El drama humanitario de los refugiados ha hecho saltar las costuras de la Unión Europea. El proyecto comunitario cada vez se parece más a un espejismo y los valores sobre los que fue edificado se quiebran ante la imposición de las posiciones más duras contra la llegada de refugiados. El acuerdo firmado con Turquía para que sea este país el que los expulsen del viejo continente es el último episodio vergonzoso de un serial inacabable.
Sobre esta tragedia han reflexionado este lunes en el centro cultural La Nau, en Valencia, el catedrático de Filosofía del Derecho y miembro del Instituto de Derechos Humanos Javier Lucas; el politólogo especialista en migración Sami Naïr, y la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra. Moderados por Antonio Ariño, vicerrector de la Universitat de València, los tres han mostrado su indignación por un acuerdo calificado de “sucio” y de fruto del “regateo” por Naïr.
“Tenemos que indignarnos por la situación de los refugiados, cuyos derechos están siendo vulnerados por la UE”, ha proclamado De Lucas. A esa afirmación, Naïr ha agregado: “El interés electoral ha podido con el sentimiento de solidaridad”. El politólogo francés ha retratado una Europa dividida “por los que están indignados y los que apuestan por el chovinismo de la prosperidad”, citando al filósofo Jürguen Habermas. Una división que, según Naïr, “ha afectado a dirigentes como Merkel, que primero optó por acoger y luego por poner barreras al firmar el pacto con Turquía”.
De Lucas ha censurado la imposición de barreras. “Esto no va a parar, por muy eficaces que sean las acciones en las fronteras”, ha advertido. ¿Qué hacer entonces para solucionar el problema respetando los derechos humanos? Para el experto en derechos humanos, “librarse de gobiernos como el de España”. “Otros ya están haciendo cosas para que vengan los refugiados”, ha asegurado al valorar la iniciativa del Consell que intenta enviar un barco para trasladar a las personas refugiadas.
Oltra ha narrado su experiencia en los campos de refugiados. “Lo primero que nos dijeron fue gracias por venir”, ha asegurado, para criticar: “Si los líderes europeos fueran allí no tomarían las decisiones que adoptan”. La vicepresidenta ha denunciado “la falta de voluntad del gobierno de Rajoy”. Y ha recordado: “Con nuestro plan, estamos preparados para atender a 1.400 personas”. Refugiados que de lo contrario estarán a la merced de las mafias, “que les hacen subir a punta de pistola y les dejan a la deriva”. Es la vergüenza de la Unión Europea.