“Se buscan albañilas”: el reclamo de trabajo en Almoradí de un sector muy masculinizado
“En tres años he recibido más de 800 currículums para trabajar a pie de obra, ninguno de una mujer”. Así sentencia Tony Sotelo, fundador de Carmon Inversores, su experiencia en el mercado laboral de la construcción y que define la alta masculinización del sector.
Ahora busca mujeres para trabajar en una promoción de rehabilitación de 124 apartamentos en Almoradí, y lo ha hecho a través de redes sociales con un reclamo directo “se buscan albañilas”, una demanda específica de mujeres que “ha venido por casualidad, ante nuestra necesidad de encontrar mano de obra con experiencia y que no conseguíamos, por lo que apelamos explícitamente a las mujeres para que nadie se autoexcluya automáticamente, que es lo que ha pasado hasta ahora”, explica Sotelo. El empresario así añade que, desde que han puesto el anuncio le han llegado los tres primeros currículums de mujeres en los tres años que lleva como empresario del sector.
Pero los currículums no es lo único que les ha llegado, también les han llegado críticas y comentarios machistas a través de las redes sociales, algunos tan violentos que reclamaron su borrado a Google -la plataforma donde se encontraba el anuncio- y lo han conseguido. Entre ellos les acusaban de discriminar a los hombres, acusación que Sotelo rebate señalando que no rechazan ningún currículum de hombre, pero que querían abrir una vía explícita para conseguir más mano de obra. Así recuerda que con sus anuncios en plataformas digitales intentan ser creativos, y de la misma forma que reclamaban “albañilas” explicando que es una acepción correcta según la RAE, en otro anuncio interpelaban a los hombres invitándoles a ponerse en forma no gastando dinero en un gimnasio, sino cobrando mientras trabajan en la construcción.
Explica el empresario que Carmon es una comunidad de inversores especializados en Flipping Building, que consiste en la rehabilitación de edificios para su posterior venta o alquiler, una mejora que tiene entre sus objetivos aquellas promociones que se quedaron sin terminar en la crisis inmobiliaria, con un mayor o menor grado de ejecución, algunos también deteriorados y vandalizados, pero que nunca tienen que partir de cero. Por ello explica Sotelo que necesitan una mano de obra con mucha experiencia, no solo albañilas, sino también fontaneras o pintoras. En el caso de la localidad alicantina de Almoradí el proyecto es la rehabilitación de 124 apartamentos y cuentan actualmente con 30 trabajadores, todos hombres, y que necesitan alrededor de 15 personas más, y por eso se abren a todo tipo de aspirantes.
De cierto modo el empresario señala que es una especie de 'currículum ciego', aquel en el cual no se indica sexo, edad, nacionalidad u otros datos más allá de la formación y experiencia laboral, subraya que en su empresa sí que trabajan mujeres, pero son empleos más técnicos, en los despachos, desde arquitectas a administrativas. “Pero en un sector tan masculino como el de la obra se tiene que ser más explícito”, entiende que se trata de crear una tendencia que, si bien es difícil conseguirla a corto plazo, sí se puede mirar en el medio y largo plazo. “Queremos abrir la mente de la gente, al final cualquier persona cobra por el trabajo que realiza, nada más”, concluye Sotelo.
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