El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, ha defendido este viernes que la decisión de trasladar la sede social de la entidad a Valencia fue “la mejor solución posible” para proteger los intereses de clientes, empleados y accionistas ante la crisis política en Cataluña.
CaixaBank celebra por primera vez su junta general ordinaria de accionistas en Valencia, ciudad a la que el pasado mes de octubre movió tanto su sede social como fiscal.
Gual, en un discurso en el que ha alternado el castellano y el valenciano, en “deferencia” a la comunidad que acoge el domicilio social de CaixaBank, ha destacado que la entidad ha demostrado en 2017 ser capaz de superar “con muy buena nota” las dificultades del entorno, logrando un beneficio récord de 1.684 millones de euros, casi un 61% más que en 2016.
“En un año particularmente difícil por las tensiones políticas vividas en Cataluña, CaixaBank demostró su resiliencia como institución”, ha remarcado Gual, que ha recordado que el grupo ha ampliado en el último año su liderazgo en banca minorista y ha mejorado su fortaleza comercial y solidez financiera.
Ante el desafío independentista en Cataluña, el presidente de CaixaBank ha asegurado que el Consejo de Administración del banco reaccionó con rapidez y decidió por unanimidad trasladar el domicilio social a Valencia para proteger la seguridad jurídica y “eliminar cualquier tipo de duda sobre la permanencia de la entidad” en el marco europeo.
“Era la mejor solución posible para proteger a clientes, empleados y accionistas”, ha subrayado.
En su intervención en la junta, Gual ha comentado que la economía española “ha destacado de forma muy positiva” en 2017 y que para este 2018 las previsiones de crecimiento, aunque más moderadas, también son positivas.
No obstante, España tiene aún que hacer frente a algunos retos pendientes, como continuar con la creación de empleo, reducir la deuda pública y exterior o avanzar en las reformas en ámbitos como la educación, la justicia o las pensiones.
En el ámbito del negocio de CaixaBank, Jordi Gual ha dicho que el cumplimiento del plan estratégico 2015-2018 avanza a buen ritmo, si bien es necesario que el banco siga esforzándose para alcanzar tres objetivos clave, como son adaptarse a las nuevas tendencias de digitalización, situar la rentabilidad entre el 9 y el 11 % y diversificar el balance hacia los segmentos más rentables, como el crédito al consumo y a las empresas.
Gual ha avanzado que la entidad presentará su nuevo plan estratégico para el período 2019-2021 a finales del próximo mes de noviembre.
Ha dicho que se trata de un “ejercicio de posicionamiento en un entorno competitivo y tecnológico muy cambiante, pero también de un ejercicio de ambición, de voluntad de continuar siendo una referencia de crecimiento rentable y sostenido de la banca europea”.
Pero “lo que no cambiará” en el nuevo plan, ha apuntado, es el compromiso de CaixaBank con un modelo de banca socialmente responsable.
Gual también ha repasado la evolución de la acción y la política de dividendo de CaixaBank, y ha recordado que con la distribución del dividendo complementario en efectivo de 0,08 euros brutos por título, que se abonará el 13 de abril, el importe total de la remuneración al accionista correspondiente a 2017 habrá sido de 0,15 euros brutos por acción, lo que supone un 15,4 % más que en 2016.
Además de la aprobación de este dividendo complementario, la junta de CaixaBank tiene previsto ratificar el nombramiento de Eduardo Sanchiz y Tomás Muniesa como miembros del consejo, así como adaptar sus estatutos a lo previsto en el decreto ley aprobado por el Gobierno el pasado 6 de octubre, en plena crisis política en Cataluña, que permite trasladar el domicilio social de una empresa a otra comunidad sin necesidad de pasar por junta.