Joan Ramon Sanchis Palacio, Catedrático de Organización de Empresas de la Universitat de València, ha escrito varios libros -¿Es posible un mundo sin bancos? La revolución de las finanzas éticas y solidarias' o 'La banca que necesitamos'- contra la rapacidad neoliberal que domina el sistema económico-financiero actual. Ahora, ha sido nombrado director de la Cátedra de Economía del Bien Común de su universidad, financiada por la Generalitat.
Pregunta. ¿Qué es la economía del Bien Común?
Respuesta. Se trata de un modelo económico basado en los principios y valores universales de los derechos humanos y en el que la actividad económica ha de servir como medio para alcanzar el fin del bien común y el interés general. Según el modelo, la economía ha de estar al servicio de las personas y las reglas de juego del capitalismo que son las del afán de lucro y la competencia han de ser sustituidas por el bién común y la cooperación. Sobre estas premisas, el modelo de la EBC propone la utilización de unos indicadores distintos a los indicadores clásicos, que permitan medir, no solo los aspectos financieros y monetarios sino también aspectos sociales y culturales. Para medir el bienestar de un país, frente al indicador del Producto Interior Bruto se propone como indicador el Producto del Bien Común, el cual incluye también aspectos como la cohesión social, la solidaridad, la participación, la calidad de la democracia, la política medioambiental, el justo reparto de los beneficios, la igualdad de género o la igualdad salarial, entre otros. Para medir el grado de cumplimiento social de una empresa se propone el uso del Balance del Bien Común, de manera que el éxito de una empresa ya no depende de su capacidad para generar beneficios económicos y financieros, si no de su impacto social, esto es, del beneficio que la empresa puede generar en la sociedad y en general en sus grupos de interés.
¿Por qué es necesaria una cátedra del Bien Común?
El movimiento de la EBC en el País Valenciano nace de la sociedad civil y se estructura en torno a una Asociación para el fomento de la EBC en la que se integran personas y empresas interesadas en su implementación. Posteriormente, con el cambio de gobierno autonómico y la entrada en el mismo dentro de la Consellería de Economía Sostenible de personas comprometidas con este modelo, la Administración Pública se suma también a su implementación. La creación de la cátedra supone añadir un tercer elemento clave en dicho proceso de implementación, de manera que el movimiento cuenta ya con las tres patas fundamentales para su desarrollo: la Sociedad, la Administración y la Universidad. Esta Cátedra es un claro compromiso por parte de la Universidad de sumarse al proceso de implantación de la Economía del Bien Común, creando un instrumento específico dedicado a la difusión, formación e investigación del modelo de la EBC. El movimiento necesita también de un enfoque científico y académico, que le dé contenidos más rigurosos y elaborados, lo que se puede conseguir a través de cátedras como esta. La Cátedra pretende contribuir a consolidar la EBC a través de tres tipos de actividades: divulgativas, formativas e investigadoras. En primer lugar, se busca dar difusión al modelo, no solo entre estudiantes y profesorado de la universidad, sino a todo el público, mediante la realización de talleres, seminarios, jornadas y todo tipo de eventos. Entre las actividades formativas queremos destacar dos: la creación de un Diploma de Postgrado de especialización profesional en Consultoría de la EBC, que proporcione una cantera de profesionales especializados en la consultoría y auditoría de empresas que están implantando el modelo de la EBC, lo que le dará mayor rigor académico; y la realización de un Proyecto de Innovación Educativa a través del cual se constituirá una red de profesorado de enseñanzas universitarias y no universitarias (secundaria y primaria) cuyo fin sea la implementación del modelo de la EBC dentro de la enseñanza y la educación. La educación es clave en la implementación del modelo. Por último, las actividades investigadoras se van a centrar en la creación de un laboratorio de la EBC cuyo fin será dar soporte y apoyo técnico a las empresas que deseen implantar el modelo mediante estudios que permitan ofrecer medidas concretas para su impementación, creación de indicadores específicos y adecuados a los diferentes tipos de empresas, medición de resultados y elaboración de herramientas al servicio de las empresas.
La Cátedra puede ser un nuevo revulsivo para el movimiento, a la vez que puede introducir nuevos elementos científicos y académicos que le den mayor identidad.
¿Hay algún país donde la economía del Bien Común se aplique?
