomia existirán los facilitadores, personas con dos perfiles: por un lado, economistas, administradores de empresas, financieros, etc. Por otro, profesores, pedagogos. “En cada grupo de la escuela los habrá de los dos tipos para asegurar tanto la metodología como el contenido”, explica Contreras. De momento, han buscado personas sólo para la primera escuela piloto, que se ubicará en el barrio de Benimeclet, en la ciudad de Valencia. “Mientras transcurre el plazo de ejecución de la piloto seguiremos seleccionando facilitadores y formándolos”, promete este emprendedor social.
La escuela cuenta además con unos mentores que aportarán puntualmente sus propuestas y reflexiones. Aparte del citado Oliveres, estarán Carlos Ballesteros, Enrique del Río, Francisco Álvarez, Núria González y el propio Raúl Contreras.
La escuela presencial en la era del Courseera
¿Cómo es posible que en la era de internet, con toda la información a nuestro alcance, hayamos estado tan poco y mal informados de cómo funciona la economía y, sobre todo, cómo nos afecta a la hora de la verdad? Según Contreras, “cuando la persona se satura de información sin saber gestionarla y no es capaz de establecer un criterio de selección, puede acabar más desinformado y mareado que antes de acceder a la Red”. De esta forma, la metodología elegida en Okonomia “exige el trabajo del grupo para la construcción del conocimiento. La presencia física en un aula aporta una convivencia que facilita enormemente el proceso de aprendizaje. La cohesión y confianza interna del grupo exige un cercanía que sólo se alcanzará desde la condición presencial”, argumenta el economista.
No obstante eso, Okonomia también tiene su cara digital: una web e intranet con unas funciones determinadas: acumular y mostrar el material concluyente de las sesiones, facilitar la preparación de los temas y su trabajo posterior, aportar accesibilidad al conocimiento creado a las personas externas a la misma y favorecer la cooperación entre diferentes escuelas.
Ya conocemos los objetivos, la metodología y quiénes y por qué están detrás de Okonomia. ¿y en frente? ¿A quién esperan ver cruzar la puerta de esta academia popular contra el miedo económico? “Esperamos a la ciudadanía en general, pero vamos a procurar que la información de nuestros cursos llegue a aquellas familias que partan de una mayor necesidad de gestionar bien sus economías”, contesta Contreras. La implicación de las asociaciones de vecinos y otras entidades y movimientos sociales será también “muy importante” para llegar a las personas.
¿Y si hubiéramos ido a una clase de Okonomia antes de firmar con el banco?
¿Hubiera habido tantos estafados por Fórum y Afinsa o atrapados en los casos de las ‘Preferentes’ si Okonomia hubiera existido mucho antes? Le pedimos a Contreras que nos ponga un ejemplo práctico de un antes y después: “En ese 'antes', el ciudadano, el cliente, puede limitar los criterios de elección al tipo de interés, con carácter preferente, y el periodo de inmovilización del capital. De esta forma con medio punto diferencial del interés la gente se mueve de un producto a otro sin pensar mucho más. Tras su aprendizaje con Okonomia, la persona introduce más parámetros de evaluación de los productos. Añade al tipo de interés y la liquidez, las garantías, la seguridad, la evaluación del riesgo, la distribución del ahorro invertido y el uso de su dinero tras ser depositado en el producto. El ciudadano, ahora sí, querrá saber dónde se va a invertir su dinero, cuál va a ser el rendimiento social y medioambiental del mismo, cuál es el aporte de su inversión al desarrollo local y cuál es el valor solidario de la misma. Todos estos elementos, ponderados desde la libertad del ciudadano, aportan información para una correcta y responsable elección. Vamos a enseñarles los diferentes instrumentos de la economía solidaria para que puedan entrar en su parrilla de elección”, detalla el economista.
Teoría... y práctica
Ahora que ya sabemos también a quienes se dirige este proyecto y cómo va a cambiarles su participación en él, cerremos el círculo: ¿Cómo se va a sostener Okonomia más allá del capital inicial recaudado en Goteo (llevan 3.727 y aspiran a 7.550)? Y en la respuesta que a esto nos da Contreras vamos a encontrar la guinda, ese toque transversal que abre los proyectos, que crea red: “Una vez cubierta la inversión inicial, el proyecto es sostenible en cuanto existan cuatro escuelas. Lo conseguiremos mediante el pago que los alumnos realizan, de 10 euros al mes, pero es que además la escuela se vincula a otro proyecto social, TGL, que aportará a cada alumno 20 L , siendo 'L' una moneda social que tiene el valor de un euro, y es aceptada por empresas en la venta de sus productos”. Es decir, Okonomia tendrá teoría... y práctica.
Contreras y su equipo esperan que tras la apertura de la primera escuela el mes que viene, vengan al menos otra en otro barrio valenciano -“quizá El Cabanyal”, apunta el economista-, y otra en alguna ciudad del área metropolitana de la capital del Túria. No obstante, siendo Okonomia un ente replicable, “no se puede descartar que vayan surgiendo más por otros rincones del Estado”. Por eso, y “para evitar que aquél capital inicial que no se consiga por crowdfunding acabe incrementando el coste de la matrícula”, Contreras pide a las personas interesadas en esta escuela popular de economía que sigan donando.
Sobre este blog
Queremos conocer, potenciar y explorar las ventajas y contradicciones de toda una red de nuevos proyectos que utilizan Internet para visibilizarse y desarrollarse de manera sostenible y para el bien común. Canal de economía social, por Pau Llop y Goteo.org