En 1997 Carlos Fabra, como presidente de la Diputación de Castellón, creaba la Escuela Taurina. Desde entonces, denuncia Compromís que la institución provincial “no ha escatimado recursos públicos para hacerla funcionar”. Los recursos destinados a este organismo contrastan con “las escuelas que se cerraban en los pueblos del interior sin que a la Diputación le preocupara aparentemente o con centros de salud que dan pena”, por lo que se preguntan si es necesario “un río de dinero para formar a futuros matadores de toros”.
Así, explican que durante el mandato de Carlos Fabra al frente de la Diputación, el presupuesto medio de la Escuela Taurina -al menos entre 2006 y 2011- “superaba los 300.000 euros anuales (unos dos millones en esta etapa)”, mientras que entre 1997 y 2006 las cantidades “serían algo inferior, aunque el montante total destinado por Carlos Fabra a este organismo podría rondar los 3 millones de euros”.
Posteriormente, ya con Javier Moliner como presidente de la Diputación, se mantiene la apuesta por la Escuela Taurina, con un presupuesto de 237.000 euros en 2012 y 177.404 euros para 2013 y 2014, “es decir, un total de 591.808 euros”. Una partida que se suma, según denuncian desde Compromís, a la “existencia de gastos abusivos cargados a la caja fija, que como hemos visto en otros casos -como el del Consell- sería una especie de 'tarjetas black' donde sus dirigentes gastaban impunemente y cargaban todo tipo de gastos personales”.
Por lo tanto, estamos ante una escuela “casi sin alumnos, un máximo de tres por año, sin ningún interés social ni público, que desde su creación ha generado millones de euros de gasto público, para nada absolutamente”, explican desde Compromís, que añaden que esto sin contar “los gastos colaterales como el destino de personal en nómina de la Diputación, como asesores adscritos o relacionados con esta escuela, o la ya referida caja fija”.