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El drama que no cesa de las afectadas por el anticonceptivo de Bayer

Macu, en el centro de la imagen, y otras afectadas en Elche

Emilio J. Salazar

Elche —

“El día que acudo a mi ginecóloga, sin hacerme ninguna prueba de ningún tipo, me subo al potro como en cualquier consulta y allí comienza mi calvario”. Así comienza la historia de Macu. Era finales de 2008 y el mismo día que le pusieron el anticonceptivo de Bayer sufrió un desmayo fruto de los dolores -pese a que le habían dicho que era rápido e indoloro- “Con una hemorragia impresionante me derivaron a casa porque me dijeron que era normal”. Desde entonces sufre de dolor pélvico que se ha extendido a otras partes de su cuerpo como la zona lumbar, abdomen o extremidades.

Su relato lo va narrando rodeada de otras compañeras de la plataforma Libres de Essure de Elche, localidad que, junto con Córdoba, se implantaron más dispositivos de Essure en España hasta su retirada del mercado hace ahora dos años. “Mi ginecóloga me confesó que los iban colocando como churros”, señala Manoli, otra de las afectadas. Todas han acudido al encuentro con el periodista cargadas de expedientes médicos que en algunos casos como el de Toñi datan de 2002, año en el que comenzó en nuestro país la comercialización de un método que estaba llamado a ser el remedio alternativo a la ligadura de trompas.

Ella fue de las primeras en sufrir los efectos secundarios de un producto del que ni la multinacional alemana ni la administración española habían advertido, denuncian todas. Toñi había perdido parte de uno de los dos muelles de cuatro centímetros de tamaño que le habían colocado en las trompas de Falopio. “Fue al mear. Me dijeron que no me preocupara, que los muelles acompañan al dispositivo y que los dolores eran por la edad”. Con 45 años no le bajaba la regla, cuestión que achacaron a la premenopausia. Y luego llegó la fuerte hemorragia. El diagnóstico final, estaba embarazada.

“Achacaron mi embarazo a la ‘alta fertilidad’ que aseguraron tenía tanto yo como mi marido”, asegura esta madre de dos hijos. Le recomendaron un DIU “para evitar” futuros embarazos, recuerda Toñi. Mientras sigue contando su historia Macu no puede evitar el llanto. Sabe como acaba porque a ella le pasó lo mismo. A los tres meses del implante, cuando le hicieron una revisión para asegurarse de la correcta colocación del muelle, descubrieron que estaba embarazada de cuatro meses. Es decir, que se lo habían puesto sin cerciorarse primero. “Me dijeron que era la primera vez que les pasaba algo así”. Después, y ante el riesgo de que su vida corriera peligro, la ingresaron en Ondara (Valencia) donde abortó. “La pérdida de un hijo es lo más duro que he vivido nunca, no se supera y menos cuando eres tú misma la que el día de antes se tiene que tomar una pastilla que sabes que es para que su corazoncito deje de latir”, confiesa.

Otras víctimas del Essure no han perdido hijos, pero sí maridos. Como todas, María Lourdes sufre de fuertes dolores pélvicos que afectaron a sus relaciones sexuales, así como otros síntomas -que todas suscriben- como ansiedad, agotamiento continuo y depresión que acabaron haciendo mella en su matrimonio. “Me separé por culpa del Essure”, afirma con tristeza. Anteriormente, María Lourdes había sufrido su primera reacción alérgica a los cuatro meses de llevar en su interior el Essure que le dejó diez días en el hospital ingresada con una infección “muy grave”. Le dijeron que tenía un cólico nefrítico. Al final, como tantas otras mujeres portadoras del dispositivo de Bayer, descubrió que era alérgica al níquel, elemento químico del que se compone el muelle y que en España presentan alergia el 30% de las mujeres.

María Lourdes vuelve a pasar por el quirófano el próximo 23 de agosto para quitarle los restos del Essure. En anteriores operaciones ya le extirparon un ovario con un quiste. Por su parte, Macu tiene cita en la mesa del quirófano el 27 de agosto. Espera que como tantas otras mujeres operadas, sus dolores remitan. “Mi tercera hija va diciendo que jamás ha conocido a su mamá sana”, apunta. Describe como “camino tortuoso” el que ha emprendido hasta descubrir que sus dos trompas están perforadas y que tiene un implante roto y clavado en el útero.

