El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) también relaciona los seísmos registrados los pasados meses de septiembre y octubre en el entorno del almacén de gas Castor, situado frente a la costa de Vinaròs (Castellón), con la inyección de gas en dicha planta, como hizo el Instituto Geográfico.
Así lo concluye el estudio realizado por el IGME a petición del Ministerio de Industria, con fecha 20 de diciembre de 2013, que ha dado a conocer este jueves el diputado de Izquierda Unida por Valencia en el Congreso de los Diputados, Ricardo Sixto.
El pasado 12 de mayo el diputado también difundió el informe del Instituto Geográfico Nacional sobre este asunto, que concluía igualmente que hay una “relación directa” entre los más de 400 seísmos que se produjeron en el norte de Castellón y sur de Tarragona con la inyección de gas.
Según el Instituto Geológico y Minero, los seísmos registrados en el entorno del almacén coincidieron con un incremento del volumen de gas inyectado, así como con el aumento del ratio de volumen inyectado por día, y recomienda, dadas las características de la sismicidad generada y la presencia de fallas importantes en la zona, susceptibles de generar sismos de cierta magnitud, realizar estudios complementarios
El informe distingue dos grupos de seísmos: los inducidos (de baja magnitud) fueron coetáneos con las actividades de inyección de gas colchón entre el 2 y el 17 de septiembre, y la sismicidad disparada (algunos de magnitud más elevada, entre 3,5 y 4,2 grados), que se registró tras esas actividades, en respuesta al cambio de condiciones en alguna de las fallas del entorno del almacén.
El estudio acompaña una serie de anexos que pueden servir para la toma de decisiones futuras, según señala, en los que afirma que no se ha verificado una investigación completa del almacén en cuanto a aptitud de la estructura Castor para soportar los riesgos geomecánicos y fugas en la inyección “más allá de la vecindad de la falla de Amposta”.
Interacción de fallas
Respecto a la sismicidad disparada, es probablemente consecuencia de la interacción entre el movimiento de pequeñas fallas de dirección noroeste-sureste y una falla mayor de dirección noreste-suroeste, la falla Castor, desconocida hasta el momento y que parece ser el límite oriental del almacén subterráneo.
Según el Instituto, la magnitud máxima que podría alcanzar el terremoto de mayor tamaño asociado a la falla Castor se estima en 4,8 grados, y señala que la falla de Amposta Oriental -que sella el almacén por el oeste- “no parece haber jugado ningún papel” en la sismicidad detectada hasta el momento.
En condiciones naturales, añade, la falla de Amposta es potencialmente susceptible de generar terremotos de magnitud hasta 5,9, por lo que son “necesarios” estudios de mayor detalle para evaluar la peligrosidad sísmica.
Red de microsismicidad
Recomienda una red de microsismicidad para monitorizar la evolución presente y futura, realizar un estudio de peligrosidad sísmica, establecer un protocolo de actuaciones, realizar “la revisión crítica” de los estudios realizados hasta la fecha en sondeos y revisar el modelo dinámico del almacén de acuerdo con un modelo 3D actualizado.
El IGME, que recoge casos de almacenes de gas con sismicidad inducida, creó un grupo de trabajo para elaborar el informe formado por una docena de expertos en diferentes disciplinas, coordinado por Julián García Mayordomo y supervisado por el director del departamento de Investigación y Prospectiva Geocientífica, Juan José Durán Valsero.
El Ministerio ordenó el 26 de septiembre del año pasado la paralización de la actividad de inyección del almacén, de la empresa Escal, tras los terremotos registrados y sentidos en las poblaciones costeras de la zona.
El almacén aprovecha una antigua trampa petrolífera explotada por la empresa Shell en la década de los setenta y ochenta, situada a unos 20 kilómetros de la costa.
Sixto ha destacado que este informe “incide de manera más clara” en la falta de informes y de rigor de los estudios previos de la empresa, y por ello pide al Gobierno que depure las responsabilidades de la compañía. A su juicio, el informe del IGME es “la excusa definitiva” para que no continúe la explotación del almacén de gas Castor.