Nerea Belmonte ha comparecido este jueves ante el fiscal anticorrupción de Alicante, Felipe Briones, en calidad de testigo en las diligencias abiertas para dictaminar si hubo intento de compra de su decisivo voto de cara a la sesión de investidura de la que, gracias a su abstención, finalmente salió elegido el popular Luis Barcala alcalde de Alicante.
La exregidora de Guanyar ha ratificado ante Briones su versión desvelada por ella misma una semana después del cambio de gobierno. Según ha asegurado ante los medios a su salida de Fiscalía, donde ha prestado declaración durante unas dos horas, ha facilitado “un expediente entero” con los “nombres” que le habrían ofrecido un sueldo de 3.500 euros y su inclusión en la lista electoral de 2019 –como ya desveló- con la contrapartida de que tenía que apoyar la candidatura de la socialista Eva Montesinos como alcaldesa. “He confirmado lo que dije en el pleno, exacto y más”, ha dicho de manera concisa ante los medios.
La que fuera dirigente de Podemos mantiene así en vilo la incógnita sobre si el PSPV-PSOE habría incurrido en un delito de cohecho por ofrecerle un sueldo a cambio del voto número 15 de Belmonte, el último que necesitaba para retener la vara de mando.
La investigación abierta por Felipe Briones obedece a la petición solicitada por dos candidatos al Consejo Ciudadano Local de Podemos Alicante que, “a título particular”, le demandaron que aclarase sus palabras, han venido explicando Francisco Jesús García y José Luís Valdés. De momento, ninguna formación política se va a personar mientras que desde el PSOE han rechazado en todo momento las acusaciones de Belmontes. “No utilizamos prácticas mafiosas”, afirmó la portavoz del grupo municipal socialista, Eva Montesinos. La pelota ahora está en el tejado de la Fiscalía Anticorrupción.