El Ágora, como el Palau de les Arts Reina Sofia y el resto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, es otro ejemplo de los macroproyectos sobredimensionados del PP valenciano. La última de las estructuras que culminan el proyecto megalómano de Santiago Calatrava que no ha estado, como sus vecinos, exento de polémica.
Se trata, según explica la web de Cacsa (www.cac.es), de “un espacio con una versatilidad que permite acoger eventos de diversa naturaleza. Un escenario multifuncional proyectado para la celebración de congresos, convenciones, conciertos o representaciones, con la posibilidad de transformarse en zona para exposiciones”.
El Ágora, que estaba proyectado con un coste de 40 millones de euros que posteriormente se disparó hasta los 100 millones (honorarios de Calatrava incluidos), se estrenó en sociedad de noviembre de 2009 con la celebración en su interior del Open 500 de Tenis de Valencia, aunque posteriormente se tuvieron que reprender las obras para finalizar la cubierta.
No obstante, el Ágora sigue luciendo desperfectos muy visibles. Si inicialmente eran muy visibles las goteras, que se dejaban notar en eventos como el propio Valencia Open 500 o en la Campus Party, donde los participantes acudían al edificio provistos de paraguas y plásticos para cubrir los equipos informáticos, ahora se ven las soldaduras de las planchas de la cubierta y ha saltado el trencadís en algunas zonas.
Este edificio ha tenido una baja utilización desde su estreno, no llega al 10% desde su presentación, y entre los actos que ha acogido el mencionado Open de Tenis, la Campus Party, algunos desfiles de moda (Valencia Fashion Week) y conciertos o fiestas... El bajo rendimiento del Ágora ha hecho que la Generalitat se plantee externalizar su gestión.
Precisamente, el diputado autonómico de EUPV Ignacio Blanco criticaba en febrero de este año calificaba el Ágora de “fracaso” y “ruina”, con una mínima ocupación desde su apertura, una instalación “infrautilizada”. La infraestructura está ubicada junto al puente de l'Assut de l'Or, cuyo coste es superior a los 60 millones de euros.