Han pasado 29 años desde el crimen de Alcàsser (Valencia) y la búsqueda del fugitivo Antonio Anglés sigue en marcha. A día de hoy es imposible saber si Antonio Anglés está vivo o muerto. De hecho, la Sección de Fugitivos de la Comisaría General de Policía Judicial ha obtenido permiso del Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira, que dirige la investigación del triple crimen de Alcàsser, para iniciar una campaña divulgativa a nivel europeo que solicita la colaboración ciudadana para localizar al prófugo.
El asesinato de Toñi, Miriam y Désirée conmocionó a la sociedad valenciana y española y dio inicio a una cobertura informativa tóxica que ha acompañado al crimen de Alcàsser, por el que sólo fue condenado Miguel Ricart, y que amplificó además una teoría de la conspiración que no se sostenía por ningún lado. El padre de una de las víctimas y un supuesto criminólogo llegaron a emitir imágenes de la autopsia de una de las niñas en el programa Esta noche cruzamos el Missisipi de Tele 5, dirigido por Pepe Navarro, entre otras trapacerías por las que fueron condenados. En la competición por la audiencia, las televisiones dieron una cobertura informativa que ha pasado a la historia de la infamia.
Dos periodistas valencianos, Genar Martí y Jorge Saucedo, han dado un impulso a la búsqueda de Anglés tras la publicación del libro El fugitiu (Vincle, 2018). La exhaustiva investigación periodística, que repasa la insólita huida de Anglés, descubrió pistas inéditas sobre la fuga en la que la Guardia Civil pisaba los talones del coautor del crimen. Los dos periodistas declararon ante la sección de fugitivos de la Policía Nacional y la magistrada de Alzira.
Embarcó como polizón en el carguero City of Plymouth hacia el puerto de Dublín, donde se le pierde definitivamente la pista
Una de las acusaciones populares personada en el caso del triple crimen ha aportado un informe pericial, basado en gran parte en el libro, que traza la andadura de Anglés desde la localidad valenciana de Catarroja hasta Lisboa, donde embarcó como polizón en el carguero City of Plymouth hacia el puerto de Dublín, donde se le pierde definitivamente la pista.
“La novedad fundamental era el testimonio inédito del capitán Kenneth Farquharson Stevens, que sólo había declarado ante la policía de Liverpool”, explica a elDiario.es el periodista Genar Martí. “Hablar con él fue muy interesante porque conservaba muchos recuerdos y buena memoria de lo que pasó”, agrega. Una vez localizado por la tripulación, el polizón logró fugarse en alta mar para luego ser rescatado y encerrado en un camarote del que sólo pudo huir por segunda vez, cerca del puerto de Dublín, con la ayuda de un miembro de la tripulación, según el testimonio del capitán.
“Por parte de las autoridades españolas no se profundizó y eso que hicimos 25 años después de la fuga se debería haber hecho en caliente”, afirma Martí. Anglés contó con la ayuda de sus contactos en el mundo del hampa, y singularmente en el negocio del tráfico de heroína del que formaba parte, y con su pericia criminal. “La Guardia Civil siempre va a remolque”, asegura Genar Martí.
Cuando está rodeado en una zona entre Vilamarxant y Benaguasil, consigue secuestrar a un agricultor y con su coche logra llegar a Portugal donde un toxicómano lo acoge a cambio de dinero. Un vez localizado por la policía portuguesa, la orden de detención española llega cuando Anglés ya se ha colado como polizón en el City of Plymouth. Cerca del puerto irlandés se le pierde la pista definitivamente.
Los turbios negocios de los hermanos de Anglés
¿Está vivo Antonio Anglés? “No se puede saber, como no hay un cuerpo no se puede saber si está vivo o muerto”, asegura el coautor de El fugitiu. En todo caso, la investigación sobre su paradero sigue activa en el juzgado de Alzira, que recientemente ha ordenado el análisis de los perfiles de ADN de cabellos y vellos recogidos en la escena del crimen y del coche del Miguel Ricart, tal como ha informado el diario Las Provincias.
Los periodistas también destaparon, en uno de los capítulos más espectaculares del libro, el llamativo parque inmobiliario de Kelly, la hermana de Anglés, y de varios de sus hermanos, provenientes todos de una familia desestructurada y tradicionalmente dedicada a la delincuencia. Los autores del libro tuvieron acceso a un informe secreto de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional que reseñaba los viajes y movimientos bancarios de Kelly en Estados Unidos.
Después de las revelaciones de los dos periodistas, el marcador de la prescripción vuelve a la casilla de salida y, por tanto, la búsqueda de Anglés se mantiene activa
“Oficialmente el caso prescribe en 2019 porque en 2009 es cuando se practica esa diligencia que ordena pinchar el teléfono y los correos electrónicos de Kelly”, explica el periodista y escritor. Cuando la jueza pide la comisión rogatoria a Irlanda y Reino Unido, después de las revelaciones de los dos periodistas, el marcador de la prescripción vuelve a la casilla de salida y, por tanto, la búsqueda de Anglés se mantiene activa.
