¿Qué pensarían ustedes si un conseller que tiene encima de la mesa un asunto de suma importancia que enfrenta a la sociedad civil con una empresa, participara en la presentación de un acto organizado precisamente por esta empresa? Pues eso es lo que está pasando ahora mismo. El conseller Arcadi España ha aceptado presentar un acto organizado por Intu, la empresa que intenta conseguir una reclasificación millonaria de un espacio natural para destrozarlo plantificando un macrocentro comercial que, además, acabaría con el comercio local y dejaría languidecer a otros centros comerciales creando una gran destrucción de puestos de trabajo, como ha pasado en Zaragoza con otro centro de Intu.
Es un acto sobre ciudades sostenibles en el cual participa, como no, el alcalde de Paterna. Dejando de lado la insostenibilidad que demostraría el Ayuntamiento de Paterna si permitiera construir un proyecto así, alguien podría plantear que el conseller puede presentar los actos que quiera. Sí. Aquí sí. En Suecia o en Dinamarca se consideraría prevaricación muy posiblemente, porque el Tribunal Superior de Justicia ha emitido una sentencia muy cuestionada contra la cual la administración puede presentar un recurso, o no. Y mientras este tema está dirimiéndose, mostrar algún tipo de partidismo, como es el caso, roza la prevaricación.
Ese es el tema: ¿es éticamente aceptable que el conseller España participe en este acto? Si participa el conseller, están participando indirectamente Ximo Puig, Mónica Oltra i Rubén M. Dalmau. El conseller España está arrastrando consigo a todo un gobierno. ¿Donde queda la presunción de imparcialidad en un asunto en el que el pueblo valenciano se juega tanto? Donde quedan las declaraciones de Mónica Oltra diciendo que los servicios jurídicos de la Generalitat estudiarán el tema sin ningún tipo de presiones?
Yo siempre había pensado que la regulación de los lobbys que existe en el Parlamento Europeo no es buena para la democracia porque es una manera de hacer evidentes las presiones que ejercen estos lobbys a sus miembros. Pero resulta que aquí no se dice nada pero se hace: los paseos del promotor de Intu con el alcalde de Paterna, que cuando estaba en la oposición no quería que se ubicara el macrocentro de Intu y luego, cuando gobernaba, se hizo su principal valedor, tendrían que hacer saltar todas las alarmas democráticas. Pero aquí no pasa nada: un alcalde puede cambiar de opinión, no hay problema. Ahora Intu pasa de hacer lobby por detrás a presentarnos a sus amigos de la administración. Conseller España, ¿De verdad esto era necesario?