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Cincuenta años de la refinería de petróleo en Castellón

Sus luces parpadeantes por la noche y el perfil de sus torres de día son un paisaje familiar para cualquier habitante de Castellón. La refinería de la compañía BP junto al barrio marítimo de El Grau ocupa más de 200 hectáreas y es una referencia en el paisaje de la ciudad. También es un hito en su historia socioeconómica y su presente, tanto por sus beneficios -el empleo y los patrocinios culturales y deportivos- como por sus inconvenientes -la contaminación-.

El miércoles, la instalación petrolera celebró su 50 aniversario. El plato fuerte del evento fue la presencia del rey Felipe VI, que recorrió las instalaciones, se fotografió junto a los trabajadores y descubrió una placa conmemorativa. Al acto acudieron políticos de todos los niveles de la administración, como la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, el titular de la Diputación, Javier Moliner y la alcaldesa, Amparo Marco.

Empleo y patrocinios

La presencia de los políticos en el acto muestra el apoyo de las instituciones a la multinacional, cuya actividad en la provincia genera un gran número de empleos. Según datos de BP, la refinería cuenta con casi 500 trabajadores y más de 660 contratistas. También genera unos 2.000 empleos indirectos y es el alma del polígono industrial El Serrallo. La empresa financia, además, actividades organizadas por entidades culturales, deportivas y educativas de la ciudad, como es el caso del maraton BP que se celebra una vez al año desde 2010.

La refinería tiene una capacidad de procesamiento de seis millones de toneladas de petróleo al año. La materia prima procede de Kazajistán, Brasil, Guinea Ecuatorial, Azerbaiyán, Nigeria y Rusia. Los barcos que trasladan el crudo quedan amarrados a cuatro kilómetros de la costa, donde se conectan a una tubería submarina de un metro de diámetro que traslada la mercancía hasta las instalaciones de BP.

Durante el acto de aniversario, la compañía emitió un vídeo y varios espots publicitarios en los que se insistió en que uno de sus principales objetivos es la modernización. La refinería de Castellón es la mejor de BP en todo el mundo, según la propia empresa, gracias a una inversión de 1.170 millones de euros en los últimos 15 años.

Una de las empresas más contaminantes

El material corporativo distribuido hizo especial hincapié en la seguridad de su actividad y el respeto al medio ambiente. En el vídeo, podía verse una representación de la refinería al fondo de un frondoso bosque. En una nota de prensa, la multinacional explicó que en los últimos 15 años ha invertido 200 millones de euros en mejoras medioambientales.

La multinacional ha disminuido sus emisiones de CO2 en los últimos años. En concreto, de las 1.188.203 toneladas en 2013 se ha pasado a 1.165.464 en 2016. A pesar de estas mejoras, la multinacional BP sigue siendo la responsable del 12,9% de las emisiones de C02 de la Comunidad Valenciana, según los datos publicados en la página web de la Conselleria de Medio Ambiente.

El sector de la refinería -formado sólo por la instalación de Castellón- es el cuarto más contaminante, después del cerámico, el de la fabricación de cemento y el de la generación de electricidad.

Quejas sobre la opacidad

La contaminación que emana de la infraestructura -muy cercana al núcleo urbano de El Grau- ha provocado protestas ciudadanas en varios momentos de la historia de la refinería. Toni Albert, presidente de la Plataforma contra la Contaminación, opina que las movilizaciones de la década de 2000 fueron determinantes para que la multinacional iniciara mejoras encaminadas a reducir el daño al entorno.

“Ha habido mejoras medioambientales gracias a los movimientos ciudadanos afectados, pero no lo suficientemente importantes en sustancias como el benceno, óxido de nitrógeno y óxidos de azufre. Es en esas tres cuestiones en las que pedimos que se apliquen medidas correctoras”, explica.

Albert también exige que se haga pública la información de los medidores que la compañía tiene instalados en los puntos de emisión de sustancias contaminantes. Los datos se trasladan en tiempo real a la administración autonómica, explica la propia empresa. Según Albert, la Generalitat Valenciana se resiste a hacerlos públicos. Por su parte, la Conselleria de Medio Ambiente explicó que “en ningún momento” se han superado los umbrales de contaminación permitida en esos medidores.