Una semana después de la tempestad que supuso la suspensión de las negociaciones entre Compromís y el PSPV, la calma vuelve de nuevo a ser la nota predominante y ambos partidos, preguntados sobre el reinicio de las negociaciones, juegan al despiste y echan balones fuera, lo que deja entrever que pueden existir conversaciones fuera de la atención mediática.
Fue la portavoz de los socialistas en València, Sandra Gómez, la primera en salir a la palestra para pedir un gesto de la coalición valencianista que permitiera recuperar la confianza necesaria para gobernar juntos, tras acusar a Ribó de haberse reunido en al menos dos ocasiones con la portavoz del PP, María José Catalá, a sus espaldas.
Desde Compromís desmintieron cualquier negociación paralela con el PP y pidieron también un gesto al PSPV para permitir un pacto de Gobierno sólido huyendo de personalismos, en alusión a la pretendida vicealcaldía por Gómez.
Una semana después de la polémica y a ocho días del pleno de organización del Ayuntamiento que tendrá lugar el 17 de julio, desde el PSPV han comentado sobre el reinicio de las negociaciones que están dejando que las cosas “fluyan” y han advertido que “en dos días se puede adelantar más que en tres semanas”, por lo que “no hay que precipitarse”.
Desde Compromís también se han pronunciado en el sentido de dejar pasar los días para ver cómo se desarrollan los acontecimientos.
Pero tan solo quedan ocho días para el pleno de organización y el escenario de llegar a esta fecha sin al menos un principio de acuerdo, si bien no es una situación descartable, no es la más idónea ni para Compromís para sacar adelante los temas planteados ni para el PSPV, que se podría ver en el dilema de coincidir en votaciones con los partidos de derechas, con el desgaste que supondría cara a su electorado.