Fue un gesto sinitonizado con el de prescindir de la protocolaria vara de mando. Para enfatizar que se había acabado la época de “ordeno y mando” de su predecesora del PP Rita Barberá, que evitó estar en el pleno en el que debía entregársela, el nuevo alcalde de Valencia, Joan Ribó, de Compromís, dio instrucciones en junio de 2015, nada más tomar posesión, de que se abriese a la gente el balcón del Ayuntamiento.
La medida de permitir las visitas al edificio consistorial, antes celosamente restringidas, fue muy bien acogida por la ciudadanía, en un principio, y también por los turistas al poco tiempo. Desde entonces,s egún ha informado el equipo de gobierno, más de 334.000 personas han visitado el balcón del Ayuntamiento de Valencia.
Desglosado por años, 103.288 personas visitaron el balcón a partir del 17 de junio de 2015; 166.623 lo hicieron a lo largo de 2016, y en lo que llevamos de 2017 hasta el 16 de junio han sido 64.480 las visitas, según los datos municipales. La entrada libre ha supuesto también un incremento de visitas al Museo Histórico Municipal, al Hemiciclo de plenos y al Salón de Cristal.
El balcón del Ayuntamiento tiene un alto valor representativo, dado que es el sitio desde el que se observan celebraciones de Fallas como el disparo de las mascletades, para cuyo acceso se ha introducido un sistema de sorteo entre los ciudadanos interesados; las cabalgatas festivas o la procesión cívica del 9 d'Octubre. “Resulta muy agradable comprobar cómo la gente ha aprovechado la posibilidad de utilizar este balcón que antes sólo estaba reservado para unos pocos”, ha señalado Joan Ribó.