Este viernes terminaba la campaña electoral para las elecciones catalanas, la terminaron los partidos independentistas, los unionistas... y la Iglesia. El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, ha presidido una vigilia de oración afirmando que “Dios quiere unidad (...), jamás la división (...), aunque nos empeñemos en obrar lo contrario por razones que no tienen que ver con el Evangelio”.
En un oficio seguido por varios centenares de feligreses que llenaban por completo la catedral de Valencia, Cañizares ha asegurado que la situación que vive Catalunya tiene muchas “repercusiones y graves consecuencias que afectan directamente a lo más serio del hombre, como la convivencia y la historia común de un pueblo”.
Entre el público, en el que se mezclaban personas de avanzada edad con otras más jóvenes, se encontraba el delegado del Gobierno en la Comunitat, Juan Carlos Moragues, como único representante institucional.
El arzobispo de Valencia ha afirmado que la vigilia “no es un acto político” sino “estrictamente de fe a Dios, profundamente cristiano y religioso”, y ha sostenido que de él esperan “la luz y la sabiduría para saber hacer lo que es grato a sus ojos”.
Cañizares se ha preguntado quién se atrevería a decir que la Iglesia “no debe meterse en estas cuestiones de la situación actual en nuestra patria”, y ha asegurado que “de los sufrimientos y la división que estamos viviendo” no puede olvidarse “nuestra Madre”, en referencia a la Virgen de los Desamparados.
En la lectura de las preces durante la misa, Cañizares ha pedido “por España y los pueblos que la forman” para que conserven “el bien moral, de la unidad” y que Jesucristo “que es luz, sabiduría, verdad y paz” haga “vivir estos momentos con serenidad”.
Ha rogado también a Dios “para que conceda prudencia, sabiduría, valor y acierto a nuestros políticos y gobernantes” así como “a las instituciones del Estado y de todas las comunidades autónomas” para encontrar “salidas justas y razonables, conformes con el bien común, a la presente situación”.
“Pidamos por España, pidamos por Cataluña, pidamos por su fidelidad a las raíces que sustentan, por su progreso, por su bienestar, por cuanto les afecta y necesitan”, ha proseguido el arzobispo de Valencia, quien ha pedido “por el bien común” de un “pueblo con un proyecto en común y una empresa compartida desde siglos”.
En otro momento de las preces ha pedido “por los gobernantes y por los que gestionan el bien común” para que no busquen “otra cosa que ese bien común y lo promuevan con toda la amplitud posible”.
Por último, Cañizares ha rogado por la implantación “cada día mayor” de la justicia social “en nuestras tierras” y la extensión “de la solidaridad y la justicia en favor de los pobres y menos favorecidos de la sociedad”, así como por “los que no tienen trabajo, los inmigrantes y refugiados” que vienen “de situaciones de extrema violencia e injusticia” para “encontrar caminos justos y posibles”.