Caixa Ontinyent superó el tsunami que se llevó por delante a todas las cajas de ahorros de España. Tras haber demostrado su solvencia y potencial y ya en pleno proceso de expansión -austero, como todo lo que hace la caja-, la entidad que preside Antonio Carbonell ha construido el que será su nuevo corazón tras sus más de ciento treinta años de historia. Cuatro millones de euros para su nueva sede y cerebro informático que la debe ser el pilar de sobre el que se asiente su futuro.
Y es que el nuevo edificio de la plaza de Santo Domingo de Ontinyent, sede histórica de la entidad, es un verdadero búnker y un edificio equipado con la última tecnología para afrontar el proceso de transformación digital. La nueva oficina digital nace de forma complementaria a las oficinas físicas y permitirá ampliar el servicio a los clientes, así como evolucionar de acuerdo con sus necesidades.
Esta nueva oficina será el apoyo de la actual banca electrónica que ofrece la caja, que prevé ir incrementando servicios y funciones porque los clientes puedan optar para trabajar de forma autónoma.
El Presidente de Caja Ontinyent, Antonio Carbonell, ha explicado que “la evolución tecnológica es una realidad y es una oportunidad para un sistema financiero que se enfrenta a retos importantes en los próximos años. La innovación nos permitirá ser más eficientes y ofrecer un servicio personalizado, orientado a cada cliente y cada situación en particular”.
En cuanto al nuevo edificio ha subrayado que “tiene un efecto simbólico porque renueva la motivación del personal y la ilusión de los clientes por el proyecte Caja Ontinyent, y también tiene un efecto eminentemente práctico porque dota a nuestra Caja de potencial y capacidad para asumir estos retos en cuanto a innovación bancaria”.