El patrón del pesquero de Santa Pola: “Nos quedamos con la bonita despedida de los migrantes y no con los mensajes de odio”

“Les dimos un abrazo a todos y nos dieron las gracias señalándose el corazón y la cabeza mientras expresaban un 'always', como queriéndonos decir que siempre nos recordarán”, recuerda Pascual Durá. El patrón del barco Nuestra Madre Loreto rememora la “bonita despedida” de los 11 migrantes –uno fue evacuado en helicóptero anteriormente con síntomas de deshidratación– que fueron transferidos a la Guardia Costera de Malta el pasado domingo tras rescatarlos a 80 millas de Libia el jueves 22 de noviembre.

Diez días de convivencia entre los 13 tripulantes del buque de Santa Pola y los 12 migrantes en los que los pescadores y sus familias han venido recibiendo numerosas palabras de apoyo de políticos, vecinos y personas anónimas que alababan el gesto humanitario que habían protagonizado. Sin embargo, también han tenido que soportar “comentarios muy desafortunados y muy dolorosos en las redes sociales”, asegura la mujer de Durá. Mensajes que incluyen “amenazas e insultos por privado”, denuncia a través de su cuenta de Facebook.

“La verdad es que cuando los leías perdías fe en la humanidad”, añade el marinero de 29 años. “Decían cosas muy feas de gente que no tenía compasión con esta situación dramática”, explica. Mensajes que no han querido contestar “para no alimentar la polémica”, pese a que les acusaban de “vivir de recoger inmigrantes” y de ser “traficantes de personas”, unas imputaciones que su pareja ha tachado de “falsedades” contra una tripulación de la que defiende que tiene “un corazón enorme” por salvar las vidas de estas personas.

“Sin duda, nos quedamos con la bonita despedida de los migrantes y no con los mensajes de odio que nos han llegado”, afirma el patrón del barco. Despedida que se produjo después de un tenso pulso con el Gobierno de España, empeñado en que el buque desembarcara a las personas rescatadas en Libia, país donde está acreditada la práctica de comerciar con migrantes en condiciones de esclavitud. Al final, Durá optó el sábado por una medida “drástica y desesperada”: desoír al Ejecutivo de Sánchez y poner rumbo a Alicante ante la escasez de alimentos y combustible. “Sabíamos que nos podría acarrear consecuencias pero no los íbamos a devolver a Libia ni tampoco nos íbamos a arriesgar a morir allí”, señala.

Tras la decisión del patrón llegó la respuesta del Gobierno a través de Salvamento Marítimo, que les hizo llegar un correo al barco donde les recordaba que en lugar de España, debían devolverlos a Libia al tratarse del “puerto próximo más seguro” y que en caso de seguir rumbo a Santa Pola, sería “bajo su responsabilidad”. “Claro que nos sentimos presionados con este mensaje”, confiesa ahora, “pero la decisión ya estaba tomada”. Siguieron navegando y a las tres horas se encontraron con una nueva comunicación de Salvamento Marítimo para que se dirigieran a Malta, como finalmente hicieron. “No lo hicimos para que España cambiara de opinión, respetamos a las autoridades y en ningún momento quisimos desafiar al Gobierno, pero hicimos lo que tuvimos que hacer”, repasa ahora.

Reconocimiento local

El Ayuntamiento de Santa Pola ha anunciado este lunes que aprobará en el próximo pleno del mes de diciembre la entrega de la Insignia de Plata de la villa marinera a los trece marineros de la embarcación.

El consistorio ha argumentado que el “acto humanitario” del buque “ha demostrado su solidaridad por encima de sus propios intereses”, algo que reconoce Pascual Durá que no siempre pasa en el mar.

“Sí que hay otros barcos, escuchas a veces decir 'yo vi una patera que necesitaba ayuda', y que al final pasan de largo”, reconoce. “En nuestro caso estas personas estaban en el agua, estábamos rescatándolas de una posible muerte, de una hipotermia, porque podrían morir en pleno noviembre y eso no lo podíamos permitir”, sentencia.

El Ayuntamiento espera, con la llegada confirmada del buque para el 22 de diciembre, que la Generalitat Valenciana les conceda la Alta Distinción de la Generalitat Valenciana y el Gobierno de España la Medalla al Mérito en el Trabajo.