La ilusión de enterrar a sus muertos con dignidad va ganando, de momento, la batalla a la incertidumbre entre los familiares. La Conselleria de Calidad Democrática ha comenzado este lunes los trabajos de exhumación de las víctimas del franquismo enterradas en el cementerio de Alicante y lo ha hecho con la incógnita de si van a poder localizar los once cuerpos de la fosa X, la elegida entre las 34 que hay documentadas.
El revuelo de familiares, representantes políticos y medios de comunicación ha tenido lugar en el camposanto alicantino donde para recordar la anterior exhumación hay que remontarse a los años 80, cuando se exhumó y enterró al poeta oriolano Miguel Hernández en la zona de alicantinos ilustres junto a su mujer e hijo.
La larga espera ha permitido a los familiares organizarse en torno a una asociación constituida en el mes de septiembre del año pasado. Juntos emprendieron un camino que anteriormente habían venido realizando por separado, como ha sido el caso de Juan José Seller, nieto de José Sellers Davó de Novelda, enterrado en la fosa que hoy se ha empezado a excavar.
“Me hizo mucha ilusión cuando me enteré de que la Conselleria había empezado por la fosa de mi abuelo”, dice Seller. “La verdad es que ya me puedo dar con un canto en los dientes”, afirma. Él es uno de los siete familiares localizados de los once en total. A todos ellos, entre los que se incluye a la portavoz de la asociación, María José Pérez, cuyo abuelo se llamaba Ginés Pérez Egido, se le va a realizar pruebas de ADN para cotejar con sus familiares.
“Ha sido muy emocionante”, avanza Pérez; “he tenido en todo momento en mi cabeza a mi padre y mi tío, con los que he ido tantas veces a este cementerio”, explica. “Ver a mi hija, con la que he venido tantas veces al cementerio, ayudar a los técnicos a sacar la tierra ha sido algo indescriptible”, asegura.
Los fusilamientos, de acuerdo con los mapas de localización de fosas de la provincia de Alicante, se produjeron entre los días 16 de mayo, 21 de mayo, 25 de mayo, 29 de mayo y 3 de junio de 1940. Tras la caída de la República, se asesinó a unas 400 personas en Alicante, procedentes de diferentes localidades alicantinas (Alicante, Callosa de Segura, Alcoy, Elche, Novelda, Orihuela, Castalla, Asp o Elda), pero también de Madrid, Albacete, Murcia o Almería. A las víctimas se les realizó un juicio sumarísimo y fueron sentenciadas a muerte.
“Mi abuelo, por desgracia, tenía todos los boletos para que lo fusilaran”, explica Juan José Seller. “Militaba en Izquierda Republicana y la UGT, fue cabo de la Policía Local en Novelda y teniente en la guerra”, añade.
Excavaciones
Sobre el mediodía de este lunes han comenzado los técnicos a picar la tierra donde supuestamente están enterrados los cuerpos de la fosa X. Previamente, han explicado que la tarea de localizar a los familiares no va a ser sencilla porque este espacio fue utilizado en los años 80 para otros enterramientos.
El director general de Calidad Democrática, Iñaki Pérez Rico, reconoce la dificultad que entraña la tarea que está previsto que dure unas dos semanas. Hoy han excavado la superficie y se prevé que tendrán que profundizar bastante, asegura. Por lo pronto se han topado con un trozo de lo que parecía parte de un muro.
Al acto han asistido, además del director general, la consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, la secretaria autonómica de Cooperación y Calidad Democrática, Toñi Serna, y miembros de la oposición de izquierdas del Ayuntamiento de Alicante. La asociación de familiares ha echado en falta, señalan a este medio, la presencia institucional del gobierno local formado por PP y Ciudadanos.
La consellera de Calidad Democrática ha agradecido a los familiares de las víctimas “todo el trabajo y el esfuerzo realizado para que lo que hoy estamos haciendo aquí sea por fin una realidad”, en un día que ha calificado de “muy emotivo” porque es la primera vez que exhumamos en Alicante.
La consellera ha afirmado que “hoy hacemos de Alicante una ciudad más digna porque recuperamos la dignidad de la ciudad y de nuestro país”, a lo que ha añadido que “un país que todavía tiene a personas asesinadas en fosas comunes aún tiene que recuperar la dignidad para avanzar en democracia”.
A este respecto, la portavoz de la asociación, María José Pérez, presente en el acto, ha recordado que cuando a su abuelo lo fusilaron, su abuela se queda viuda con tres niños, uno de ellos, su padre, tenía entonces solo tres años. “Él solo se acuerda del hambre que pasó y de los insultos, de que le llamaran rojo”, rememora.
“Hemos tenido durante décadas herencia de silencio en mi casa, no se podía hablar de este tema, pero hoy lo hemos roto de alguna manera”, explica emocionada. “Hoy tenemos la sensación de por fin se empieza a hacer justicia”, concluye.