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Entre bulos y 'selfies': los 'influencers' ultras quieren erigirse en los héroes de la DANA

Las redes sociales se han llenado de bulos sobre la DANA

Alberto Pozas

8 de noviembre de 2024 22:24 h

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Miles de muertos en el parking de Bonaire. Amigos militares que te cuentan por WhatsApp lo que los grandes medios ocultan. Y conspiraciones criminales a plena luz del día. La tragedia de la DANA se ha convertido en terreno abonado para que influencers y comunicadores de extrema derecha aliñen su solidaridad con bulos, mentiras, espectáculo e incluso sorteos en TikTok para decidir a qué pueblo envían la ayuda. Estos agitadores acumulan horas y horas de contenido que mezclan altruismo con mentiras y mensajes políticos que apuntan en dos direcciones: conseguir notoriedad, infundir más miedo y dar a entender que los youtubers están ayudando más y mejor a los afectados que los militares, las ONG o las autoridades en general.

El lema “solo el pueblo salva al pueblo” se popularizó cuando cientos de voluntarios acudieron a pie hasta las zonas más afectadas de la provincia de València para ayudar a las víctimas. Fue el momento en el que organizaciones de extrema derecha como Revuelta, Núcleo Nacional o Democracia Nacional pusieron en marcha envíos de ayuda mezclados con bulos y consignas políticas. Junto con ellos han acudido a la Comunitat Valenciana multitud de influencers ultras, comunicadores y políticos, apuntalando la estrategia y, entre otras cosas, afirmando abiertamente que las autoridades impiden la llegada de ayuda.

Rubén Gisbert se ha convertido en una de las caras visibles de la espectacularización de la tragedia valenciana. Después de ser youtuber, de liderar una 'Junta Democrática de España' que propugna una refundación de la democracia y también de presentarse con un megáfono en las manifestaciones de noviembre de 2023, la última faceta comunicadora de este abogado es la de reportero y colaborador de Horizonte, el programa de Iker Jiménez en Cuatro. Su imagen manchándose de barro para hacer una conexión más dramática con el programa se ha convertido en el icono del aluvión audiovisual que satura desde hace días las redes sociales.

Este abogado treintañero forma parte del ecosistema de Iker Jiménez, que desde hace días compagina la difusión masiva de bulos con la participación en envíos igualmente masivos de ayuda. En cuanto a lo primero, el histórico presentador ha destacado por haber afirmado que un parking anegado de Bonaire albergaba, sin género de dudas, “muchos” cadáveres. Otros, como el youtuber de extrema derecha David Santos, aseguraron, incluso, que las autoridades ya habían sacado 86 cadáveres.

Cuentas con decenas de miles de seguidores incidieron en esa falsedad y guardaron silencio o borraron sus mensajes cuando las autoridades afirmaron que los buzos no habían encontrado ni un solo cuerpo en el recinto. Gisbert, incluso, subió un vídeo afirmando al borde de las lágrimas que esos cadáveres eran reales. Algunos aludían a fuentes ignotas y otros, directamente, a “amigos militares” que afirmaban tener.

El eurodiputado Luis 'Alvise' Pérez también fue de los primeros en lanzarse al terreno con el envío de ayuda y la difusión de bulos. El último, de la mano del también agitador ultra y candidato de Se Acabó La Fiesta Vito Quiles, es el que más difusión ha tenido en las redes sociales las últimas dos semanas: que las autoridades locales estaban tirando a un vertedero la ropa que miles de personas han donado para los afectados por la tragedia. La realidad, explicó el consistorio de Alfafar, era que se estaban deshaciendo de ropa dañada por la humedad.

La difusión de bulos y mensajes ha ido de la mano de las recogidas masivas de ayuda y las colectas de dinero de tal manera que cualquier cuestionamiento de esa desinformación se estrella contra la pátina de altruismo que recubre a los autores. El mensaje que surge de esa amalgama de mentiras, camiones de ayuda y vídeos en formato selfie vertical es siempre el mismo: el influencer ayuda más y mejor que el Ejército, la Guardia Civil o la Generalitat.

Ángel Gaitán es influencer, colaborador de Iker Jiménez y empresario del sector de la mecánica y la automoción. En la última semana, afirma haber recaudado más de un millón de euros para los afectados y, dice, se ha encontrado con un problema: las donaciones se estaban realizando a su empresa y no eran donaciones como tal, sino supuestas compras de productos que se han traducido en beneficios para esa empresa. Y ahora, dice, le “acojona un poco la situación” por tener que responder ante Hacienda. “Me van a freír a impuestos”, ha dicho.

Se trata del mismo influencer que, hace unos días, pidió a sus seguidores de TikTok que eligieran el pueblo valenciano al que debía ir a parar el siguiente paquete de ayuda que había conseguido reunir. También el mismo que se ha grabado con una persona que estaba prestando ayuda en medio de la tragedia, mientras destacaba que, a pesar de ser gitano, no estaba “robando”. Un influencer de la derecha que, como tantos otros, trufa sus comunicaciones a miles de personas con otro mensaje: las autoridades, las ONG, la Cruz Roja y Cáritas gestionan de forma irresponsable o incluso delictiva la ayuda que llega.

Por el momento los indicios de fraude no van contra Cruz Roja o Cáritas, sino contra algunas páginas web de recogida de ayuda. Este viernes el Gobierno anunciaba el bloqueo de “Ayuda Valencia”, uno de estos portales de donaciones, ante las sospechas de la existencia de donaciones fraudulentas en criptomonedas.

El consenso de todas las autoridades pasa por explicar que toda ayuda es bien recibida, pero también por pedir orden y que se sigan las indicaciones que se dan. También sobre qué donar, dónde donarlo y cómo donarlo, porque no en todos los sitios hace falta ropa o comida, sino otras cosas. Todos los mensajes públicos inciden en el daño que los bulos y los mensajes de este tipo de influencers hacen no solo en la capacidad de repartir ayuda, sino entre una población ya bajo los efectos de una tragedia tangible.

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