En la época que los escándalos no impedían el dominio del PP, la entonces alcaldesa de Valencia Rita Barberá apostó por acelerar una de sus obsesiones particulares. Casi desde su llegada a la alcaldía de la ciudad, Barberá había propuesto partir el barrio marítimo de El Cabanyal en dos para que la avenida de Blasco Ibañez llegara al mar. Una operación que suponía la demolición de más de 1.500 casas, declaradas en su conjunto Bien de Interés Cultural por su valor histórico. Y que encerraba una jugada de tinte especulativo.
Las escenas de las excavadoras demoliendo algunas viviendas, de policías cargando contra los vecinos y de diputados de la oposición arrastrados por tierra fueron parte de esa lucha. La resistencia mantenida con tesón por la plataforma Salvem El Cabanyal tuvo otro aliado: el arte. El festival 'Cabanyal Íntim' contribuyó a que las intenciones de la actual senadora acabaran frustradas.
Nacido en 2011, fue la reacción de la compañía Francachela Teatro en su visita al barrio la que lo originó. “Cuando vine por la iniciativa de Cabanyal Portes Obertes me sentí muy atraída por un barrio que escondía sus singularidades. Era necesario impulsar algo más para respaldar la lucha de Salvem”, relata Isabel Caballero, fundadora y co-directora artística de 'Cabanyal Íntim'. La representación en ese festival de una obra íntima dentro de una casa que hablaba de los siete pecados capitales motivó la idea de preparar otro evento cultural.
“El desmantelamiento del València Escena Oberta también influyó. Era necesario otro festival para cubrir el hueco dejado por este”, afirma Caballero. Con esa convicción, un equipo compuesto por Sara Sevilla (administración), Isabel Caballero y Jacabo Roger (co-directores artísticos), Esther Melo (producción y patrocinios) y Marta Borcha (prensa y comunicación) trasladó a la plataforma Salvem El Cabanyal la idea de realizar un festival urbano de arte. “La propuesta les entusiasmó”, cuenta Borcha.
Así, nació 'Cabanyal Íntim', el primer festival de la Comunidad Valenciana en llevar las artes escénicas al interior de las casas particulares. Pero siempre con un objetivo claro: “Tratar de hacer teatro contra las excavadoras que amenazaban El Cabanyal”, puntualiza Borcha. “Era una forma de dar a conocer su patrimonio histórico a través de la peculiar arquitectura de sus casas, convertidas en espacios escénicos durante el festival”.
Impulso al barrio
Financiado a través de donaciones y del micromecenazgo, “tuvo una gran acogida desde el primer momento por parte de los vecinos”, expresa Caballero. Un hecho fundamental cuando la mayoría de las actuaciones se hacían dentro de las viviendas de los propios habitantes. “Al venir gente del barrio, de la ciudad y de otras partes, y entrar dentro de los hogares que estaban muy degradados se cogía conciencia de la operación lanzada por Barberá”, dice.
“El barrio se volcó de forma inmediata”, se enorgullece Borcha. Los comerciantes cedían sus espacios para realizar ruedas de prensa -caso de Casa Montaña, por ejemplo- y los que tenían sillas las traían a las casas donde se realizaban las funciones. Y todo con la ayuda inestimable de la plataforma de Salvem El Cabanyal.
El movimiento que creaba al barrio y la llegada de gente que mejoraba la economía y relanzaba de forma puntual el comercio local, hacían que El Cabanyal estuviera vivo. “Así resultaba más difícil la estrategia de la degradación. La gente se sensibilizaba por un lado y por otro ayudaba a que el barrio estuviera vivo, fomentado la cohesión y la solidaridad vecinal”, apuntan desde el equipo de 'Cabanyal Íntim'.
Innovación artística
Al éxito del festival, ayudó su formato reducido, “íntimo”, como no se cansan de repetir desde la organización. Los aforamientos eran pequeños. Si se hacían en casas particulares raramente se superaban los 40 asientos disponibles por el espacio. En los espectáculos hechos al aire libre la capacidad era mucho más grande. Diseñado para todos los públicos, su oferta está alejada de lo comercial. “La programación está siempre comprometida con la situación del barrio y conforme han avanzado las ediciones se adaptaba al contexto particular de cada año”, explica Caballero.
De hecho, durante su primera edición se escogieron obras basadas en el libro 'Benvinguts al Cabanyal', que narraba diferentes historias de los vecinos del barrio en el que vivieron personajes ilustres como Joaquín Sorolla y Vicente Blasco Ibañez. Otras figuras destacadas del arte como Javier Mariscal, Carmen Calvo, Enrique Vidal-Matas o Mira Bernabeu apoyaron de forma desinteresada el festival, ya sea a través del diseño del logo o de manifiestos de apoyo.
La oferta del festival al huir de lo convencional, siempre estuvo repleta de diferentes géneros vinculados al teatro. La performance, el vodevil, el musical, el cabaret o el teatro de marionetas han sido algunos de los presentes durante estas cinco ediciones. En su sexto año realizan doble sesión: la de aniversario, que tiene lugar este fin de semana, y la tradicional que celebrarán en mayo.
“El festival ha sido un apoyo para el arte valenciano al tener la mayoría de las producciones sello autóctono”, resalta Caballero. “Pese a todo, siempre hemos tratado de ofrecer una programación de calidad, rechazando algunas obras”, indicó Jacobo Roger en la presentación de su edición de aniversario que tendrá lugar en el Teatre El Musical.
Consolidado tras conseguir reunir en ediciones pasadas entre 6.000 y 8.000 espectadores, el festival ya ha conseguido atraer creaciones internacionales. Aunque siempre manteniendo su apuesta por lo autóctono. Desde la organización, esperan un mayor apoyo desde las instituciones, pero recalcan que quieren mantener su independencia económica. Todo, para que su vertiente reivindicativa no cese con la llegada de la izquierda al poder. “Aún queda mucho que mejorar en el barrio. Nuestro arte estará vigilante”, sentencia Caballero.