Desde que empezara el 1 de octubre de 2010, son 12 países en los que se está aplicando ya el modelo de la EBC a través de más de 1.400 empresas y 160 organizaciones. El modelo ha comenzado implantándose en el ámbito de las empresas y las organizaciones, tanto privadas como públicas. Hay ayuntamientos, universidades, entidades no lucrativas y empresas privadas (de diferentes formas jurídicas) que han comenzado a implantar el modelo de la EBC. Son apenas 6 años de funcionamiento, en los que el modelo se ha extendido por diferentes continentes. Es evidente que se trata todavía de un movimiento incipiente, però que tiene mucha fuerza porque nace de abajo hacia arriba. Surge de la sociedad civil y de los movimientos alternativos con vocación de convertirse en un modelo de implantación a escala universal. La mayor implantación se da en Alemania, Austria, Italia, Francia, Reino Unido y España. En España se ha creado una importante red de asociaciones que trabajan a favor del modelo en la mayor parte de las comunidades autónomas. En la Comunidad Valenciana existe una Asociación Valenciana para el Fomento de la EBC, que es de las más activas de España.
La economía del Bien Común apuesta por el libre mercado. ¿Es maquillaje para el capitalismo?
No es ningún maquillaje del capitalismo, es un modelo alternativo a un capitalismo depredador que aniquila los derechos de las personas. La EBC no está en contra de las empresas, ni de la libertad, ni del mercado, però considera que no es posible continuar por más tiempo con un discurso económico de pensamiento único en el que el dinero y el capital se han convertido en un fin en sí mismo. La economía ha de estar al servicio de las personas, del bien común, y para ello es necesario cambiar las reglas de juego. El objetivo de las empresas no puede ser exclusivamente la maximización del beneficio económico porque eso supone un perjuicio para el entorno, para el medioambiente, para la sociedad, lo que no es sostenible. Algunos autores reconocidos en el ámbito de la dirección de empresas como Michael Porter ya señalan la necesidad de que las empresas, no solo garanticen una determinada responsabilidad social, sino que se comprometan en la creación de valor social. El valor económico y el valor social van unidos, de manera que el éxito de la empresa ha de ser el de conseguir un valor compartido, que es la intersección de los dos valores, el económico y el social. Y eso ya no lo dicen solo los comunistas y los socialistas, lo dicen defensores del sistema capitalista como Michael Porter. Porque la sostenibilidad del sistema solamente se podrá garantizar cuando las empresas sean capaces de crear valor compartido. Si se quiere, podemos decir que la EBC podría representar una evolución del capitalismo hacia un nuevo estadio en el que ya se puede hablar de una economía con rostro humano. Aunque también hay quien habla de una tercera vía, de un sistema económico alternativo a los dos sistemas clásicos, el capitalismo y el socialismo.
Si una empresa obtiene beneficios en un entorno regulado y competitivo, ofreciendo servicios mejores que la competencia, ¿sus buenos resultados no serían una señal de que está sirviendo al consumidor, a la sociedad?
Esto no siempre es así. Tengase en cuenta que la competencia en la mayoría de los casos está adulterada, dicho de otro modo, existe lo que se llama el poder de mercado, que puede llevar a un abuso de poder sobre los consumidores. Y aunque el entorno esté regulado, también existen los llamados fallos del mercado, que en muchos casos el propio Estado es incapaz de resolver. ¿Qué entendemos por buenos resultados de una empresa: el aumento del valor de las acciones de sus propietarios, la maximización del beneficio económico?. Hay empresas en las que su éxito se mide en función de otros indicadores: el grado de integración y de inserción de sus trabajadores, la protección del medioambiente, la creación de empleo estable y de calidad, la participación activa y directa de los trabajadores. En todo caso, el bien común no es incompatible con los resultados económicos. Como ya he dicho, existe una relación muy directa entre valor económico (resultados económicos) y valor social, de manera que cuando una empresa crea valor social, su valor económico se ve también aumentado y viceversa. Es decir, que crear valor social no va en detrimento del valor económico sino todo lo contrario.
La concentración de la riqueza y la desigualdad es percibida como un problema. ¿Qué propone la Economía del Bien Común?