Los hermanos de Anglés Carlos M., Joaquín M. y Roberto M. (los tres, al igual que Kelly, cambiaron su mediático primer apellido por el de la madre) también protagonizaron un juicio por extorsión, del que fueron absueltos, que reveló oscuros negocios y numerosas empresas a su nombre. La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia condenó a Carlos M. a un año y tres meses de cárcel por un delito de tenencia ilícita de armas, así como a otros tres años y seis meses de prisión y al pago de una multa de 5.000 euros por un delito contra la salud pública.
Carlos M. poseía, antes de vender las empresas, Carburantes del Siglo XXI SL (de la que llegó a ser accionista único tras el episodio de supuesta extorsión por el que fue juzgado y absuelto) y Valgrup 2013 Sociedad de Responsabilidad Limitada, una inmobiliaria de la que es administradora única su hermana Kelly. También figuraba como administrador único de Restaurante Valencia Canovas SL y de Inversiones Bit Fit SL, según los datos que constan en el Registro Mercantil. Joaquín M. (conocido como El Mauri en la década de 1990) fue administrador único y apoderado de Gasolinera Low Cost Vinaroz SL y actualmente es dueño de Gasoil Gaso SL y de Top Clinic Capilar SL.
“Es violencia machista, es la norma imperante”
En paralelo a la investigación judicial, el triple crimen de Alcàsser ha revivido tras la emisión de la serie documental de Netflix que recuperaba imágenes de archivo de la basura televisiva y del juicio que condenó a Miguel Ricart. “Los programas de televisión de aquella época hicieron mucho daño y también tienen mucha responsabilidad Fernando García [padre de una de las víctimas] y Juan Ignacio Blanco [pseudocriminólogo] que entran en ese circo con una interpretación completamente interesada; ellos son los promotores de que haya calado tanto la teoría de la conspiración”, asegura Martí. “Han pasado 29 años y parece mentira que el padre continúe saliendo en el programa de Iker Jiménez”, apostilla el periodista, quien considera que la televisión hizo de altavoz “por los réditos de la audiencia”.
La investigadora Nerea Barjola, autor de Microfísica sexista del poder. El caso Alcàsser y la construcción del terror sexual (Virus editorial, 2018) sostiene que “desafortunadamente, el tratamiento de la noticia no ha cambiado”. “Se continúan construyendo relatos sobre el peligro sexual que, por un lado, realizan descripciones pormenorizadas de la tortura sexual padecida —pero sin conceptualizarla como tal y, por lo tanto, banalizándola— y por el otro, ponen el foco sobre la actitud de las mujeres agredidas y su responsabilidad”, explica Barjola a elDiario.es por correo electrónico. De hecho, en la serie de Netflix la perspectiva de género está prácticamente ausente.
“Las narrativas se construyen siempre sobre la base de la culpabilidad de las mujeres, sobre la banalización de la violencia sexual y sobre la impunidad de un sistema social que permite su existencia”, señala la investigadora feminista. Tras el crimen se produjo una suerte de juicio paralelo hacia las tres víctimas adolescentes, que se toparon con sus asesinos haciendo autostop a la salida de una discoteca.
Toda una generación de mujeres sufrió las consecuencias del caso en un contexto en que la violencia de género ni siquiera tenía nombre a ojos de los medios de comunicación
“En el crimen de Alcàsser los discursos ponían el foco de atención en las tres adolescentes asesinadas, hablaban de todo aquello que no deberían haber hecho e hicieron, las tres chicas fueron juzgadas y por extensión el resto de mujeres jóvenes”. Toda una generación de mujeres sufrió las consecuencias del caso en un contexto en que la violencia de género ni siquiera tenía nombre a ojos de los medios de comunicación. “Cada asesinato o tortura sexual es un lenguaje que nos habla, nos alecciona, nos interroga”, sostiene Barjola.
“Alcàsser fue una narración política que lanzaba un aviso aleccionador claro: 'esto es lo que les ocurre a las mujeres que toman el espacio público y, si queréis estar en el espacio público, tenéis que enfrentar o sufrir las consecuencias'. Este es el castigo hacia toda una generación”, agrega la investigadora, quien lamenta que “la falta de perspectiva critica feminista en la forma de contar la noticia produce y reproduce violencia sexual”. “El feminismo es la herramienta que contextualiza la violencia sexual, le pone nombre, la pone en su sitio, la (de)sitúa de su variable terrorífica y le confiere importancia política”. Así, no se trata, en opinión de Nerea Barjola, de “un suceso o un caso aislado”. “Es violencia machista, es la norma imperante”, concluye.