Un descubrimiento que vino después de abortar y cuando tras una consulta médica le dijeron que la mala colocación del muelle del Essure le había perforado la trompa de Falopio derecha. Fue entonces cuando Macu empezó a comprender a qué se debían todos sus dolores y, pese a que los sanitarios le dijeron que no guardaban relación con el anticonceptivo, nada más salir de la consulta buscó con el móvil por internet: “¡No me podía creer lo que estaba leyendo, mis síntomas se parecían tanto a los descritos por otras mujeres!”, rememora. Ese mismo día se unió a la plataforma Libres de Essure hasta convertirse en uno de sus rostros más activos.

La plataforma

Los testimonios anteriormente citados pertenecen a la plataforma Libres de Essure, uno de los diferentes colectivos de afectadas que han surgido en España, a las que hay que sumar las que han proliferado en el resto del mundo donde también se implantó con fracaso el dispositivo de Bayer. Actualmente se encuentran en proceso de convertirse en asociación, cuentan con 2.400 inscritas en cuatro años de vida y han dado soporte a 3.500 mujeres en total.

Una de sus principales batallas es el reconocimiento de todos los síntomas. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha descrito once, “pero faltan muchos más porque no hay estudios de los efectos que produce a largo plazo”, explica Rita Fernández, portavoz de la plataforma en Levante, Castilla y León y La Mancha.

Si bien califica de “extraordinario” el paso que supuso hace justo un año el protocolo de actuación de retirada elaborado por la SEGO a requerimiento de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) en colaboración con las plataformas de afectadas, considera que no se está cumpliendo correctamente.

“La operación de retirada es muy compleja, se están haciendo muchas chapuzas, no se ponen de acuerdo cómo retirarla, no se ponen de acuerdo cómo causar el menor trauma posible”, describe. Asimismo, abogan por una mejor coordinación de los centros hospitalarios y sus profesionales. “Queremos que la profesión médica se comunique, porque no puede ser que en cada hospital se estén haciendo cosas diferentes. Sabemos de algunos hospitales que están más concienciados que en otros donde apuestan por la investigación y tratan a la paciente como si tuviera patología, en otros en cambio no les hacen las pruebas previas y siguen sin reconocer los efectos secundarios del Essure”, denuncia.

Con respecto a la actuación del Gobierno central, en la plataforma han percibido un cambio de actitud. “Cuando entró el PSOE primero con Montón y después con Carcedo, se mostraron con ganas de ayudarnos, nos reunimos, conseguimos esa guía de actuación pero las cosas se han atascado, algo está pasando porque ahora ya no parece que estén interesados en recuperar la salud de las afectadas”, comenta Fernández.

Acciones legales

En la plataforma Libres de Essure están trabajando con el despacho Castreje Abogados en una estrategia legal diferente a la emprendida por la Asociación Española de Afectados por Essure, que esta semana se ha topado con el archivo de la querella por lesiones y estafa que habían presentado ante la Audiencia Nacional.

“Nosotros no vamos por la vía penal porque en muchos casos al estar al borde de la prescripción no nos queda más remedio que la demanda patrimonial contra la administración pública o la demanda civil si se trata de sanidad privada”, señala el letrado Cipriano Castreje.

Por ello, han interpuesto una demanda sobre diligencias preliminares en el juzgado de Sant Feliu de Llobregat por ser el competente al estar registrado en esta localidad barcelonesa el domicilio social de Bayer España. La multinacional ya ha recurrido una decena de documentos formulados por este despacho el cual considera “fundamentales para que prosiga la demanda y que darían mucha luz sobre lo que ha sucedido con este dispositivo”, confiesa.

Pero Bayer España alega, por ejemplo, que ellos no son el fabricante y en septiembre el juez tendrá la última palabra de un proceso que se espera largo “y complejo”. “A un producto defectuoso se unen varios fabricantes e importadores, distribuidores, servicios de salud que han comprado”, avanza Castreje. “Ha habido problemas de praxis por no haberlo instalado bien y por otro lado en muchos casos aparentemente han funcionado; por ello necesitamos saber cuántos dispositivos se han vendido y eso solo lo puede facilitar Bayer porque no es lo mismo que falle un 1% de 100.000 que un 10%”.

Por último, este abogado considera que “lo ideal” para las miles de afectadas sería “que todas nos uniéramos y juntas estudiáramos todas las opciones e iniciáramos una demanda colectiva porque la unión, como se ha demostrado tantas veces, hace la fuerza”.

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