“Cada mentira que decimos incurre en una deuda a la verdad y tarde o temprano esa deuda es pagada”. La frase no es de Joseph Pultizer ni de Jürgen Habermas, dos pilares de la configuración de la verdad en nuestra era. La frase, que procede del guión de la serie Chernobyl –y que no fue pronunciada en la vida real por el científico Valery Legásov durante el juicio por el grave accidente nuclear porque, simplemente, no participó en él– ha sido recientemente empleada por Luis Pérez, conocido en las redes sociales como Alvise Pérez, un influencer y consultor sevillano y joven gurú de la caverna mediática señalado por su desapego hacia la verdad, que, aunque ya había comenzado a hacerse un nombre en la red, saltó a la fama como jefe de gabinete del actor, exdiputado del Congreso y portavoz de Ciudadanos en el Parlamento valenciano Toni Cantó.
Sus métodos y manejos, sobre todo tras la salida de Ciudadanos, imitan a los de un locutor de la alt-right norteamericana, la derecha que reniega del conservadurismo moderado y que ha dejado los supuestos complejos con los progresistas a un lado para atacar a poblaciones en riesgo de exclusión y disparar a todas horas contra la izquierda. Manteros, niños tutelados o feministas, pero también políticos de izquierda y periodistas a los que define como la “mafia mediática”. Agita teorías de las conspiración, lanza datos de dudosa comprobación o directamente ofrece información y datos falsos. Porque las fake news calan, y mucho. Y siempre hay alguien dispuesto a creerse esa “verdad alternativa”.
Aunque en conversación con eldiario.es Alvise reniega de esa vinculación de extrema derecha y del uso de su argumentario. “Me he considerado siempre más liberal que conservador. Y si debatiéramos, podríamos ver si algunos argumentos son o no de extrema derecha”, asegura.
La frase empleada por Alvise Pérez sobre la “deuda con la verdad” es reveladora de la táctica usada por esta nueva ola populista de derechas. Porque para este influencer, en muchas ocasiones la realidad no importa. No importó cuando dijo que la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena tenía coronavirus y había recibido en su domicilio un “respirador” de la empresa VitalAire para “evitar acudir a un hospital público y hacer cola como el resto de españoles”. Una invención que posiblemente sabría que sería desmentida. Pero da igual, lo importante es que corra por las redes aunque tenga que responder en el juzgado.
A preguntas de este periódico, Alvise no quiere responder ni dar una opinión sobre la denuncia anunciada por Carmena. “Ya lo he explicado en otros medios”, dice. Eso sí, el tuit lo mantiene publicado, reconoce.
Tampoco le importó la realidad cuando el 5 de diciembre de 2018 dijo que la presencia de manteros en una calle peatonal de València casi había provocado el atropello de un niño de siete años por un taxi. El hecho que decía haber visto era mentira y fueron los usuarios de Twitter los que le advirtieron de que eso que sus ojos supuestamente habían presenciado era imposible que sucediera. La calle es una de las vías peatonales más antiguas de València, por la que nunca pasan coches. Menos cuando está llena de gente. Este tuit sí que lo borró.
Aquel tuit, que tuvo que eliminar por falso, fue con el que debutó a su llegada a València para trabajar a las órdenes de Toni Cantó. El actor y político todavía era diputado en el Congreso, pero ya sabía que regresaba a su tierra a ser cabeza de cartel de Ciudadanos para disputar la Generalitat a Ximo Puig y Mónica Oltra. En Madrid, había conocido a Alvise Pérez y le había enamorado por su actitud irreverente y su desparpajo. Además, cosechaba ya un buen número de seguidores en redes sociales.
Así, antes del aterrizaje de Cantó, Alvise Pérez se empotró en el Grupo Parlamentario en ese diciembre de 2018 y hasta la campaña electoral de abril de 2019. “El hombre en la sombra de Cantó”, según un diputado de aquella época, o “un auditor político”, como se definía él ante el equipo de la entonces portavoz autonómica María Carmen Sánchez. La realidad es que Alvise Pérez llegó a València para “limpiar” el grupo de no afines y para cambiar a la mayoría de asesores y técnicos. Cantó necesitaba su equipo.
Tras el resultado de Ciudadanos en estas autonómicas, los de Cantó entraron como tercera fuerza del Parlamento valenciano y Alvise Pérez como jefe de gabinete de Cantó, aunque sus funciones no fueron tanto ideológicas como de “asistencia”. Pese a su figura de jefe de gabinete, un puesto que la mayoría lleva con discreción, Alvise no dejó de tener protagonismo en las redes con sonoras meteduras de pata. Como la protagonizada cuando intentó acusar al socialismo andaluz de un supuesto índice elevado de prostitución y se equivocó con la interpretación de un número fraccionario. Era julio de 2019.
La relación con su descubridor se fue enfriando a marchas forzadas según se producían quejas de diputados que no comulgaban con su discurso extremista en redes sociales. Pero la salida de Alvise Pérez del grupo no se produjo por sus bulos y ataques a la izquierda, algo que antiguos diputados consideran que sería injusto pues Cantó también ha puesto tuits fuera de lugar aunque se ha disculpado, sino por una pérdida de confianza por su trabajo diario.
La primera prueba de que quien le fichó le enseñaba la puerta la tuvo Alvise Pérez cuando el propio Cantó le situó un coordinador de gabinete por encima para atender los temas de su competencia a los seis meses de nombrarle. El movimiento le hizo poca gracia, pero continuó acudiendo a su puesto de trabajo todo los días con pocas funciones que desempeñar. Hasta que pocas semanas después, justo cuando expiraba su contrato, anunció que dimitía. Salía, así, por la puerta de atrás después de un año con salario público en la política profesional. “Me ofrecieron otras cosas en el grupo parlamentario y fuera, pero decidí hacerme autónomo”, señala.
Con su salida de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana tras la pérdida de confianza, Alvise Pérez ha entrado ya definitivamente con todas sus fuerzas a su dedicación como agitador y consultor externo. Como contó eldiario.es, ha sido uno de los impulsores de la “manifestación online” contra el Gobierno de España por la gestión de la crisis del coronavirus y forma parte de una red de amplificadores de bulos y desinformación en las redes sociales. “El vídeo político en directo más visto de toda la historia en Youtube España”, asegura el propio Alvise sobre esta protesta en una cifra difícil de contrastar.
Unos bulos y mentiras que, pese a demostrarse su falsedad, Alvise Pérez mantiene en sus redes sociales o les sigue dando pábulo, como en los que ha desmontado de manera reiterada Maldita.es. Porque la realidad o la verdad ya no importan. Se han perdido los complejos. Hasta de que te coloreen la cara.