La huerta de Alboraia ve amenazada su existencia. A la ampliación de la carretera V-21, con los terrenos ya expropiados, las máquinas trabajando y los vecinos en protesta, se suma un proyecto de urbanismo heredado de la época del PP y que los socialistas van a rescatar. La amenaza, no obstante, tiene varios frentes abiertos: el traslado de una zona comercial, la ampliación de dos polígonos industriales, el cambio de ubicación de dos institutos y la urbanización de varios terrenos para construir 3.000 viviendas. En total, cerca de 264.000 metros cuadrados de huerta que pasarán a ser cemento y asfalto.
El Plan General de Ordenación Urbana, impulsado por el PP, paralizado por la crisis y desarrollado por el PSPV-PSOE, que gobierna en minoría, pretende la construcción de 3.000 viviendas que serán para uso social de unas 7.000 personas, según las estimaciones del Ayuntamiento. Las obras implican ampliar los núcleos urbanos de Alboraia y Port Saplaya, y buscar un nuevo espacio para un centro comercial aún por determinar.
El proyecto ha unido a populares y socialistas y los ha enfrentado con el resto del pleno municipal y con parte de los vecinos. Compromís, Esquerra Unida y Ciudadanos, junto a varias asociaciones, llevan semanas protestando y recogiendo firmas contra la destrucción de zonas verdes. Para estos grupos, es incompatible la declaración de la emergencia climática -realizada por el Consell la primera semana de septiembre- con la reducción de zonas cultivables y productivas. Los vecinos han recogido más de 3.000 firmas contra el plan y han presentado decenas de alegaciones individuales.
El Ayuntamiento justifica el proyecto en la mejora de las comunicaciones entre el núcleo de la ciudad y el litoral, una zona de gran concentración turística, que se realizará con un nuevo vial por el polígono industrial y con una conexión con la V-21. Además, indica en varios comunicados que se debe cumplir con las ratios legales de parques públicos. Asimismo, recalca que el plan cumple la ley “escrupulosamente” y se ha realizado de acuerdo a la norma que protege la huerta valenciana -aprobada en la última legislatura en las Corts- y que ha trabajado para rebajar sustancialmente la superficie afectada.
Los socialistas explican que se ha reducido significativamente la superficie afectada con unas proyecciones de crecimiento más realistas. No obstante, desde Compromís consideran que sus cálculos siguen siendo exagerados. Según el PSPV, en 25 años Alboraia tendrá población suficiente para rellenar las 3.000 viviendas que se van a construir; aunque los valencianistas se muestran escépticos y creen que, con suerte, se tardaría 75 años. “¿Es necesario crecer de esta forma?”, se pregunta Àngels Belloch, portavoz de Compromís en el Consistorio, que cree que “hay datos erróneos” en las previsiones. Una creencia que avala la asociación de vecinos del centro histórico, que señala que la tasa de crecimiento del municipio es negativa y que hay cerca de 1.900 viviendas vacías en Alboraia.
Los valencianistas, que participaron en el gobierno local que modificó el programa entre 2011 y 2015, creen que “las circunstancias han cambiado mucho”, en referencia a la sensibilidad medioambiental actual. “La memoria del proyecto parece de otra época”, considera Belloch, que cuestiona si el Consistorio tiene recursos suficientes para dar servicio a la ciudadanía. A su juicio, se debería mejorar las instalaciones actuales en lugar de ampliar los núcleos urbanos.
En el último pleno del Ayuntamiento de Alboraia, el pasado jueves, se aprobó por unanimidad una moción de Ciudadanos, Compromís y Esquerra Unida que instaba a prorrogar la exposición pública del plan general hasta que se produzca un proceso de participación pública. El PSPV decidió que el plazo se ampliará hasta el 25 de octubre, un margen insuficiente para la oposición. “Es una tomadura de pelo”, cree la asociación de vecinos consultada por este diario.
En un comunicado, los tres partidos de la oposición señalan que el ayuntamiento “no dice nada” sobre comenzar un proceso participativo y creen que se impide así a los vecinos pronunciarse, como han reclamado. “La ciudadanía tendrá que decidir qué modelo de pueblo quiere”, reclama Belloch.
Los proponentes de la moción denuncian que “el PSOE ha pervertido el sentido de la moción y está incumpliendo aquello que decía respecto a comenzar un proceso de participación real. Está claro que quieren echar adelante sea como sea y la prórroga ha sido un intento de quedar bien de cara a la galería”. Los partidos de la oposición denuncian que el Ayuntamiento aprovecha hasta el último metro de tierra sin proteger para edificar.
Los vecinos desconfían del Ayuntamiento y creen que el proyecto busca saldar parte de la deuda que el consistorio tiene con una constructora, derivada del soterramiento de las vías del metro. De hecho, apuntan, la empresa que construirá las viviendas es la misma que ejecutó dichas obras.
Per L'Horta denuncia un 'pelotazo'
Por su parte, la plataforma ecologista Per L'horta llama a la ciudadanía a movilizarse y está organizando una serie de actos participativos para acercar el proyecto a los ciudadanos e intentar hacerlo comprensible. Los activistas organizaron el pasado fin de semana un recorrido por las zonas de huerta que desaparecerán con el plan.
La entidad entiende que este plan plantea un crecimiento urbanístico irreal e innecesario que supone volver a la cultura del pelotazo y considera que el vecindario de Alboraia está completamente desinformado sobre la importancia y contenido de este documento.
Asi, de acuerdo con la plataforma Alboraia, Huerta y Litoral, proponen la retirada del proyecto de PGE y la promoción y aprobación de un Plan de Participación Pública, transparente y con alternativas reales.
Exigen también la alternativa de estudiar una modificación puntual del vigente Plan General (PGOU) por vía de urgencia para dotar el núcleo de la población de suelo escolar público y los servicios imprescindibles.
Además, piden que se mejoren de las conexiones entre pueblo y litoral y entre Port Saplaya y la playa de la Patacona, aprovechando las vías existentes, sin destruir más huerta. En especial vías ciclopeatonales y tranvía por el litoral hasta Port Saplaya.
La entidad propone un estudio de los recursos y necesidades del pueblo, procurando su mejora con el mínimo crecimiento y un plan de viabilidad económica para la huerta de Alboraia, ordenando las industrias del polígono, sin ampliarlo ni conectarlo con la V-21.