“No queremos que lloréis por nosotros. Los palestinos no somos víctimas, somos luchadores por nuestra causa” Con sus palabras quería secar las lágrimas de las 200 personas que la estaban escuchando en el Teatre Micalet. Aforo completo, y otras tantas esperando en la calle. En un momento, la organización le pide que salga fuera a saludar. Ahed Tamimi, con 17 años, se ha convertido en un símbolo de resistencia de su pueblo frente a la ocupación israelí.
Poco antes de que el auditorio rompiera a llorar, su madre contaba la vida en las cárceles de Israel. Agresiones físicas, violaciones, incomunicación, ninguna asistencia sanitaria, traslados de 22 horas de duración y otros aspectos que “son contrarios al derecho internacional”. “La ocupación palestina es contraria” a esta legislación, añadía. Con cada frase alguien musitaba “qué injusticia”, “no puede ser”, “no hay derecho”.
Tamimi salió hace poco de prisión, donde estuvo ocho meses, igual que su madre, por enfrentarse a soldados de Israel durante una protesta. Por dos bofetadas, ocho meses en la cárcel. Su padre, activista, también ha pasado por las cárceles israelís. Según los datos de la ONG B'Tselem hay cerca de 270 menores palestinos en cárceles israelís, 50 de ellos menores de 16 años. Según los datos del BDS, entre 2000 y 2018 se ha mandado a prisión a 700 menores cada año. “Son presos políticos”, afirma Ahed con seguridad.
Sus reivindicaciones son de sobra conocidas: “Solo reclamamos el derecho a vivir en nuestra tierra”, recordaba, para luego añadir, rechazando una donación recogida por uno de los asistentes que “no queremos dinero, ni ayudas económicas, queremos acabar con la ocupación. Eso es lo que nos hace daño”. Su familia habla de las pérdidas de familiares con aparente normalidad, serenos, sin sobresaltos. Alguien del público les interpela por ello y pregunta cómo pueden soportar el dolor. “Si no podemos utilizar la tristeza y vivir con ella, no podemos avanzar. Sin lucha no podemos liberarnos. Estar contentos no significa olvidar a nuestros muertos”, responde Ahed.
La joven palestina está en una especie de gira por Europa con su familia. En sus charlas, entrevistas y otros actos organizados por entidades como el BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), insta a sus oyentes a que alcen la voz contra las politicas que atentan contra los derechos humanos y reivindica la lucha de los palestinos. El BDS es un grupo autogestionado que trata de concienciar a la ciudadanía occidental para que luche por los derechos humanos en Palestina, difunde listados de empresas que operan en este territorio y organiza boicots al Estado de Israel. El último, en Valencia, donde el movimiento es fuerte, fue al festival de cine del Muvim, que contaba entre sus patrocinadores con la embajada israelí. El siguiente paso, según han explicado en el acto, es conseguir que la próxima edición de Eurovisión no se celebre en Jerusalem.