El aviso que sí llegó: la Universitat de Valencia constituyó un comité de crisis para suspender las clases el lunes
La Universitat de València (UV) envió el lunes por la tarde un comunicado a todos sus estudiantes anunciando la suspensión de las clases por la previsión de fuertes lluvias. Durante la mañana del martes, se acordó suspender toda la actividad docente, administrativa, investigadora y cultural en todos los campus e instalaciones universitarias. El aviso, que decretaba el nivel 3 de emergencia, llegó a las 12.00 del mediodía a toda la red del campus: 50.000 estudiantes, 3.000 trabajadores de personal técnico, administración y servicios de apoyo y más de 5.000 profesores.
La UV cuenta con su propio comité de emergencias, coordinado con los servicios autonómicos y un sistema de alerta propio que tiene cinco niveles: desde el cero, que corresponde a la normalidad, hasta el cuatro, que comprende la evacuación inmediata de las instalaciones. La adopción de los niveles está estrechamente vinculada al sistema de emergencias de la Generalitat, así como a los avisos de AEMET y las alertas municipales en cada municipio donde hay campus, explican fuentes del gabinete de la rectora a elDiario.es. De ese modo puede haber un nivel de alerta diferente para cada campus en función de las circunstancias del territorio en que se encuentre, afirman.
El comité se creó hace cinco años a propuesta de la rectora, Maria Vicenta Mestre, y está integrado por un equipo multidisciplinar: los servicios esenciales para el funcionamiento y seguridad de la universidad y de prevención de riesgos, los responsables de la docencia, profesorado y el personal directivo. Se constituyó pensando en las emergencias por lluvias, que son las que más impactan en la Comunitat Valenciana. Las decisiones se basan en función de la meteorología, del estado de la red viaria y de sistemas de transportes, además de la propia infraestructura de la universidad. “El equipo y los criterios son amplios”, señalan estas fuentes.
El lunes, el comité declaró con anticipación el nivel 2 –suspensión de actividades docentes– y “cuando vimos las alertas rojas y valoramos riesgos posibles para la movilidad, tomamos la decisión de suspensión de todas las actividades”, es decir, declarar el nivel 3. “Fue una decisión muy meditada y trabajada”, exponen fuentes de la Universidad, que recuerdan que la suspensión afecta a disparidad de investigaciones y laboratorios. El principio de actuación, afirman, es el análisis de situación y la valoración de riesgo con principios de prudencia y de seguridad de las personas. “Son decisiones que no se pueden tomar a la ligera”, expone el equipo de dirección de la Universitat, que siempre actúa con un día de antelación. Los avisos a los alumnos y a todo el sistema universitario fueron fundamentales.
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