Centenares de vecinos de Gandia se reunieron el martes por la noche para intentar aglutinar fuerzas y parar al ayuntamiento de la ciudad, que pretende urbanizar la última playa virgen del municipio, pegada a un área de casi 2 millones de metros cuadrados de valor ecológico que disfruta de dunas, zonas húmedas y huertos artesanales.
La convocatoria acabó con la constitución de Salvem L´Auir, una plataforma compuesta por organizaciones ecologistas, colectivos sociales y personas a título individual que, además, fue apoyada por los partidos políticos de la oposición. Todos se oponen al proyecto del PP local, ahora en el poder. El alcalde, Arturo Torró, ya tiene en su poder 11 proyectos para construir hoteles, unifamiliares y zonas deportivas junto a los 3 kilómetros de la playa de L´Auir, la única de la ciudad, con 280.000 metros cuadrados de arena, que no está densamente urbanizada.
Según Torró, no hay ninguna decisión tomada. Únicamente, un concurso abierto cuyas propuestas serán estudiadas por los técnicos de la administración y la universidad y, posteriormente, presentadas a la ciudadanía que, se supone, será consultada. “El objetivo es que vecinos y visitantes puedan visitar la playa en las mejores condiciones”, aseguró Torró en la reciente Feria Internacional del Turismo cuando presentó, como punto fuerte de su oferta, el proyecto de L’Auir.
Muchos ciudadanos no están con su alcalde. Además de Salvem L’Auir, una campaña en change.org ha recogido casi 13.000 firmas contra el proyecto, y la oposición se opone firmemente a la iniciativa del alcalde. “La obsesión de Torró es el pelotazo de L´Auir”, asegura Diana Morant, concejal del PSPV. L’Auir es una joya ambiental a proteger, asegura Lorena Milvaques, concejal de Compromís. La zona puede albergar algunas edificaciones de baja densidad por la planificación urbanística aprobada por anteriores gobiernos municipales, liderados por el PSPV.