Las costas de la Marina Alta están este verano absolutamente llenas. Sobre la arena de las playas y también mar adentro. Si alguien tiene dudas, atención a la siguiente fotografía que registró desde el cieloel pasado sábado una avioneta de la Escuela de Pilotos La Montaña, de Alcosser de Planes (El Comtat), cuando sobrevolaba la bahía de Xàbia.
La instantánea lo dice todo. Cerca de 150 embarcaciones, nada menos, fondeadas frente a la costa, donde no hay más que unas 60 boyas. La pregunta es obligada: ¿Es eso sostenible?
El Institut de Recerca Oceanogràfica de Xàbia (IROX) lleva años denunciando esta situación y concienciando de su impacto. “En las últimas semanas estamos asistiendo a una agresión brutal a nuestro litoral por parte de personas que no están concienciadas del peligro para el entorno marino, del que suponen que van a disfrutar, sin pensar que si se sigue con estas prácticas llegaremos a un punto de no retorno”. El punto de “la total desaparición de los ecosistemas y por tanto de nuestro litoral tal como lo conocemos hoy”.
El IROX considera que “las administraciones competentes están incumpliendo su deber de protección de aquello que está legislado, ya que a día de hoy no hay control sobre aquellas embarcaciones que fondean directamente sobre las praderas de posidonia o incumplen la limitación de navegación dentro de la franja de 200 metros de la línea de costa”. Y reclama una ley específica de protección de la posidonia y que se garantice la sostenibilidad aplicando el principio de “capacidad de carga”, entendido como “el número máximo de turistas que pueden visitar un mismo lugar sin provocar efectos destructivos en el medio ambiente, en el orden físico, biológico, económico y sociocultural, o bien un deterioro inaceptable del grado de satisfacción de los turistas”, según definición de la Organización Mundial del Turismo.