El activista Mohamed Benhlima se encuentra detenido en un centro de la policía militar en Chéraga, al oeste de Argel, según aseguran fuentes del equipo jurídico que se ocupa de su defensa. Benhlima fue deportado la noche de este jueves en un vuelo 'exprés' fletado por el Ministerio del Interior tras haber rechazado el Gobierno español otorgarle la protección internacional. Dos días antes, el joven envió a sus allegados y a los miembros de la campaña 'CIEs No' que realizaban el acompañamiento del activista un video grabado en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Valencia, en el que decía: “Si aparezco en la televisión argelina haciendo falsas declaraciones como si fuera un terrorista, sabed que ha estado fuera de mi alcance y que he padecido las peores torturas tanto morales como físicas en los centros de los servicios secretos y de información argelinos”.
Apenas cuatro días después de su entrega, la profecía de Mohamed Benhlima se ha cumplido. El exmilitar y activista ha aparecido en un video de media hora en la televisión privada Ennahar TV.
“Se ha visto obligado a desdecirse por completo de sus posiciones sobre el trabajo que ha realizado estos últimos tres años en el movimiento Hirak”, señala un miembro de su equipo jurídico internacional. “Mohamed Benhlima nos advirtió en un video que grabó justo antes de ser expulsado de que si lo veíamos en la televisión diciendo cosas que no tienen sentido, significaba que está bajo tortura”, agrega la misma fuente.
El exmilitar y activista huyó a España en 2019 por su participación en el Hirak, un movimiento popular de protesta que, bajo el lema dawla madaniya machi ‘askariya (“un Estado civil y no militar”), revolucionó Argelia. Fue condenado a diez años de prisión por terrorismo gracias a un nuevo artículo del Código Penal argelino (el conocido como 87 bis) que amplía el concepto a cualquiera que perturbe la seguridad del Estado, la unidad nacional o la estabilidad y el funcionamiento de sus instituciones. Un reforma del Código Penal que ha sido criticada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, que advirtió de que la amplitud del 87 bis podía implicar “persecuciones” y violaciones de los derechos humanos.
En situación de irregularidad administrativa (sin papeles) y denegada su primera solicitud de protección internacional, Benhlima se dedicó a denunciar presuntos casos de corrupción en el seno del Ejército argelino en su canal de Youtube, con 155.000 suscriptores, hasta su internamiento en el CIE de Zapadores (Valencia). La segunda solicitud de asilo fue denegada al considerar el Ministerio del Interior que existían “razones fundadas” de que Mohamed Benhlima suponía “un peligro para la seguridad de España”.
Jaume Durà, el letrado de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) de Valencia que cursó la segunda solicitud de protección internacional, lamenta la “indefensión” que ha sufrido el activista y exmilitar y recuerda que no había ningún procedimiento penal abierto en España. El caso de Mohamed Benhlima es calcado al de su compatriota Mohamed Abdellah, deportado desde el CIE de Barcelona y encarcelado en un recinto militar argelino, donde ha denunciado haber sufrido torturas.
Disidentes 'sin papeles'
Ambos disidentes huidos de Argelia no necesitaron ni siquiera ser extraditados. Simplemente han sido deportados al estar en situación irregular y habérseles denegado la protección internacional. En el caso de Mohamed Benhlima, además, en pleno periodo de tensión entre España y Argelia por el cambio histórico de posición del Ejecutivo de Pedro Sánchez sobre el Sáhara. De hecho, el Ministerio del Interior aceleró la deportación del activista para complacer a las autoridades argelinas, según publicó El Confidencial citando fuentes diplomáticas.
La rapidísima deportación del activista dejó sin capacidad de reacción a sus letrados de la Red Jurídica de Abogados/as para solicitar la paralización cautelar de la entrega a Argelia (recibieron la notificación de la denegación del asilo más de una hora después, cuando Benhlima ya volaba a su país natal escoltado por dos agentes de la Policía Nacional).
Nada más aterrizar, un video mostraba la detención del activista y exmilitar. Cuatro días más tarde, ha trascendido la supuesta confesión de Mohamed Benhlima. El Comité Contra la Tortura de las Naciones Unidas investiga la deportación del activista y el Defensor del Pueblo ha solicitado documentación.
El movimiento de protesta Hirak fue duramente reprimido por las autoridades argelinas. En enero del 2020, antes de la interrupción de las movilizaciones debido a la crisis sanitaria de la pandemia de la COVID-19, el Comité Nacional para la Liberación de los Detenidos informó de que 3.000 activistas habían sido acusados en procedimientos judiciales. Mientras estaba huido en España, el exmilitar Mohamed Benhlima fue condenado a 10 años por terrorismo por pertenecer supuestamente al movimiento islamista moderado Rachad, cuya presencia en las protestas del Hirak ha creado divisiones entre los manifestantes.
El activista, que cuenta con el apoyo de Amnistía Internacional, temía sufrir torturas y posibles represalias a su familia en Argelia en caso de deportación, tal como aseguró en una conversación telefónica con elDiario.es desde el CIE de Zapadores.