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Mariano Rajoy lo ha vuelto a hacer, se olvida del nombre de Luis Barcala: “Querido alcalde de Alicante, que así se llama”

Mariano Rajoy ha acudido este sábado a Alicante dos semanas después de que su compañero de filas, Luis Barcala, accediera a la alcaldía gracias al voto en blanco de la exedil de Podemos, Nerea Belmonte. En calidad de presidente del Gobierno ha visitado por primera vez el ayuntamiento, donde ha firmado en el libro de honor de la ciudad y se ha hecho una foto con representantes de los distintos grupos políticos. Ni Belmonte ni el portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, han estado en este acto institucional marcado, de nuevo, por las concentraciones de protesta que se han sucedido con la presencia de Rajoy.

En la plaza consistorial ha asistido un nutrido grupo de jubilados en defensa del sistema público de pensiones, que en la tarde de este sábado vuelven a salir a la calle; así como miembros de la policía y de sindicatos como CCOO y UGT que han reclamado la jubilación anticipada para el cuerpo policial autonómico y municipal.

Por su parte, el portavoz de Compromís, Natxo Bellido, ha aprovechado la presencia del líder del Ejecutivo para entregarle un sobre con reivindicaciones -del que posteriormente ha aclarado con ironía que era un sobre “bueno”, en alusión a los sobresueldos que han venido recibiendo dirigentes del PP-. En dicho escrito Compromís ha reclamado a Moncloa el cumplimiento del pacto alcanzado contra la violencia de género, la retirada del plan de ajuste que afecta al consistorio y mejoras en inversiones para la región valenciana para los presupuestos generales de este año.

Posteriormente, como máximo responsable del Partido Popular, Mariano Rajoy ha ofrecido un mitin en el auditorio de la Diputación de Alicante para insuflar ánimos a los populares valencianos. Allí ha vuelto a protagonizar un lapsus a no recordar el nombre del primer edil del municipio: “Querido alcalde de Alicante, que así se llama”. El salón, repleto con más de mil militantes y simpatizantes venidos de distintos puntos de la provincia y de otras comunidades autónomas, ha acabado aplaudiendo el error mientras Barcala sonreía con cara de circunstancias. Posteriormente Rajoy sí que ha recordado su nombre, lo que ha vuelto a desencadenar más aplausos.

Aunque en ningún momento ha entrado a valorar la forma en la que tomó la vara de mando Barcala en lo que la izquierda ha bautizado como el ‘Belmontazo’, Rajoy sí que ha vaticinado que “en las próximas elecciones no va a haber pactos en los despachos” –como ocurrió en 2015 cuando pactaron PSPS-PSOE, Guanyar y Compromís- “porque vamos a ganar elecciones por mayoría”.

El fin de ETA

El mitin ha comenzado con un homenaje a los dirigentes del Partido Popular asesinados por la banda terrorista ETA, que esta semana ha certificado su disolución. La organización ha proyectado los nombres de los dirigentes populares muertos y se ha escenificado la ausencia de los mismos con una silla vacía con varias rosas blancas.

El líder del PP, Mariano Rajoy, ha clausurado el acto insistiendo en que el final de ETA no va a suponer “impunidad ni mentiras”. “Que sepáis que el gobierno nunca va a dejar de apoyar a las víctimas”, ha apostillado. De esta forma, alejaba la posibilidad de un posible acercamiento de presos etarras a las cárceles del País Vasco.

Rajoy tampoco se ha mostrado partidario de mejorar la financiación de la Comunitat Valenciana, que para este 2018 vuelven a situarla a la cola. “Sinceramente creo que son unos presupuestos generales buenos para el conjunto de los españoles; hemos podido incluir cosas que antes no era posible por la crisis”, ha afirmado. El presidente del Gobierno ha vuelto a incidir, como cuando acudió a principios de febrero al aeropuerto de Alicante-Elche, que están “poniendo en marcha importantes proyectos en infraestructuras”, que se traduce en “70 millones de euros para cuatro años” en mejoras como los accesos por carretera y tren a la terminal alicantina.

Conflicto con el valenciano

Anteriormente, la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, ha lanzado la promesa de que si llega a gobernar la Comunitat en 2019 “eliminaremos el requisito lingüístico para entrar en función pública”. Bonig ha concretado con este anuncio, que ha desencadenado el mayor aplauso de todo el acto, quedarían exentos de acreditar la titulación del valenciano “la docencia media y universitaria”. “Solo será obligatorio para puestos que exijan hablar valenciano, pero para el resto será mérito y no imposición”.

Sobre la noticia reciente de la nulidad parcial declarada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana en relación al decreto del plurilingüismo del Consell, Bonig ha vuelto a pedir la dimisión “no de Marzà –el conseller de Educación- sino del presidente Ximo Puig”.

“Frente a los complejos de la izquierda valenciana el PP dice no, complejos de aquellos que prefieren ser catalanes de segunda a valencianos de primera”, ha concluido.