El cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, ha llamado la atención en su carta pastoral semanal acerca de la situación social y económica que atraviesa Valencia, que asegura que es “grave y dolorosa”, y lo justifica en el informe Foessa que constituye una “llamada apremiente a la conciencia de los católicos” de ser “samaritanos” ante las nuevas pobrezas“.
Así, ha explicado que la diócesis debe llevar a cabo un “importante esfuerzo” para combatir esas pobrezas y ayudar a superar el paro promoviendo iniciativas para crear empleo“ y ofrece ”algunas sugerencias que podrían llevarse a cabo“. Por ejemplo, se pregunta por qué en los presupuestos de la diócesis no se de dedica el 10% a ”atender a los pobres“ o por qué no se venden algunos bienes patrimoniales de la Iglesia para ”destinarlos a los pobres“.
De igual forma, también se refiere a la posibilidad de destinar algunos bienes, “pongamos viviendas”, a usos sociales, “por ejemplo de asistencia a madres solteras, madres en gestación que no quieren abortar, mujeres víctimas de malos tratos domésticos...”, así como también abre la posibilidad de “colaboración de empresarios católicos y de buena voluntad, con sensibilidad social, para crear por cada una de las empresas uno o dos puestos de trabajo en ellas”.
Otra de las iniciativas sobre las que llama la atención Cañiares es sobre la posibilidad de “crear fondos de becas para que los niños, que se ven obligados a salir de sus países, puedan recibir una adecuada educación”.
Por último, el arzobispo de Valencia insta a la diócesis a que 2015 sea un año de “caridad en todas sus dimensiones, también en su dimensión política”, ya que “se nos abre un gran panorama para ejercitar” esa caridad.