La investigación sobre la supuesta corrupción en el fiasco de la Fórmula 1 en Valencia se ha reactivado. El juez ha decretado el secreto de sumario sobre el caso -para evitar maniobras contra las pesquisas: Ocultación de documentos, por ejemplo- y ha enviado a la policía a registrar dos empresas públicas, el circuito de Cheste y la sociedad que gestionaba los grandes eventos, y la Conselleria de Hacienda.
La Fiscalía Anticorrupción cree que en la organizacion del evento -una ruina para el contribuyente- se pudo prevaricar y malversar fondos públicos, especialmente por el riego de millones con que se benefició a Valmor, la empresa privada creada ad hoc para gestionar el gran premio de Europa, que se celebró en Valencia entre 2008 y 2012.
Hay tres imputados en la causa. Jorge Martínez “Aspar”, el alma de Valmor; Lola Johnson, exconsellera de Turismo y Deportes en la época; y Francisco Camps. El expresidente valenciano aparece, en principio, como el máximo responsable de la creación, funcionamiento y posterior rescate, con dinero público, de Valmor. La sociedad fue comprada por Generalitat por 33 millones de euros cuando estaba abocada a la quiebra.
Dos de los socios de Valmor, José Luis Olivas, expresidente de Bancaja, y el empresario Fernando Roig, tacharon ese rescate de incomprensible. El dueño del Villarreal CF llegó a decir en el juzgado que los socios de la empresa advirtieron a la Generalitat de que la Fórmula 1 era inviable dados los grandes déficits anuales, pese a lo cual el gobierno Camps decidió avalar las pérdidas de la compañía y asumir el cánon anual que los organizadores -Valmor- debían pagar cada año a Formula One Management, la empresa del magnate Bernie Ecclestone.
Con esa información, el Consell forzó a la Sociedad de Proyectos Temáticos y Circuit del Motor, dos empresas públicas, a pagar el cánon, de 19 milones de euros en 2008 (se encarecía a razón de un 10% anual). Ese es uno de los asuntos investigados por Anticorrupción. Otros son el rescate de la compañía o la adjudicación a dedo a Valmor de la organización, que Johnson achaca a Camps. Éste lo niega, aunque Valmor estaba pilotada por “Aspar”, el expiloto, muy ligado al mundo del motor, regado con subvenciones por varias administraciones del PP.
Ni él ni Camps han declarado aún en la causa abierta, pero el empujón al asunto dado por Anticorrupción indica que ambos, especialmente el expresidente, podrían ser llamados pronto a declarar. A la espera de dilucidar la eventual responsabilidad penal por la Fórmula 1, los números están ahí: Camps prometió que no costaría ni un duro al erario público. Al final, enterró más de 300 millones y aún se deben 100 solo por las obras del circuito.