La Generalitat gestionada por varios gobiernos del PP asumió un sobrecoste de 1.130 millones de euros en la construcción de colegios públicos. Según el informe provisional de los auditores de la administración valenciana, la Intervención General, obras presupuestadas en 1.304 millones acabaron costando 2.040 millones, un 64% más. Ese desvío al alza costó otros 393 millones en gastos financieros, dinero que el Consell pidió prestado ante la falta de fondos.
La entidad que asumió los sobrecostes es Ciegsa, la sociedad pública encargada de la adjudicación de las obras de los centros escolares, recurrentemente criticada por la oposición al PP por su opacidad y la mala gestión. El Consell absorbió en 2013 su deuda de 1.300 millones y EU responsabilizó a Ciegsa de dejar un agujero de 250 millones de euros, 15.000 niños en barracones y 154 colegios con fibrocemento. Hay una investigación abierta por la gestión de la empresa pública creada por el PP en 2000.
El informe de los auditores ha sido desvelado por el PSPV-PSOE, que asegura que pedirá una comisión de investigación. “Estamos ante un escándalo de primera magnitud que implica un nuevo capítulo de malversación de caudales públicos, mala gestión y despilfarro por parte del PP que requiere aclarar por qué se optó por la licitación de centros a través de esta entidad a pesar de los importantes sobrecostes que suponía y cuando se ha demostrado que la conselleria puede encargarse directamente de la licitación de las obras de forma mucho más barata”, asegura Manuel Mata, portavoz socialista en las Corts Valencianes.
Un pufo de casi 3.000 millones
“Ciegsa se ha fundido más de 2.826 millones de las arcas valencianas al asumir la Generalitat incluso deuda no comprobada y tener que hacer frente a gastos originados exclusivamente como consecuencia de su nefasta gestión, tal y como apuntan los 33 millones que se tuvieron que abonar en compensación por el aplazamiento de pagos”, asegura Mata. El PSOE también critica “la total ausencia de control en la empresa pública”. Por ejemplo, “hay centros que todavía están incluso sin inscribir a nombre de la conselleria”.
Los sobrecostes -el incremento del precio final de una obra por mejoras o correciones negociadas entre empresa y administración al margen de la licitación inicial- han sido habituales en las últimas décadas en España. Para muchos, es un ejemplo claro del llamado “capitalismo de amiguetes”. También para el PSOE. “Mientras los niños estudiaban en barracones o aulas masificadas, el PP regalaba el dinero para la construcción de colegios a constructoras privadas sin que hasta ahora conozcamos el motivo. Los responsables tendrán ahora que aclararnos a quién benefició el PP”.