Jacobo Gordon, exsocio de Agag y de dirigentes de Vox, pacta una confesión con las fiscales de la visita del Papa y devuelve 117.300 euros

El primer día del juicio sobre el saqueo de los fondo de Canal 9 para la retransmisión de la visita del Papa Benedicto XVI a València en 2006 acabó en un sálvese quien pueda. 13 de los 24 acusados han llegado a acuerdos con las dos fiscales del caso, Concepción Sabadell y Concepción Nicolás, para reducir las penas de cárcel a cambio de reconocer los hechos y devolver el dinero de las mordidas.

Varios de los acusados ya han ingresado cantidades que corresponden a su responsabilidad civil en la cuenta del juzgado de la Audiencia Nacional, que ya recoge más de medio millón de euros. El presunto fraude fue de 3,4 millones.

Ha sido el caso de Jacobo Gordon, una de las piezas empresariales del engranaje de la trama Gürtel que en esta pieza separada de la macrocausa se enfreta a 15 años de cárcel por los delitos de falsedad documental, con la Hacienda Pública y blanqueo de capitales. Gordon utilizó la sociedad Castaño Corporated, de la que es administrador único, para ayudar a meter en el mercado parte de los 3,4 millones que la trama Gürtel se embolsó con el contrato de montaje de las pantallas gigantes para que los peregrinos siguieran en directo la misa del Benedicto XVI.

Gordon es además un conocido de las élites populares del PP. Fue socio del yerno de Aznar, Alejandro Agag, y en los años 2002 y 2003 de la diputada de Vox Rocío Monasterio y del secretario general de la formación de ultraderecha, Iván Espinosa de los Monteros.

La relación de Gordon con Agag era más que conocida, no tanto la de los líderes de Vox. El promotor y miembro destacado de la Gürtel montó con Espinosa de los Monteros y Monasterio la sociedad Gestión Inmobiliaria Habitabile, fundada en julio de 2002, que se dedicaba a transformar locales en viviendas, según el registro mercantil al que ha tenido accedo eldiario.es. En septiembre de 2003, la pareja salió del accionariado y ambos dejaron de ser administradores y apoderados.

Pero la relación de Monasterio no acaba ahí, puesto que firmó planos cuando todavía no era arquitecta para la empresa de Gordon Inmobiliaria Felipe Campos SL, según publica El País.