La telaraña de la desinformación, el caso de la “mortífera” picadura de araña que resultó ser una infección de piel

En la era de la información, la confusión y las tan manidas 'fake news' siguen ganando enteros. Uno de los últimos casos se ha dado en Sax (Alicante) con la supuesta picadura de una araña violinista a un hombre. La historia cuenta con todos los elementos posibles para crear alarma social donde no hay motivo: redes sociales, falta de contraste de la información, declaraciones de fuentes especializadas sacadas de contexto, exageración desmedida o desmentidos a los que no se presta atención para seguir alimentando el bulo.

A finales de mayo, un diario provincial publicaba la noticia de que un hombre llevaba diez días hospitalizado por la picadura de una araña.  En su interior, este medio contaba que se trataba de la araña violinista, una especie procedente en teoría de Sudamérica cuyo veneno es “15 veces más tóxico que una cobra” y que podría “desencadenar la muerte”. Rápidamente, numerosos medios de todo el país se hicieron eco de un suceso que empezaba a alcanzar la categoría de alarma sanitaria. El miedo y la inseguridad ya estaban presentes. Hospitales y profesionales sanitarios recibían numerosas consultas sobre una araña que en realidad, para empezar, era autóctona.

El origen del torrente informativo partía del propio hombre que en sus redes sociales iba narrando su estancia en el hospital de Elda. Al principio contaba que le había picado algo en la localidad vecina de Sax que podría ser una araña o una avispa africana. Más tarde llegó a publicar imágenes del informe médico sobre el que, si bien especificaba que “no se observa picadura ni solución de continuidad”, este usuario de Facebook afirmó que su ingreso se debía a una picadura de la araña violinista (cuyo nombre responde a la forma de la mancha que tiene en su dorso, con forma de violín). La versión de este hombre de 45 años (con el que eldiario.es ha tratado sin éxito de contactar) saltó de su perfil de la red social a los medios sin ser contrastada.

A la alarma causada en Elda y otras zonas de Alicante trató de hacer frente el Departamento de Salud del hospital eldense con un comunicado. “No tenemos constancia de ningún caso ingresado en nuestro hospital por picadura de araña ni ningún otro espécimen en las últimas semanas”, explicó. “Desde la Dirección de Salud Pública nos confirman que no se tiene constancia de ninguna alerta por picaduras de arañas, ni de plagas de las mismas en el momento actual”.

El texto tenía como último fin “tranquilizar a la población, ya que no existe ningún aumento de riesgo de picadura de arañas”. La nota de prensa firmada por la gerente del Hospital, Vicenta Tortosa, añadía: “Las especies de arácnidos autóctonas, Loxosceles rufescens, no son venenosas, y no provocan más allá de un eritema e inflamación en la zona de la picadura; solo en casos muy excepcionales de personas alérgicas, podrían producirse manifestaciones más graves. Los pocos casos de necrosis por picadura de araña reportados hasta ahora en nuestro país han sido por especies de araña importadas”.

La respuesta de la mayoría de los medios fue recular, aunque no todos corrigieron su información, recuerda Miriam Navarro Beltrá, médica de familia e investigadora asociada a la Universidad Miguel Hernández de Elche en un artículo en eldiario.es. Lejos de frenar el bulo, el periódico que había avanzado el supuesto caso de la picadura publicaba al día siguiente: “Sanidad se desentiende de la alarma”. 

En su reflexión, Navarro trazaba toda una serie de informaciones “carentes de rigor científico” que habían ido apareciendo días atrás. Explicaba, por ejemplo, que en contra de la información generalizada de que la araña violinista o Loxosceles rufescens era muy peligrosa, “no es tan mala como la pintan” ya que en España “solamente hay tres o cuatro especies de arañas con venenos potencialmente peligrosos para el ser humano, y no hay ningún caso documentado de muerte asociado” a esta en concreto.

Si ha habido alguna víctima, podrían ser las fuentes expertas que habían sido empleadas por varios medios y que ahora les confesaban a Navarro su resignación visto el resultado de la noticia. “En mis declaraciones en televisión solo aparecía la mención al veneno neurotóxico de otras arañas, cuando lo que trataba era de diferenciar uno de otro”, explica Santos Rojo, zoólogo director del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales de la Universidad de Alicante.

Asimismo, las declaraciones sacadas de contexto iban acompañadas en ese reportaje “de unas imágenes de enormes tarántulas peludas”, señala la médica de familia, (cuando la araña violinista no suele pasar de los dos centímetros) provocando el lógico miedo en el espectador.

Al final, al paciente ingresado no se le extrajo el veneno de una araña que no existía ni mucho menos se le suministró el antídoto como apuntaba la prensa. Lo que tenía era una infección por estafilococos o una infección de piel provocada habitualmente por el rascado intenso, explican desde la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Elda que atendió a este hombre. El paciente se curó con antibióticos y drenaje.