Santiago Calatrava ha testificado este martes como imputado durante más de una hora en la Audiencia de Castellón por las presuntas irregularidades relacionadas con el proyecto de Centro de Convenciones. El arquitecto valenciano ha responsabilizado al expresident de la Generalitat, Francisco Camps, de esta iniciativa, ya que ha asegurado que le llamó para encargarle un edificio “emblemático” que “pusiera Castellón en el mapa”, y que contaría con un presupuesto de 180 millones de euros repartidos en tres fases.
Calatrava ha asegurado en un comunicado que su estudio realizó un “intenso” trabajo para desarrollar el proyecto según el encargo de la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV). Durante más de un año, los profesionales del estudio del arquitecto valenciano realizaron “más de 350 bocetos y acuarelas, más de 300 planos de arquitectura, 15 informes y memorias”. Sin embargo, “por cuestiones devenidas de la situación económica”, no se ejecutó.
No responde a las preguntas de EU
Desde EU, el diputado autonómico Ignacio Blanco lamentaba que, como era “previsible”, no ha respondido a sus preguntas como acusación popular, así como tampoco al resto de defensas, “porque seguramente tienen intereses contradictorios. Hubiera sido un detalle de valentía y de coherencia haber respondido a las defensas de Eusebio Monzó y de los demás imputados”.
Blanco se ha referido a una llamada telefónica y una reunión con Camps, quien “estaba arriba del todo dando las órdenes, dando instrucciones, moviendo los hilos para que Calatrava saliera beneficiado con 2,7 millones de euros de dinero público que pudieron ser muchos más si el proyecto se hubiera llevado a cabo”.
Blanco también apunta a una llamada de Cristina Morató -responsable política de la SPTCV que también tiene que declarar esta semana- que fue “determinante para desbloquear un pago que se estaba negando reiteradamente argumentando, con informes técnicos, que no se había cumplido el contrato”.
Para el diputado autonómico, “lo que vemos es que esa foto de cuatro personas –Alberto Fabra, Carlos Fabra, Francisco Camps y Santiago Calatrava- presentando la maqueta del Centro de Convenciones de Castelló, nos costó 2,7 millones de euros porque se gestionaba de manera muy alegre el dinero público, porque aquí se tiraba con pólvora de rey, se gastaba tirando de chequera sin pensar que era dinero de todos los valencianos”.
“Ni sobrecostes ni elevación”
El entorno de Francisco Camps ha asegurado que ni el exjefe del Consell, ni el gobierno autonómico ni nadie de la administración autonómica indicaron ni autorizaron “sobrecoste ni elevación” alguna en el proyecto del Centro de Convenciones de Castellón.
Este proyecto fue el resultado de un convenio del Ayuntamiento de Castellón y la Generalitat Valenciana por el cual el consistorio ofrecía el suelo y la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana (SPTCV) encargaba el diseño, según han apuntado a Europa Press fuentes del entorno.En este sentido, afirman que todo el proyecto se realizó a través de los “trámites legales” que corresponde en todos casos y aseguran que la SPTCV rechazó una propuesta de proyecto “que estaba por encima en precio del inicialmente previsto”.