Algo está cambiando para que se hable de feminismo en una Universidad Católica. Para que las empresas se interesen por ello. Para que el arzobispo que dijo que la ideología de género amenazaba la Constitución diga ahora que “no podemos permanecer impasibles y resignados” ante la violencia contra las mujeres. Las personas con poder -especialmente el económico- se están acercando al feminismo. Al menos, a su parte más básica, la que habla de igualdad y de violencia contra las mujeres. Es lógico, ninguna mujer, sea cual sea su clase social, quiere ser maltratada o apartada de la toma de decisiones.
La vicepresidenta del Consell ha hablado de estos temas este jueves en la Universidad Católica de Valencia. Hablaba de Igualdad en la representación empresarial, en los puestos de administración y en el espacio público ante estudiantes de teología, la cúpula de la Universidad, sacerdotes y los estudiantes de la cátedra que patrocina Pavasal. Una mujer confiesa que es “fan de la Oltra” y quiere ver el choque entre un conservador y alguien “más morderno”. Si había discrepancias con el discurso, no sonaron en alto hasta el turno de preguntas, que pueden leer más abajo.
Oltra, feminista militante de una organización poco sospechosa de tener amistad con grandes fortunas o grandes corporaciones, ha tratado de 'vender' las ventajas del feminismo en el ámbito empresarial. Una táctica controvertida que la rama del feminismo anticapitalista no aprueba -véase el caso de Ana Botín-, pero que muchas líderes llevan a la práctica en una especie de si no puedes con el enemigo, únete a él.
Así, con un discurso que tiraba hacia lo económico, ha explicado los beneficios que tienen para las empresas tener mujeres en puestos directivos. “Un 15% más de beneficios” con el aumento del número de directivas, decía la vicepresidenta.
En la calle Jorge Juan, donde se encuentran el Mercado de Colón con selectos restaurantes y tiendas de lujo, hay que citar a empresarias reconocidas y a estudios de grandes corporaciones para que te escuchen con mejor cara. Con todo, algún escéptico hacía muecas, sin parecer muy convencido. “La entrada de las mujeres en el mundo empresarial transforma no solamente la forma de trabajar, sino que también aporta nuevas visiones, nuevos mercados, nuevos espacios donde producir y ofrecer otros productos y también atender necesidades que el mercado demanda y que no se detectarían sin la presencia femenina”, explicaba la vicepresidenta, para poner en valor la economía feminista. “El trabajo de cuidados es estable, bien remunerado y hace felices a las personas ”, concluía.
¿Ideología de género? No para el cardenal
El cardenal Antonio Cañizares es conocido por hacer escandalosas declaraciones sobre la “ideología de género” y por tener un perfil más bien reaccionario. Algo está cambiando también en él.
Durante su discurso introductorio, Cañizares ha hecho un llamamiento para luchar contra a violencia de género, la que acaba en asesinatos de mujeres y la que “atenta contra su dignidad”. “Se requieren medidas legales adecuadas y educar para respetar la dignidad”, añadía.
Este jueves, el representante de la Iglesia ha abroncado a un feligrés que acudió a la conferencia para criticar el discurso feminista y hablar de las muertes de hombres a manos de sus mujeres. “Lo que he escuchado aquí es una serie de tópicos del feminismo más radical, el maniqueísmo que divide a los humanos entre buenos y malos según su género y veo aquí a Don Antonio... ¿Por qué se ocultan los datos del INE de hombres que mueren a manos de sus mujeres?”, preguntaba el hombre entre murmullos de desaprobación y alguna risa de ironía cortante. “Ya está aquí el de siempre”, “por favor, qué vergüenza”, “de dónde saldrá”, se preguntaban en voz alta.
El individuo, que por sus palabras esperaba una palmada en la espalda del arzobispo, se llevó una decepción: “Aquí no hay ningún tópico, ni ningún maniqueísmo. Suscribo lo que ha dicho doña Mónica Oltra. Ojalá cambiásemos en nuestra organización como sociedad”, espetó Cañizares. La mujer que acompañaba a este hombre no quedó contenta con la respuesta y repreguntó: “Yo, como cristiana, que lo más importante en mi vida es Dios... no puedo soportar que se hable de ideología e género que victimiza a los hombres, luchamos contra eso”. “Aquí no hemos hablado de ideología de género. Hemos hablado de feminismo y la aportación de la mujer a la sociedad. Le voy a quitar la palabra”, respondía el cardenal. No hay que mentar a Dios en vano.