La EBC propone una serie de medidas concretas que eliminarían la concentración de la riqueza y la desigualdad. La EBC propone que el crecimiento económico no sea un fin en sí mismo si no un medio para alcanzar los fines del bien común, que son reducir la huella ecológica y conseguir la sostenibilidad del territorio. Se proponen como medidas concretas la reducción de la jornada laboral (entre 30 y 33 horas semanales), una cooperación monetaria global para el comercio mundial, el uso de monedas regionales como complemento de la moneda nacional (para evitar la especulación del dinero), la creación de una zona del comercio justo (Zona del Bien Común), la creación de un Banco Central Democrático controlado por la ciudadanía, el establecimiento de límites a los ingresos (máximo de 10 veces el salario mínimo) y los patrimonios y la aprobación de ventajas legales para todas aquellas empresas que cumplan con los criterios del Balance del Bien Común, entre otros aspectos. También se propone completar la democracia representativa con la democracia directa y participativa, de manera que la ciudadanía pueda participar de forma directa en las decisiones que les afectan y controlar también directamente a sus representantes políticos. Son medidas que sin ninguna duda irían reduciendo de manera paulatina las disfunciones que el capitalismo genera en estos momentos a través del crecimiento económico.
¿Hubiera evitado esta corriente la brutal crisis de 2008?
En un sistema en el que el bien común está por encima de los intereses personales y particulares es mucho más difícil que se produzcan crisis como la de 2008. Esta crisis es producida por el afán de lucro de unos pocos que a través de una visión cortoplacista intentan acumular enormes ganancias en poco espacio de tiempo a través de sectores económicos especulativos como el de la construcción. Las burbujas económicas y financieras son resultado de los abusos de poder y de los fallos del mercado. Si atajáramos esos elementos, las crisis estarían más controladas. Una gran parte de la crisis fue causada por el mal gobierno de las entidades bancarias y por la falta de transparencia; esto sería imposible, de implantarse el modelo de la EBC donde los bancos han de estar al servicio de los ciudadanos y de las empresas y no dedicados a la especulación y al oportunismo. Y sobre todo, con un sistema basado en el modelo de la EBC, lo que no se hubiera producido es una respuesta tan injusta y desmesurada de los Estados que ha concentrado todo el esfuerzo de la crisis en las clases medias y populares. Sanear bancos y grandes empresas que entran en crisis por su mala gestión a la vez que se recorta de manera brutal en sanidad, educación y servicios sociales son acciones que nunca se darían en un sistema basado en el modelo de la EBC.
El conseller de Economía apuesta por la economía del Bien Común. ¿Ha hecho el gobierno valenciano algo para promoverla?
La Consellería de Economía Sostenible, desde mi punto de vista, está intentado crear las bases para el cambio del modelo productivo valenciano. Pero esto no es nada fácil y desde luego es imposible llevarlo a cabo con rapidez. Más de 20 años de expolio, corrupción e incompetencia liderados por el Gobierno del PP son muy difíciles de resolver en 2 años. Y sobre todo, no es algo que dependa exclusivamente del Conseller de Economía Sostenible. Yo siempre digo que el cambio del modelo productivo se ha de iniciar desde abajo hacia arriba, es decir, que ha de comenzar en las empresas. La Consellería de Economía puede aportar medidas dirigidas a incentivar acciones enfocadas hacia el modelo de la EBC, como de hecho ya está haciendo: apoyo institucional y técnico a las empresas, convocatorias de ayudas públicas para incentivar determinados tipos de comportamientos más sostenibles y transparentes son algunas de las medidas que está tomando ya la Consellería de Economía. Pero en este proceso también han de intervenir el resto de Consellerías, las Administraciones Locales y sobre todo tiene que haber un cambio de actitud estratégica por parte de las empresas. Desde mi punto de vista, hay una medida que se debería de tomar con urgencia que es la de la formación y capacitación del empresariado valenciano en temas de gestión. La capacidad de management de las empresas valencianas es por regla general baja, lo que impide la mejora de su gestión y, por tanto, de éxito. El tema de la financiación empresarial es también clave; y en este sentido existe un peligro evidente de que desaparezca la banca de proximidad valenciana. Pero son temas que no solo le corresponden a la Consellería de Economía. Precisamente, desde la Cátedra de la EBC de la Universitat de València queremos contribuir también a este debate, ofreciendo medidas concretas que puedan ayudar en el proceso del cambio de modelo productivo valenciano.