Tras décadas de 'reinado' de Rita Barberá en Valencia, las pasadas elecciones municipales alumbraron un gobierno de cambio conformado por Compromís, PSPV-PSOE y València en Comú. Es el único ejecutivo de las llamadas 'ciudades rebeldes' que disfruta de una mayoría estable. Un hecho nada anecdótico si se compara con la geometría variable que tienen que aplicar los gobiernos de Manuela Carmena y Ada Colau en Madrid y en Barcelona, respectivamente.
Justo, uno de los politólogos que más influencia tuvo en el nacimiento de la candidatura que encumbró a Colau a la alcaldía de Barcelona es Joan Subirats. Catedrático de ciencia política y doctor en economía, está considerado como el 'asesor en la sombra' de la exportavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Y su voz se ha escuchado en una conferencia realizada este martes en Valencia, donde el alcalde, Joan Ribó, ha hecho de anfitrión. Pero, ¿qué opina Subirats de los diez meses de Ribó al frente del Ayuntamiento?
“Lo observo con esperanza. Valencia, con el dominio del PP, la apuesta por el blaverismo, parecía una tierra demasiado particular. La ciudad se debe recuperar del descrédito de la corrupción después de décadas de gobierno del PP”, opina, para resaltar: “La aparición de políticos como Ribó u Oltra en la Generalitat ha dado otro aire. Valencia es una pieza importante de las ciudades rebeldes que hay en todo el Estado”.
Subirats no ve grandes diferencias, excepto en aspectos concretos y singulares, entre las políticas aplicadas por Colau y las llevadas a cabo por Ribó. “Comparten la implementación de una nueva agenda que prioriza lo social con temas como los desahucios, la vivienda social o el combate contra la pobreza energética; la apuesta por la participación y la transparencia, con gestos como el de abrir el Ayuntamiento que se ha hecho en Valencia; la intención de dar un giro a la movilidad; etc.”, relata.
El politólogo ve “positivo” el propósito de Ribó de resucitar la idea de una Valencia metropolitana. “El futuro de la globalización pasa por produndizar tanto en los aspectos globales como en los locales. Por eso, hay que convertir en legal la ciudad real que va más allá de las fronteras”, defiende.
Para él, uno de las grandes valores de Valencia es la huerta. “Su existencia permite una mayor soberanía alimentaria, fomentando la agricultura de proximidad. Es fundamental ante los nuevos retos”, afirma. “Es muy importante que Valencia haya sabido parar a tiempo la destrucción de un bien tan valioso”. Dentro de esa postura de depender cuanto menos mejor de los recursos externos, apuesta por la remunicipalización de servicios como el agua. Un servicio que por la longevidad del contrato Ribó no prevé que vuelva a manos públicas.
Pero no todo son buenas palabras. También advierte sobre el reto de “crear ocupación en Valencia” y de “combatir la emergencia social que padece la ciudad, con un retroceso significativo en la renta por cápita”. Aunque para ello no comparte la implantación de un megacasino en la Marina Real. “Es una tarea difícil la de crear empleo desde la ciudad. Pero la apuesta por el emprendimiento colectivo puede crear una buena tendencia”. Así se ve desde Barcelona en Comú la Valencia que planifica el gobierno tripartito liderado por Ribó.