La televisión privada financiada con fondos públicos de la Diputación de Valencia –bautizada como Tele Rus en honor al presidente de la institución, Alfonso Rus- nace con el pie cambiado: arrancará con retraso, como pronto en febrero, a sólo tres meses de las elecciones, y ha sido recibida con recelo o ataques directos a derecha e izquierda.
De entrada, La Dipu TV –nombre oficial del proyecto- no emitirá hasta febrero, un mes después de lo previsto. El propio Rus lo reconoció el martes en la Cadena Ser. «Si no está en enero, estará para el día de los enamorados» Los recursos del PSPV-PSOE contra los presupuestos de la Diputación dilatarán la resolución del concurso, al que optan dos empresas, Beovisión y Mediterráneo TV.
Fuentes del sector apuntan que la televisión podría demorarse más aún: se necesitarían semanas para producir contenidos dignos –confeccionar una parrilla, en la jerga- a pesar de que Tele Rus tiene un presupuesto relativamente limitado (3,2 millones de euros) y pocas ambiciones.
“La intención es acercar a los ciudadanos el tiempo, las fiestas, las tradiciones, el campo, la pilota... No queremos hacer la Fórmula 1 ni los partidos del Valencia”, aclara Rus, que además condiciona la vida de La Dipu TV al eventual retorno de una televisión autonómica: “Si algún día se reabre Canal 9, pues se acabó esta televisión”.
Con Canal 9 y contra la ocurrencia de Rus
Mónica Oltra, candidata de Compromís a la Generalitat, definió Tele Rus –la televisión privada financiada con fondos públicos de la Diputación de Valencia- como una “charlotada”. Toda la oposición –PSPV-PSOE, Compromís y Esquerra Unida- claman y actúan contra La Dipu TV por “caprichosa” o “innecesaria”. Las diputaciones de Alicante y Castellón no se quisieron sumar al proyecto.
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, tampoco la ve con buenos ojos, entre otras cosas porque coquetea con la idea de reabrir o crear otra Ràdio Televisió Valenciana (RTVV). El sector audiovisual cree imposible hacer una televisión digna con 3,2 millones de euros y en base a ese proyecto, y los extrabajadores de la cadena pública –volcados, algunos de ellos, en la reapertura de la única televisión en valenciano que además era su fuente de ingresos- también la han criticado.
Con retrasos en su puesta en marcha y con unas elecciones en mayo que bien podrían sacar al PP del gobierno de la Diputación, la vida de esta televisión –el contrato será de un año- puede ser efímera. Charlotada o no, todos están contra Tele Rus.