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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Los actos taurinos populares, un melón que pocos políticos se atreven a abrir

Como si de un gigante dormido se tratara, los diferentes actos taurinos vinculados a las festividades populares han permanecido en fase de hibernación durante dos largos años con motivo de la pandemia y con ellos el siempre polémico y enconado debate sobre su futuro.

Sin embargo, pasado lo peor de la COVID-19, el gigante ha despertado. Las actividades taurinas han vuelto a tomar las calles y plazas de multitud de localidades de toda España y el goteo constante de fallecidos y heridos, además de las imágenes que retratan el sufrimiento de los animales difundidas por partidos y colectivos animalistas, han vuelto a poner sobre la mesa la conveniencia de la celebración de estos actos, un melón que pocos políticos se atreven a abrir, menos aún a escasos meses de citas electorales en diferentes autonomías.

Un buen ejemplo de esta situación es la Comunitat Valenciana, donde se celebran más de la mitad de los 16.000 actos taurinos de toda España, En concreto, según informó recientemente el secretario autonómico de Seguridad y Emergencias del Gobierno valenciano, José María Ángel, hasta finales de agosto se han registrado 7.000 actos taurinos en 280 municipios con un balance de siete fallecidos y más de 300 heridos, entre ellos menores de edad, como sucedió sin ir más lejos este miércoles en Gilet (València).

Pero no es algo exclusivo de la autonomía valenciana. Por ejemplo en los recientes encierros de San Sebastián de los Reyes también ha habido heridos de diversa consideración. En Cella (Teruel) falleció un hombre de 69 años a medidos de agosto de una cornada mortal cuando trataba de ayudar a su hijo de 41 años, quien resultó herido leve durante el toro embolado.

En La Seca (Valladolid), un hombre de mediana edad falleció tras resultar corneado por una vaca, durante el festejo taurino de la Fiesta de los Novillos.

Con todo, es en la Comunitat Valenciana donde sí se ha abierto un debate sobre el futuro de los llamados 'bous al carrer' (toros en la calle), que incluyen el toro embolado y el toro con cuerda.

La alarmante cifra de fallecidos obligó al Gobierno valenciano a convocar la Comisión Consultiva de Festejos Tradicionales en la que participan la Consejería de Justicia, las peñas taurinas y los colegios de veterinarios, de médicos y de enfermería. Sin embargo, el asunto trató de zanjarse apelando a una mayor concienciación, pero sin nuevas medidas de seguridad al considerar que el actual reglamento autonómico es el más restrictivo de España.

Sin embargo, 24 horas después, preguntada por la falta de medidas para atajar estas situaciones la vicepresidenta del Gobierno valenciano, Aitana Mas (Compromís), dio un paso al frente: “Evidentemente el reglamento no es suficiente, es un debate que deberemos tener antes del próximo verano y que se deberá incluir entre los acuerdos del tercer Pacto del Botánico”.

Desde entonces, las reacciones tanto a favor como en contra de abrir el debate sobre el futuro de estos actos no se han hecho esperar. El presidente del Gobierno valenciano, Ximo Puig, en una entrevista este jueves 1 de septiembre en Onda Cero, consideró que el debate abierto sobre la celebración de los 'bous al carrer' y los festejos taurinos en la Comunitat Valenciana, tras las siete víctimas mortales registradas en lo que va del verano, es “absolutamente legítimo”, señaló que cada ayuntamiento “tiene capacidad autónoma para decidir” sobre esta cuestión y defendió que la normativa valenciana que rige estos eventos es “estricta”.

La Federación de Peñas Taurinas de Bous al Carrer de la Comunitat Valenciana contestó con amenazas de denuncias y rechazó “cualquier tipo de peticiones o iniciativas que tengan una marcada finalidad electoralista y de visibilidad ante la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas”. Además, advirtió que para evitar “cualquier tentación” al respecto, quienes promuevan dichas iniciativas “deberán enfrentarse a la afición valenciana”.

Tan solo 24 horas después, Puig aseguró que “la palabra 'prohibición' no está en estos momentos en la agenda” mientras Mas insistió en la reflexión al preguntarse si “una fiesta en la que muere gente es una fiesta”, aunque luego matizó que en ningún momento pidió “que se prohíba nada”. Ambos abogaron por mejorar las medidas de seguridad.

El portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, se mostró este jueves a favor de “abrir un debate” sobre los 'bous al carrer' y los festejos taurinos en la Comunitat Valenciana y apuntó que él no es partidario de “prohibiciones” sino de “preguntar a la gente”.

El secretario general socialista en la provincia de Castellón, Samuel Falomir, alcalde de L'Alcora, aseguró que el único debate es de qué manera mejorar la seguridad de los bous al carrer”. Otro de los socios del pacto, Podemos, expresó su postura en estos términos: “Lamentamos las muertes, esto no puede seguir ocurriendo. Se debe compatibilizar la diversión con la seguridad y con un trato respetuoso con los animales”. El PP reiteró su posición completamente partidaria de este tipo de actos taurinos.

La portavoz en las Corts Valencianes y en el Ayuntamiento de València, María José Català, consideró que, pese a las cifras de heridos y fallecidos, el reglamento es “suficientemente contundente”. La parlamentaria es concejal en un Ayuntamiento, el de València, que, como recordó el alcalde, Joan Ribó, prohibió en 2016 el 'bou embolat' y el 'bou amb corda' que se celebraban en algunas pedanías.

Localidades como Tavernes de la Valldigna o Sueca, donde hace unos años se celebró un referéndum que los desaprobó, han decidido prescindir de este tipo de festejos taurinos, mientras se lanzan propuestas similares en otros municipios.