La declaración conjunta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), institución recogida en el Estatut d'Autonomia, y la denominada Real Academia de Cultura Valenciana (RACV) “pone en plan de igualdad la institución normativa oficial de todos los valencianos y una fundación pública de la provincia de Valencia que combate la normativa lingüística oficial”, señala el catedrático de Filología Catalana de la Universitat de València Antoni Ferrando, que no apoyó el viernes ese documento. “Creo que la formulación perjudica la autoridad y credibilidad de la AVL”, aseguró Ferrando en el pleno de la AVL.
El catedrático y académico apoya “el dialogo” con la RACV y aprecia que “el decano de la RACV es persona dialogante” y ve “buena voluntad en la iniciativa”, pero critica la aprobación “sin aviso previo” de la mencionada declaración, en la que detecta “formulaciones interpretaciones y énfasis tendenciosos” que no comparte, como considerar que la entidad secesionista lleva a cabo investigaciones relevantes sobre “el estudio del idioma valenciano”.
Según Ferrando, la denominación histórica de “lengua valenciana”, que siempre ha hecho suya, “debería ir acompañada explícitamente del respeto a los principios y criterios de la ley de creación de la AVL”. Además de criticar el uso en la declaración del término “decà”, una palabra “no normativa”, en lugar de “degà”, el catedrático añade que “el diálogo con la RACV debería enmarcarse en una posición global de diálogo con otras entidades que se ocupan del estudio científico del valenciano, como son las universidades valencianas”.
La posición de Ferrando revela el malestar que ha creado en sectores académicos la formulación de una declaración cuya pretensión es acercar a la entidad de referencia de quienes sostiene que catalán y valenciano son lenguas diferentes a un consenso que acabe con los recoldos de un enfretamiento que ha sido superado, de manera oficial, por la definición de la Acadèmia del valenciano como el mismo idioma que recibe el nombre de catalán en otros territorios. Ferrando intentó sin éxito que se aplazara la declaración para contar con los siete nuevos académicos que han de incorporarse a la institución dentro de 20 días.